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lunes, 14 de mayo de 2018

El Cielo Un Gran Misterio.

                                         Por: Guillermo Betancourt

     
     Desde siglos la Iglesia nos habla del Reino de los Cielos. Todas las personas y religiones del mundo tienen un concepto propio de como seria su vida después de la muerte. Es un gran misterio saber cómo es realmente estar en el cielo. Tanto desean estar en el cielo y a la misma vez nadie se quiere morir. Es un poco contradictorio, pero es una realidad actual y lo será siempre. No importa el tiempo que pase el ser humano le tendrá un miedo a la muerte. Pero a la misma vez todos deseamos una mejor vida después de morir. Por eso es un tema muy interesante de discutir y quizás podamos aprender: ¿Qué es el cielo realmente? Es una pregunta que podría ser contestada correctamente mediante esta lectura. Citaremos varios santos, la sagrada escritura y lo que dice la Iglesia sobre este tema.


       ¿Qué nos dice los Santos sobre el Cielo?
A.  Santa Faustina Kowalska escribió extensamente sobre sus viajes espirituales tanto al paraíso como al lugar de perdición en sus diarios, que han sido considerados por la Iglesia como revelaciones aprobadas.
     Después de que Faustina quedara traumatizada por sus visiones del infierno, se le dio la oración a la Divina Misericordia para compartirla con el mundo como un arma en la guerra por la salvación de las almas.
Pero tristemente, se le recuerda más esto que sus alentadoras visiones del cielo, sobre las que escribió:
“Hoy fui al cielo, en el espíritu, y vi sus inconcebibles bellezas y la felicidad que nos espera después de la muerte. Vi cómo las criaturas dan sin cesar alabanza y gloria a Dios. Vi cuán grande es la felicidad en Dios, que se difunde a todas sus criaturas, haciéndolas felices; y así toda la gloria y la alabanza que brota de su felicidad vuelven a su fuente; y entran en las profundidades de Dios, contemplando la vida interior de Dios, el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, a quien nunca podrán comprender o abarcar. Esta fuente de la felicidad es inmutable en su esencia, pero siempre es nueva, brotando felicidad para todas las criaturas”.
B.  San Alfonso María de Ligorio contó una historia que le compartió un superior de la orden jesuita quien se le apareció después de morir y le dio un informe detallado sobre qué trato la gente puede esperar en el cielo.
Según el difunto, las recompensas del cielo no son iguales para todos los que entran, pero todos los que entran quedan igualmente satisfechos:
“Ahora estoy en el cielo, Felipe II rey de España está en el cielo también. Los dos disfrutamos de la recompensa eterna del paraíso, pero es diferente para cada uno de nosotros. Mi felicidad es mucho mayor que la suya, pues no es como cuando estábamos aún en la tierra, donde él era de la realeza y yo era una persona corriente. Estábamos tan lejos como la tierra del cielo, pero ahora es al revés: lo humilde que yo era comparado con el rey en la tierra, así le sobrepaso en gloria en el cielo. Con todo, ambos somos felices, y nuestros corazones están completamente satisfechos”.
B.  El papa san Gregorio Magno habló de la unidad sobrenatural entre la comunión total de los santos en el cielo, y su aparentemente infinito conocimiento: “Además de todo esto, una gracia más maravillosa se otorga a los santos en el cielo, porque conocen no sólo a aquellos con los que estaban familiarizados en este mundo, sino también a los que antes nunca vieron, y conversan con ellos de una forma tan familiar como si en tiempos pasados se hubieran visto y conocido: y por lo tanto, cuando ven a los antepasados en ese lugar de felicidad perpetua, luego los conocerán de vista, aquellos de cuya vida oyeron hablar. Pues ver lo que hacen en ese lugar con un brillo indescriptible, igual a todos, contemplando a Dios, ¿qué es lo que no saben, si conocen al que lo sabe todo?”
C.  San Agustín: “Allí, la buena voluntad estará tan dispuesta en nosotros que no tendremos otro deseo que el de quedarnos allí eternamente”.
D.  San Felipe Neri: “Si tan sólo llegáramos al cielo, qué cosa más dulce y sencilla que estar allí para siempre diciendo con los ángeles y los santos, Sanctus, sanctus, sanctus”.
E.   San Anselmo de Canterbury: “Nadie tendrá ningún otro deseo en el cielo que lo que Dios quiere; y el deseo de uno será el deseo de todos; y el deseo de todos y de cada uno de ellos será también el deseo de Dios”.
F.   San Juan María Vianney: “Oh mis queridos feligreses, ¡tratemos de llegar al cielo! Allí veremos a Dios. ¡Qué felices nos sentiremos! Si la parroquia se convierte vamos a ir allí en procesión con el párroco a la cabeza… ¡Tenemos que llegar al cielo!
G.  Santa Bernadette Soubirous: “Mi corona en el cielo brillará con inocencia, y sus flores serán radiantes como el sol. Los sacrificios son las flores Jesús y María eligieron”.
H.  Santo Tomás Moro: “La tierra no tiene ninguna tristeza que el cielo no pueda curar”.
Santa Teresa de Lisieux, la “Pequeña Flor”, quien señaló que tan gloriosa como el cielo, Dios encuentra la presencia de sus hijos infinitamente más deseable: “Nuestro Señor no desciende del cielo todos los días para estar en un copón de oro. Se trata de encontrar otro cielo que es infinitamente más querido para Él, el cielo de nuestras almas, creado a su imagen, los templos vivos de la adorable Trinidad”.

   
     
      Analicemos lo que dice los santos del Cielo. Santa Faustina nos dice que estar en el cielo es una felicidad constante, nueva en cada momento y que esta felicidad sale desde Dios mismo para todas las criaturas. Esto me da entender que toda criatura creada por Dios está presente constante con Dios. Es interesante saber que mi mascota cuando muera estará gozando de la misma felicidad que Yo de estar presente glorificando y alabando a Dios eternamente. Que esta misma felicidad lo sentirá del mismo modo que Yo. Porque la santa enfatiza que todas las criaturas están presentes. Desde los ángeles, hombres y animales, y todo ser viviente como plantas y otros organismos vivos. Ella nos dice que experimento esta experiencia de felicidad que nunca será lo que experimentamos en vida. La santa nos hace una descripción de cómo se siente estar en el cielo. Pero no hay una descripción de como se ve el cielo. Si hay las mansiones que se menciona en las sagradas escrituras. Sabemos que la felicidad es eterna, que nueva y constante y que no lo vamos a experimentar en vida sino después de la muerte. San Alfonso nos dice una cosa un poco distinta desde su punto de vista de lo que es el cielo. San Alfonso indica que la felicidad llega por niveles. Según como tú has vivido es tu nivel de felicidad. Unos gozaran de una mayor felicidad que otros y así también seria tu nivel de cercanía con Dios. Lo único que tienen en común tanto Santa Faustina como San Alfonso es que la felicidad es dada por Dios. La diferencia es que una dice que la felicidad es igual para toda criatura y el santo nos dice que hay niveles según tu vida en la tierra. El Papa San Gregorio Magno simplifica su definición del cielo como una felicidad perpetua. San Agustín expresa que nuestra voluntad esta tan dispuesta que seriamos capaces de quedarnos eternamente ante la presencia de Dios. Es decir que estar en el cielo llena todas las expectativas de estar bien consigo mismo que no hace falta estar en otro lugar que el cielo. San Felipe Neri es un Santo que expreso con su sonrisa como era el paraíso. Siempre tuvo una canción que prefería estar en el paraíso. Reafirma lo dulce y exquisito estar en el cielo y estar glorificando a Dios eternamente. Santa Bernadette Soubirous la vidente de Lourdes expresa con dulzura como sería el cielo para ella. Expresar que su corona brillara como la luz del sol es decir que su vida en el cielo es vivo que es lleno de luz y que esta luz es Dios. Su corona es el tiempo de sacrificio y dolor que ella tuvo que padecer en vida. Fue una vida corta pero lleno de humillaciones, y de momentos difíciles. Sabía que María le daría el consuelo en el cielo. Por eso lo describe con la inocencia con la cual siempre se caracterizó. San Juan María Vianney nos invita como comunidad parroquial a llegar al cielo. Una comunidad feliz gozando de la presencia de Dios. Santo Tomas Moro nos dice que en el cielo se sanaran todas nuestras heridas vividas en la tierra. Solo Dios es capaz de sanar todas nuestras heridas. Santa Teresa de Lisieux nos da una respuesta muy distinta del cielo. Para mí una respuesta muy sabia. Porque el cielo se hace presente todos los días en la sagrada Eucaristía. El mayor milagro lo tenemos siempre presente y aun no somos capaces de verlo y de vivirlo. El Dios hecho hombre se hace carne y sangre cada día en todas las misas del mundo. Es un momento tan íntimo con Dios que nos brinda en la sagrada eucaristía. Estar gozando de su real presencia y a la misma vez estar vivos en la tierra. Que si fuéramos capaces de verlo sentiríamos la paz y la alegría expresada por los santos.


      
      ¿Qué nos dice las sagradas escrituras sobre el cielo?
Isaías 25:8-12
8 El destruirá la muerte para siempre; el Señor DIOS enjugará las lágrimas de todos los rostros, y quitará el oprobio de su pueblo de sobre toda la tierra, porque el SEÑOR ha hablado. 9 Y en aquel día se dirá: He aquí, éste es nuestro Dios a quien hemos esperado para que nos salvara; éste es el SEÑOR a quien hemos esperado; regocijémonos y alegrémonos en su salvación. 10 Porque la mano del SEÑOR reposará en este monte, y Moab será hollado en su sitio como es hollada la paja en el agua del muladar. 11 Y en medio de él, Moab extenderá sus manos como el nadador extiende sus manos para nadar, pero el Señor abatirá su arrogancia y la destreza de sus manos. 12 Y derribará las fortalezas inexpugnables de tus murallas, las humillará y las echará por tierra, hasta el polvo.
Mateo 5:17-20
17 No penséis que he venido para abolir la ley o los profetas; no he venido para abolir, sino para cumplir. 18 Porque en verdad os digo que hasta que pasen el cielo y la tierra, no se perderá ni la letra más pequeña ni una tilde de la ley hasta que toda se cumpla. 19 Cualquiera, pues, que anule uno solo de estos mandamientos, aun de los más pequeños, y así lo enseñe a otros, será llamado muy pequeño en el reino de los cielos; pero cualquiera que los guarde y los enseñe, éste será llamado grande en el reino de los cielos. 20 Porque os digo que si vuestra justicia no supera la de los escribas y fariseos, no entraréis en el reino de los cielos.
Mateo 7:13-15
13 Entrad por la puerta estrecha, porque ancha es la puerta y amplia es la senda que lleva a la perdición, y muchos son los que entran por ella. 14 Porque estrecha es la puerta y angosta la senda que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan. 15 Cuidaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con vestidos de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces.
Mateo 19:17-19
17 Y Él le dijo: ¿Por qué me preguntas acerca de lo bueno? Sólo Uno es bueno; pero si deseas entrar en la vida, guarda los mandamientos. 18 El le dijo<***>: ¿Cuáles? Y Jesús respondió: NO MATARAS; NO COMETERAS ADULTERIO; NO HURTARAS; NO DARAS FALSO TESTIMONIO; 19 HONRA A tu PADRE Y A tu MADRE; y AMARAS A TU PROJIMO COMO A TI MISMO.
Lucas 13:29-33
29 Y vendrán del oriente y del occidente, del norte y del sur, y se sentarán a la mesa en el reino de Dios. 30 Y he aquí, hay últimos que serán primeros, y hay primeros que serán últimos. 31 En ese momento llegaron unos fariseos diciéndole: Sal y vete de aquí, porque Herodes te quiere matar. 32 Y El les dijo: Id y decidle a ese zorro: "Yo expulso demonios, y hago curaciones hoy y mañana, y al tercer día cumplo mi propósito." 33 Sin embargo, debo seguir mi camino, hoy, mañana y pasado mañana; porque no puede ser que un profeta muera fuera de Jerusalén.
Juan 14:2-4
2 En la casa de mi Padre hay muchas moradas; si no fuera así, os lo hubiera dicho; porque voy a preparar un lugar para vosotros. 3 Y si me voy y preparo un lugar para vosotros, vendré otra vez y os tomaré conmigo; para que donde yo estoy, allí estéis también vosotros. 4 Y conocéis el camino adónde voy.


Colosenses 3:1-7
1 Si habéis, pues, resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios. 2 Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra. 3 Porque habéis muerto, y vuestra vida está escondida con Cristo en Dios. 4 Cuando Cristo, nuestra vida, sea manifestado, entonces vosotros también seréis manifestados con El en gloria. 5 Por tanto, considerad los miembros de vuestro cuerpo terrenal como muertos a la fornicación, la impureza, las pasiones, los malos deseos y la avaricia, que es idolatría. 6 Pues la ira de Dios vendrá sobre los hijos de desobediencia por causa de estas cosas, 7 en las cuales vosotros también anduvisteis en otro tiempo cuando vivíais en ellas.
Apocalipsis 7:13-17
13 Y uno de los ancianos habló diciéndome: Estos que están vestidos con vestiduras blancas, ¿quiénes son y de dónde han venido? 14 Y yo le respondí: Señor mío, tú lo sabes. Y él me dijo: Estos son los que vienen de la gran tribulación, y han lavado sus vestiduras y las han emblanquecido en la sangre del Cordero. 15 Por eso están delante del trono de Dios, y le sirven día y noche en su templo; y el que está sentado en el trono extenderá su tabernáculo sobre ellos. 16 Ya no tendrán hambre ni sed, ni el sol los abatirá, ni calor alguno, 17 pues el Cordero en medio del trono los pastoreará y los guiará a manantiales de aguas de vida, y Dios enjugará toda lágrima de sus ojos.
Apocalipsis 21:4-8
4 El enjugará toda lágrima de sus ojos, y ya no habrá muerte, ni habrá más duelo, ni clamor, ni dolor, porque las primeras cosas han pasado. 5 Y el que está sentado en el trono dijo: He aquí, yo hago nuevas todas las cosas. Y añadió<***>: Escribe, porque estas palabras son fieles y verdaderas. 6 También me dijo: Hecho está. Yo soy el Alfa y la Omega, el principio y el fin. Al que tiene sed, yo le daré gratuitamente de la fuente del agua de la vida. 7 El vencedor heredará estas cosas, y yo seré su Dios y él será mi hijo. 8 Pero los cobardes, incrédulos, abominables, asesinos, inmorales, hechiceros, idólatras y todos los mentirosos tendrán su herencia en el lago que arde con fuego y azufre, que es la muerte segunda.
Apocalipsis 22:3-7
3 Y ya no habrá más maldición; y el trono de Dios y del Cordero estará allí, y sus siervos le servirán. 4 Ellos verán su rostro, y su nombre estará en sus frentes. 5 Y ya no habrá más noche, y no tendrán necesidad de luz de lámpara ni de luz del sol, porque el Señor Dios los iluminará, y reinarán por los siglos de los siglos. 6 Y me dijo: Estas palabras son fieles y verdaderas; y el Señor, el Dios de los espíritus de los profetas, envió a su ángel para mostrar a sus siervos las cosas que pronto han de suceder. 7 He aquí, yo vengo pronto. Bienaventurado el que guarda las palabras de la profecía de este libro.


Apocalipsis 22:5-9
5 Y ya no habrá más noche, y no tendrán necesidad de luz de lámpara ni de luz del sol, porque el Señor Dios los iluminará, y reinarán por los siglos de los siglos. 6 Y me dijo: Estas palabras son fieles y verdaderas; y el Señor, el Dios de los espíritus de los profetas, envió a su ángel para mostrar a sus siervos las cosas que pronto han de suceder. 7 He aquí, yo vengo pronto. Bienaventurado el que guarda las palabras de la profecía de este libro. 8 Yo, Juan, soy el que oyó y vio estas cosas. Y cuando oí y vi, me postré para adorar a los pies del ángel que me mostró estas cosas. 9 Y me dijo<***>: No hagas eso; yo soy consiervo tuyo y de tus hermanos los profetas y de los que guardan las palabras de este libro. Adora a Dios.
Ezequiel 28:24-26
24 'Y no habrá más zarza punzante ni espina dolorosa para la casa de Israel de ninguno de los que la rodean y la desprecian; y sabrán que yo soy el Señor DIOS.' 25 "Así dice el Señor DIOS: 'Cuando yo recoja a la casa de Israel de los pueblos donde está dispersa, y manifieste en ellos mi santidad a los ojos de las naciones, entonces habitarán en su tierra que di a mi siervo Jacob. 26 'Y habitarán en ella seguros; edificarán casas, plantarán viñas, y habitarán seguros, cuando yo haga juicios sobre todos los que a su alrededor la desprecian. Y sabrán que yo soy el SEÑOR su Dios.'"
Mateo 22:29-33
29 Pero Jesús respondió y les dijo: Estáis equivocados por no comprender las Escrituras ni el poder de Dios. 30 Porque en la resurrección, ni se casan ni son dados en matrimonio, sino que son como los ángeles de Dios en el cielo. 31 Y en cuanto a la resurrección de los muertos, ¿no habéis leído lo que os fue dicho por Dios, cuando dijo: 32 "YO SOY EL DIOS DE ABRAHAM, Y EL DIOS DE ISAAC, Y EL DIOS DE JACOB"? Él no es Dios de muertos, sino de vivos. 33 Al oír esto, las multitudes se admiraban de su enseñanza.
     Desde el antiguo testamento has los evangelios y epístolas nos hace referencia directa o indirecta del cielo. Las sagradas escrituras nos hablan del reino, pero también nos indica que debemos hacer para llegar al cielo. No todo el que diga señor, señor, es digno de entrar al reino de los cielos. Es importante cumplir con la voluntad de Dios. Principalmente cumpliendo con la ley de Dios que están en los 10 mandamientos. Y Amando al prójimo como a ti mismo. Cristo nos da la promesa de que está haciendo unas estancias para nosotros. Tenemos el medio esta en nosotros llegar al cielo siguiendo el mismo ejemplo de Cristo en nuestras vidas.

martes, 1 de mayo de 2018

María: Madre de Jesús, y Nuestra Madre.

Gracias a “la sangre preciosa de Cristo, el Cordero sin mancha ni defecto.” (1 Pedro 1,19)

   
   LAS DIOSAS PAGANAS
Pastores y teólogos de diferentes denominaciones cristianas acusan a la Iglesia Católica de “Mariolatría”, es decir, un culto idolátrico a la Madre de Jesús. Para justificar su tesis relacionan la veneración a María con la devoción que se daba en la antigüedad a las diversas divinidades politeístas. En las Sagradas Escrituras podemos destacar especialmente a la “diosa reina del cielo” (Regina deam coeli) en Egipto (Jeremías  44, 16-19), al lado de Asera, deidad cananea de la fertilidad. Los israelitas practicaban una mezcla de tributo en los llamados “lugares altos” (2 Reyes 23,5-8; Ezequiel 6,6), que consistían en santuarios con altares, estantes para incienso, columnas sagradas de piedra y postes simbólicos de madera o troncos de árbol esculpidos en forma femenina, conocidos como “el poste de Asera” (Deuteronomio 16,21). Igualmente, Los arqueólogos han encontrado cientos de estatuillas de terracota en Jerusalén y Judá, sobre todo en las ruinas de los hogares particulares. La mayoría son representaciones de una mujer desnuda con senos de un tamaño exagerado. Los expertos opinan que las figuras eran “talismanes para facilitar la concepción y el alumbramiento”.

En los textos Neo Testamentarios se menciona a Artemisa, para los griegos, o Diana, para los romanos, cuyo culto estaba muy arraigado en Éfeso (Turquía). Patrona de la ciudad, y diosa de la caza, el nacimiento y la fertilidad. En esta localidad se guardaba una estatua suya que supuestamente había caído “del cielo”. Se suponía que Júpiter había arrojado a la tierra una imagen de madera de esta diosa (Hechos 19,35). Con motivo de las fiestas en su honor, la metrópoli se llenaba de visitantes todos los años entre marzo y abril. Los peregrinos adquirían gran cantidad de artículos religiosos: recuerdos, amuletos, imágenes para el culto familiar. Varias inscripciones antiguas de Éfeso hablan de la fabricación de esfinges de Artemisa en oro y plata, y otras mencionan al gremio de los plateros (Hechos 19, 24-25). Su templo estaba considerado una de las siete maravillas del mundo antiguo. Era idolatrada en este lugar y en toda Asia (Hechos 19,27).


LA MATERNIDAD DIVINA
La mitología pagana para los egipcios, babilónicos, griegos, romanos, zoroastrianos o hindúes; está repletas de relatos sobre el advenimiento a la tierra de sus “dioses” o de los “hijos de sus dioses”. A diferencia de estas fábulas fantasiosas, la revelación divina nos explica que María fue la Madre del Mesías prometido desde la antigüedad a los patriarcas y profetas de la nación de Israel (Hechos 3,22-25). El término “encarnación” viene del latín incarnare, y hace énfasis al hecho de que el Hijo de Dios sólo podía ser verdaderamente el Salvador del género humano, si adoptaba enteramente un cuerpo y un alma, con todo lo que implicaba haber tenido nuestra propia naturaleza (Hebreos 2,14). La palabra “encarnación” no aparece en la Biblia, pero el equivalente griego es sarki (en carne), lo que da a entender que Cristo Jesús asumió la jomoíoma, que significa: “forma”, “semejanza”, “apariencia” o “parecido” a cada uno de nosotros; en cuanto al haber nacido de una mujer (Gálatas 4,4; Romanos 8,3; Filipenses 2,7). Sin embargo, por el mismo hecho de ser Dios, no tuvo en su vida terrenal imperfección alguna: “Porque él también estuvo sometido a las mismas pruebas que nosotros; sólo que él jamás pecó”  (Hebreos 4,15), “nunca cometió ningún crimen, ni hubo engaño en su boca” (Isaías 53,9; 1 Pedro 2,22), “Él es santo, sin mancha, apartado de los pecadores” (Hebreos 7,26).
Es un dogma de fe en el catolicismo creer que María Santísima en el momento mismo de su concepción fue preservada del pecado original, tal cual como se encontraban nuestros primeros padres, antes del pecado original. El apóstol Pablo en sus cartas menciona a Jesús como el “nuevo Adán” (Romanos 5, 14; 1 Corintios 15, 45). Es por ello, que se relacionan a María como la “nueva Eva”, según la descripción que encontramos en Génesis 3,15: “Haré que haya enemistad entre ti y la mujer, entre tu descendencia y la suya. Ella te pisará la cabeza mientras tú herirás su talón” (Biblia Latinoamericana).
Por otra parte, aunque el salmista proclama: “En pecado me concibió mi madre” (51,5). No obstante, el ángel Gabriel alude a María como la siempre “llena de gracia” (Lucas 1, 28), por un privilegio único y especial otorgado por el Padre Eterno desde el cielo, en atención a los méritos de su Unigénito. La carne y la sangre de Cristo, son carne y sangre que le vienen de Ella. Sobre este punto podemos analizar cuatro factores:
El Espíritu de Dios confiesa que Jesucristo ha venido en carne (1 Juan 4,2). Y todo aquel que lo niegue es el anticristo  (2 Juan 1,7).
Durante el embarazo la madre alimenta a su hijo por nacer de su sangre a través de la placenta que se encuentra unida a la pared del útero, y se conecta con el feto por el cordón umbilical.
Gracias a “la sangre preciosa de Cristo, el Cordero sin mancha ni defecto.” (1 Pedro 1,19), se realiza un nuevo pacto (Mateo 26,26-28; 1 Corintios 11,23-26), para la redención y el perdón de los pecados (Efesios 1,7; 1 Juan 1,7).
Análisis de laboratorio han comprobado que la sangre detectada tanto en la sábana que se cree cubrió el cuerpo de Cristo después de haber sido bajado de la cruz y que se conserva en Turín (Italia), es la misma del sudario de Oviedo (España), que es un pequeño paño que se presume envolvió el rostro del Señor. Ambos corresponden al tipo AB. Un 16 % de la población semítica o hebrea posee este tipo de sangre.
Si decimos que María no tuvo pecado alguno, esto no la exime de las consecuencias que trae la misma falta en los seres humanos, como son los padecimientos y la propia muerte. Su Hijo Jesucristo se describe como “un hombre lleno de dolor, acostumbrado al sufrimiento” (Isaías 53,3; 1 Pedro 2, 21). “El mismo tomó nuestras enfermedades, y llevó nuestras dolencias’” (Isaías 53,4; Mateo 8, 16-17). En la cruz del Calvario grita y muere con dolor (Mateo 27,50).
Siguiendo esta línea, el evangelista y médico Lucas anota que cuando se encontraba en Belén “llegó para María el momento del parto y dio a luz a su hijo primogénito” (Lucas 2,6-7). Esto es una referencia a los síntomas que siente toda mujer en este estado. En la etapa de la gestación, algunas madres experimentan cólicos similares a los dolores del ciclo menstrual. En el parto las contracciones son prolongadas, intensas y frecuentes. El apóstol Juan en una visión en el libro del Apocalipsis agrega: “Apareció en el cielo una señal grandiosa: una mujer vestida del sol, con la luna bajo sus pies y una corona de doce estrellas sobre su cabeza. Está embarazada y grita de dolor, porque le ha llegado la hora de dar a luz” (12,1-2).
Algunos místicos y revelaciones particulares, afirman que el alumbramiento de María fue algo especial como un rayo atravesando un cristal. Pero más bien, podemos estar inclinados a creer que fue un procedimiento normal, con rompimiento de fuente y expulsión de la criatura a través de la vagina. En este proceso bien pudo haber intervenido su esposo José, porque la palabra de Dios no especifica que haya habido ninguna otra persona en este momento crucial en la historia de la salvación.
Después del desembarazo, ella siguió siendo la “siempre y bienaventurada Virgen María”, ya que la Maternidad Divina no puede explicarse desde un plano solamente fisiológico, sino que está enmarcado en lo sobrenatural, “porque ninguna cosa es imposible para Dios” (Lucas 1, 37).
Como toda Madre, María nutrió al Emmanuel con su leche materna. San Agustín, afirma que “María fue la Mujer que dio leche a aquel que nos dio el pan de vida eterna”. En la misma localidad de Belén se puede visitar la llamada “Gruta de la Leche”, donde según una piadosa leyenda la Virgen Santísima mientras amamantaba al Niño Dios dejó caer una gotas de su calostro, al instante las rocas se tornaron blancas y blandas. Desde entonces este lugar es objeto de veneración por los cristianos y musulmanes, sobre todo por las mujeres estériles o lactantes que le piden por estos dos favores a la progenitora del Mesías.

Jesús Eucaristía


"Mi carne es comida verdadera y mi sangre es bebida verdadera"


     
          En Israel había multitud de sacrificios; muchos de ellos iban seguidos de banquetes. Estos eran Banquetes de comunión, en Hebreo "Selamin" que significa sacrificio que unen al pueblo entre si y a su vez con DIOS.
Precedente bíblico del Sacrificio y banquete de comunión en la Antigua Alianza.
Levítico 6, 17-20
El SEÑOR habló a Moisés para decirle: Dile a Aarón y a sus hijos:
Esta es la Ley de la víctima ofrecida por el pecado.
Será sacrificada ante el SEÑOR
En el mismo lugar donde se ofrece el sacrificio del Holocausto
Es una cosa muy sagrada. El sacerdote que la
Ofrenda comerá en un lugar santo, a la entrada de la tienda de las citas
Cualquiera que toque las carnes será santificado.
Levítico 7, 15
La carne de la víctima del sacrificio de comunión
Será comida en el mismo día sin dejar
Nada para el siguiente.
El sacrificio de Holocausto era el sacrificio de ofrenda. Como vimos en
Levítico 6, 17-20 la víctima ofrecida por el pecado era sacrificado en el altar del Holocausto. CRISTO JESÚS se hizo ofrenda por nuestra salvación sustituyéndonos en la cruz y cargando nuestros pecados "víctima ofrecida por el pecado", en esta ofrenda al igual que la ofrenda de comunión, la víctima era consumida totalmente y así se entraba en común-unión con el DIOS de Israel. En nuestra Eucaristía, la víctima, nuestra ofrenda y sacrificio, tiene que ser consumida al igual que en el antiguo Israel. Hoy nuestra ofrenda no son ovejas ni animales. Es JESÚS el SEÑOR, por eso nuestra comunión no es simbólica, como las víctimas de Israel no eran simbólicas, sino la propia Víctima Para el Hebreo y en la mentalidad semita es necesario entrar en comunicación con el cuerpo si queremos establecer una comunión con el espíritu.

      
Éxodo 12, 8-10
Esa misma noche comerán el cordero asado al fuego,
Lo comerán con panes sin levaduras…
Ustedes no guardarán nada para el día siguiente,
Lo que sobre quémenlo al fuego.
En la comida de la Pascua era sacrificado un cordero, macho y sin defectos. Desde antiguo se ha considerado este cordero prefigura de JESUCRISTO. Este cordero se debía comer completo en la cena Pascual. La Eucaristía es Nuestra Cena Pascual, en ella el cordero no puede ser una representación, es el mismo cordero el que se ingiere. Nuestro cordero ya fue señalado por Juan el Bautista (San Juan 1, 36) es JESÚS, por lo tanto en la Eucaristía comemos el Cuerpo de JESÚS-CORDERO.
Existe otro Sacrificio en el AT llamado Azkarah:
Este sacrificio particular llamado en Hebreo azkarah  se tenía en Israel como un recuerdo perpetuo de la alianza” Anamnesis se usa en Números 10,10, donde nuevamente hace mención al sacrificio, por lo cual la expresión de
Jesús en la Última Cena sin duda tenía para sus oyentes un carácter sacrificial.
La palabra “memoria” es un término sacrificial, y se usa en la versión griega de los Setenta (se llama la versión de “los Setenta” a la versión griega del Antiguo Testamento, que era ampliamente usada en los tiempos de Jesús). “En Lev. 24,7 la palabra anamnesis traduce el hebreo “azkarah”, que era una sacrificio memorial...
No podemos pensar que pasó inadvertido a Jesús, en aquel momento crucial de la Última Cena, el hecho que la palabra anamnesis tenía esa significación sacrificial... Más bien debemos pensar que lo que Jesús está haciendo es,
Precisamente, dar un contexto sacrificial a esa Eucaristía que instituye durante la celebración judía de la Pascua; Pablo, en 1 Corintios, parece que captó muy bien este aspecto.
Anamnesis, reminiscencia, llamado…es un llamado de la pasión muerte y ascensión de Jesús
- La Eucaristía en el contexto neo testamentario
Yo soy el pan vivo bajado del cielo; el que coma de éste pan vivirá para siempre.
El pan que yo daré es mi carne, y la daré para vida del mundo
Juan 6 en el discurso más difícil que le tocó predicar a JESÚS y de hecho el más controversial. JESÚS ya se ha declarado que Él es el pan de vida.
Días antes, JESÚS ha caminado sobre las aguas, desafiando todas las leyes naturales (San Marcos6, 45-52) pocos momentos antes JESÚS había multiplicado los panes (San Marcos 6, 35-43) con estos dos hechos le ha querido decir a sus discípulos que él hace con el pan lo que quiere (lo multiplica) y con su cuerpo también (camina sobre las aguas), o sea que tiene poder sobre su cuerpo y sobre los panes. Ahora se adentra en el misterio y proclama que su carne es pan. Difícil ¿No camino sobre las aguas? Algo imposible para un hombre. ¿No multiplico los panes?… ¿algo imposible para un hombre? Seguro que sí, no para DIOS. El que tiene poder sobre las leyes naturales de su cuerpo y de los panes, luego  puede transformar su cuerpo en pan. En este pasaje JESÚS habla claramente, el pan que nos va a dar es su carne, aquí esta explícito. Esta frase está exenta de simbolismo, pero para aclarar más aún vamos al texto griego original.
La palabra utilizada para definir carne es sarx, que en Griego quiere decir: "Carne, trozo de carne, cuerpo, ser vivo, hombre" vemos una definición contundente de que JESÚS utiliza la palabra que denota cuerpo de carne y que no es en ningún modo metáfora, hecho que concordará con las palabras de la última cena. Existen otras dos palabras en Griego para definir carne, una es "Kreas" que quiere decir: "Trozos de carne" y se utiliza para cuando se habla de ingerir carne en una comida normal (Rom 4, 21/1 Cor 8, 13) y "Sarkinos" que quiere decir "carnal" y se utiliza en sentido simbólico (Rom 7, 14/1 Cor 3, 1 / 2 Cor 3,3).

    "El que come mi carne y bebe mi sangre, vive de verdad, y yo lo resucitaré en el último día"
   
San Juan 6,55
Si quedó alguna duda de la intención de JESÚS en el versículo 51, ahora las dudas deberían disiparse. JESÚS declara que su cuerpo carnal (sarx) es comida verdadera. La palabra griega utilizada por JESÚS para decir verdadera es "Alethes" que proviene de "Aletheia" que quiere decir "Verdad, veracidad, sinceridad, realidad, esta palabra confirma la realidad de la presencia viva de JESÚS en cuerpo y divinidad en la Eucaristía. JESÚS no dijo en ningún momento que su carne "significa", todo lo contrario afirma ser verdadera, "alethes". Este mismo análisis se aplica a la sangre de JESÚS.
Veamos ahora la  palabra  “Comer”
La Palabra Griega para “Comer” es “PHAGO”, sin embargo vemos que Jesús en el discurso de San Juan 6 no usa esta palabra común, pasando a utilizar la Palabra “Trogos”, según el Diccionario Griego “Trogos” quiere decir:
“Mascar, Masticar, Digerir, Roer
El cambio que el Señor hace al suplantar el verbo phago por el verbo trogo es realmente notable.
 Esta palabra nunca es usada simbólicamente ni en la Biblia ni en ningún otro texto literario antiguo
Jesús comienza utilizando la Palabra “brosis” y “esthio” que también significa “comer” en Griego pero vemos que a partir de San Juan 6, 54 y los versículos 56, 57 y 58 cambia para “trogos” que es una palabra radical que no puede llevar a confusión de su sentido bajo ningún concepto se puede pensar que si la intención de Cristo era  el transmitir una metáfora pues el cambio de palabra cuando El vio que los que lo escuchaban era de asombro es patente, hubiera  sido irresponsable el crear tal confusión al usar expresiones sin sentido.
Por ejemplo vemos que en San Juan 4,34 cuando Jesús dice “Mi COMIDA es que se haga la voluntad de mi Padre” expresión ciertamente simbólica utilice la palabra griega “broma”



En el Nuevo Testamento aparece la Palabra TROGO en San Mateo 24, 38 y San Juan 13, 8. y ninguna vez quiere decir comer de forma simbólica. Además los judíos ya sabían que
Jesús hablaba de comer literalmente porque preguntaron  ¿Cómo puede éste
Darnos a comer su carne? (v. 52), aún antes de que Jesús utilizara TROGO.
Si nos quedara duda de que JESÚS habló en sentido simbólico o metafórico analicemos la reacción de los discípulos:

San Juan 6, 60
"Cuando oyeron todo esto, muchos de los que habían seguido a JESÚS dijeron
"Este lenguaje es muy duro Quién puede sufrirlo?"
Los discípulos hablaban perfecto arameo, que era la lengua habitual de JESÚS y entendieron perfectamente que este no hablaba en forma simbólica, pues si hubiera sido esta reacción hubiera estado de más. ¡Ellos reaccionan escandalizados! No pueden sufrir que el "hijo del carpintero les hable de "comer su carne y beber su sangre"… es algo para ellos demencial, es algo que solo se entiende en FE. JESÚS al contrario de otras ocasiones no les va a explicar, por qué es algo que no se puede explicar, que hay que aceptar. Es por eso que les pregunta a los Apóstoles si también se van a marchar y Pedro contesta que aunque no entiende nada, sabe que de JESÚS solo sale "vida eterna". Así la Iglesia como Pedro se queda en Fe con las palabras de JESÚS.
San Juan 6, 61
JESÚS captó en su mente que sus propios discípulos criticaban su discurso y les dijo:
Qué va a ser entonces cuando vean al Hijo del Hombre subir al lugar donde estaba antes!"
JESÚS aquí nos da una comparación. Si no entienden cómo puede comerse su cuerpo, menos entenderán su Ascensión al cielo, o sea dice JESÚS que es más fácil aceptar la Eucaristía que aceptar su Ascensión y su Glorificación como Segunda Persona de la Trinidad. Actualmente casi todas las Iglesias aceptan la Ascensión y Glorificación de JESÚS, sin embargo no aceptan la Eucaristía que según JESÚS es más fácil de entender.
San Mateo 26, 26-28
Mientras comían, JESÚS tomó el pan y , después de pronunciar la bendición, lo partió y lo dió a sus discípulos, diciendo: Tomen y coman; esto es mi cuerpo. Después tomando una copa de vino y dando gracias, se la dio diciendo: Beban todos, porque ésta es mi sangre, la sangre de la alianza, que es derramada por una muchedumbre, para el perdón de los pecados.



Llega la Última cena. Cena Pascual donde sorpresivamente no hay cordero puesto que JESÚS va a reemplazarlo. Llegado el momento JESÚS solemnemente declara que el pan es su cuerpo en clara conexión con el discurso de San Juan 6. La palabra griega utilizada en el Evangelio traducida como "cuerpo" no es Sarx, como hubiera sido de esperar-pues sarx significa también cuerpo-La palabra utilizada es Soma que quiere decir en griego "cuerpo, cadáver, cuerpo muerto" que en este contexto de sacrificio al darlo separado de su sangre (el vino) expresa claramente que JESÚS está hablando y refiriéndose a Él como el Cordero pascual comido en la Pascua Hebrea ya muerto y no de forma alguna simbólica y que faltó en la Ultima cena. La misma explicación es acertada para el vino como sangre.
San Lucas 19
"Hagan esto en memoria mía"
Esta orden de JESÚS de ninguna forma da aspecto de simbolismo a la Eucaristía, mas bien la afirma Veamos: La palabra griega utilizada para "memoria" es anamnesis que quiere decir "recordar, refrescar la memoria, mencionar, acordarse, pensar en algo" en ningún momento la palabra memoria implica símbolo. Con esta palabra JESÚS ordena a los Apóstoles que sigan repitiendo lo que El acaba de hacer con las mismas consecuencias, instituye el orden Presbiteral o Sacerdotal al mandar a los Apóstoles celebrar la Cena Pascual con El como cordero sacrificado y en ningún momento simbólico. Con esto se cumple en el Nuevo Pacto lo ordenado a Israel en Éxodo 12, 14"
"Esta ley es para siempre: los descendientes de ustedes no dejaran de celebrar este día"
Sabes tu, que cuando asistes a la Eucaristía estas asistiendo a la Cena Pascual de la Nueva Alianza?.. esto será un tema para un nuevo estudio. Regresando a nuestra palabra "anamnesis", esta palabra utiliza en Hebreos 10,3 "Pero en esos sacrificios cada año se hace memoria de los pecados"…cada año se recuerda algo muy actual, los pecados. Memorial=actualización de una realidad. Qué realidad? Nuestra comunión con JESÚS de una forma íntima y tremenda comiendo su cuerpo y bebiendo su sangre.
Levítico 2,2
"La llevaran a los sacerdotes, los hijos de Aarón, quienes tomando un puñado de harina con aceite y todo el incienso lo quemarán sobre el altar como combustión, en memoria, en olor suave para YHAVEH"
El olor de esta harina, quemada por los sacerdotes en el altar será un memorial, o sea que recordara al Padre la ofrenda al mismo tiempo que al oferente. El memorial de la Eucaristía recuerda al Padre el Sacrificio de Cristo en la cruz-único y suficiente- pero que se actualiza como sacrificio incruento, donde no hay sufrimiento; y que recuerda al Padre que somos los oferentes y los beneficiados de este, y que por esta víctima- JESÚS -debe derramar su misericordia sobre nosotros.
En I de Corintios 11, 26 dice San Pablo "Cuantas veces comáis este pan y bebáis este cáliz, anuncias la muerte del SEÑOR hasta que venga". Este versículo es de una importancia trascendental, pues reafirma el carácter sacrificial y escatológico de la Eucaristía. Proclamamos el sacrificio de JESÚS y lo haremos hasta que el retorne en gloria.



I Corintios 10, 16
La copa de bendición que bendecimos, No es la comunión con la sangre de CRISTO? Y el pan que partimos, No es una comunión con el cuerpo de CRISTO?
En este Capitulo 10, San Pablo habla de un hecho real "no se debe comer carne sacrificada a los ídolos" y como alude a la presencia real de Cristo en la Eucaristía común-unión del creyente y CRISTO JESÚS, diciendo claramente que la comunión es el cuerpo y la sangre de Cristo.
I Corintios 1, 26-29
Así pues, cada vez que comen de este pan y beben de la copa, están proclamando la muerte del SEÑOR hasta que venga. Por lo tanto, si alguien come el pan y bebe de la copa del SEÑOR indignamente, peca contra el cuerpo y la sangre del SEÑOR.
Por eso, que cada uno examine su conciencia antes de comer del pan y beber de la copa. De otra manera come su propia condenación al no reconocer el cuerpo.
Aquí San Pablo nos da una visión contundente de la presencia real de JESÚS en la Eucaristía. Primeramente se peca contra el objeto que se agravia, aquí según San Pablo se agravia el Pan y la Copa al comerse indignamente, sin embargo se peca contra el cuerpo y la sangre del SEÑOR, afirmación que sería un desatino si cuerpo y pan y copa y sangre no fueran lo mismo. Seguidamente va a atribuir condenación, un hecho que solo se aplica por no aceptar en Fe a DIOS .
Qué pensó la comunidad primitiva y los Padres de la Iglesia en el primer siglo sobre este tema?
- San Ignacio Obispo de Antioquia en el año 110 D.C. Escribe en su Carta a los de Esmirna lo siguiente: "De la Eucaristía y la oración se apartan (los herejes docetas) por que no confiesan que la Eucaristía es la carne de Nuestro Salvador JESUCRISTO, la que padeció por nuestros pecados, la que por bondad resucitó el Padre. Por lo tanto, los que contradicen el don de DIOS litigando, se van muriendo. Mejor les fuera amar para que también resucitasen"
En su carta a la Iglesia de Filadelfia les dice: "Esforzaos, por lo tanto, por usar de una sola Eucaristía; pues una sola es la carne de Nuestro SEÑOR JESUCRISTO y uno solo es el cáliz para unirnos con su sangre, un solo altar, como un solo Obispo junto con el Presbítero y con los diáconos consiervos míos; a fin de que cuando hagáis, todo lo hagáis según DIOS".
-San Justino Mártir, año 160 en su Apología 1ra. "Este alimento se llama entre nosotros Eucaristía del cual a ninguno le es lícito participar, sino al que cree que nuestra doctrina es verdadera y ha sido purificado por el Bautismo para perdón de pecados y regeneración…. Es la sangre y la carne de aquel JESÚS que se encarnó, pues los Apóstoles y los comentarios por ellos compuestos, llamados Evangelios nos lo transmitieron así…"
-San Ireneo, Obispo de Lyon, año 180, libro "Adversus Haereses" " Y cómo dicen también que la carne se corrompe y no participa de la vida (la Carne) que es alimentada por el cuerpo y la Sangre del SEÑOR? Por lo tanto, o cambian de parecer o dejan de ofrecer las cosas dichas".

-Tertuliano, año entre 160 y 220 libro "Contra Marcion" "Por lo cual, por el sacramento del pan y del cáliz, ya hemos probado en el Evangelio la verdad del cuerpo y la sangre del SEÑOR en contra de la teoría del fantasma propugnada por Marcion".
-San Agustín, años 354-430 "Y siendo así que CRISTO anduvo en esta carne y nos dio su misma carne para que la comiéramos, nadie puede comer su carne si no la adora, encontramos que como es posible adorar tal escabel de los pies del SEÑOR, sin que no solo no pequemos adorando, sino que pequemos no adorando..
Hermanos separados de la comunión con la Iglesia Católica opinan que cuando JESÚS dijo: "Esto es mi cuerpo" lo dijo en forma de símil, como es el caso en San Juan 6, 35 donde JESÚS dice: "Yo soy el pan de Vida’ o como en San Juan 6, 12 donde dijo: "Yo soy la Luz del mundo" o también como en San Juan 10, 9 donde dijo "Yo soy la puerta". Evidentemente JESÚS aquí se está describiendo a si mismo como "Pan de Vida", "Luz del mundo", "Puerta" y en otra oportunidad como "El camino", JESÚS no es una "Puerta" o un "camino" físicamente hablando.. es pura simbología, pero examinemos una de estas oraciones, por ejemplo: "Yo soy la Puerta". Esta oración, y si mal no recuerdo mis años de estudiante de gramática, se compone de Sujeto y Predicado. El sujeto es de quien se habla y el predicado precedido de un verbo describe una acción al sujeto, en este caso Yo, es el sujeto o sea CRISTO y soy la puerta es el predicado que describe a Cristo como la entrada a la salvación por medio de una "puerta". En la Ultima Cena JESÚS dice "Esto es mi cuerpo". Esto es el sujeto o sea el pan y mi cuerpo es el predicado que describe al sujeto o sea CRISTO (soma). Ves la diferencia? En los anteriores versículos del Evangelio CRISTO se describe a si mismo como puerta, Luz, camino, etc.. en la Ultima cena el Pan es descrito como el mismo CRISTO, su cuerpo sacrificial. Luego entonces el Pan es CRISTO, lo cual es muy diferente a que CRISTO sea pan.
Hermano que lees este pequeño estudio de apologética sobre la Eucaristía, la presencia real de JESÚS en el pan y en el vino solo se acepta por FE, no por razonamiento. Pues como dijo San Agustín "Si lo entiendes, no es Dios". En qué bando  estás? Entre los que dejaron a JESÚS moviendo la cabeza y diciendo "dura doctrina es esta!" o como los que como Pedro nos quedamos diciendo "no entiendo humanamente, pero se que tienes Palabras de Vida y además adonde ir que haya vida eterna?"
Si te quedas en Fe tienes la promesa del SEÑOR
"El que come mi carne y bebe mi sangre, vive de verdad, y yo lo resucitaré en el último día". Que así sea.

jueves, 26 de abril de 2018

Las Indulgencias


       Por: Manuel Pérez


   GENERALIDADES
Definición
La indulgencia es la remisión ante Dios de la pena temporal por los pecados ya borrados en cuanto a la culpa, que el fiel cristiano, debidamente dispuesto y cumpliendo unas ciertas y determinadas condiciones, consigue por mediación de la Iglesia, la cual, como administradora de la redención, distribuye y aplica con autoridad el tesoro de las satisfacciones de Cristo y de los santos (EI/Normas 1; CIC 992; Cat 1471).

Indulgencia parcial
Es la indulgencia que libera en parte la pena temporal debida por los pecados (EI/Normas 2; CIC 993; Cat 1471).

Indulgencia plenaria
Es la indulgencia que libera totalmente la pena temporal debida por los pecados (EI/Normas 2; CIC 993; Cat 1471).

Aplicación
Toda indulgencia puede aplicarse por sí mismo o por los difuntos como sufragio (ID/Normas 3; EI/Normas 3; CIC 994; Cat 1032, 1471).
Nunca puede aplicarse una indulgencia por otra persona viva, pues desconocemos su predisposición espiritual para recibirla.

Capacidad
Para lucrar indulgencias se necesita estar bautizado, no excomulgado, en estado de gracia por lo menos al final de las obras prescritas (EI/Normas 17.1; CIC 996.1).

Requisitos
Para que un sujeto capaz gane indulgencias debe tener intención, por lo menos general, de ganarlas y cumplir las obras prescritas dentro del tiempo establecido y en la forma debida (EI/Normas 17.2; CIC 996.2).
Las obras prescritas actualmente para ganar indulgencias se detallan en este documento más abajo bajo los epígrafes “Indulgencia parcial” e “Indulgencia plenaria”. Allí se concretan las circunstancias y momentos que debe reunir cada obra para que esté enriquecida con una indulgencia, parcial o plenaria. Del mismo modo, junto a cada obra se especifica el documento en el que se concede dicha indulgencia para que pueda ser consultado, en caso de duda.

Las penas del pecado
Para entender esta doctrina y esta práctica de la Iglesia es preciso recordar que el pecado tiene una doble consecuencia. El pecado grave nos priva de la comunión con Dios y por ello nos hace incapaces de la vida eterna, cuya privación se llama la “pena eterna” del pecado. Por otra parte, todo pecado, incluso venial, entraña apego desordenado a las criaturas que es necesario purificar, sea aquí abajo, sea después de la muerte, en el estado que se llama Purgatorio. Esta purificación libera de lo que se llama la “pena temporal” del pecado. Estas dos penas no deben ser concebidas como una especie de venganza, infligida por Dios desde el exterior, sino como algo que brota de la naturaleza misma del pecado. Una conversión que procede de una ferviente caridad puede llegar a la total purificación del pecador, de modo que no subsistiría ninguna pena (cf Concilio de Trento: DS 1712-13; 1820) (Cat 1472).

Efectos del perdón de los pecados
El perdón del pecado y la restauración de la comunión con Dios entrañan la remisión de las penas eternas del pecado. Pero las penas temporales del pecado permanecen. El cristiano debe esforzarse, soportando pacientemente los sufrimientos y las pruebas de toda clase y, llegado el día, enfrentándose serenamente con la muerte, por aceptar como una gracia estas penas temporales del pecado; debe aplicarse, tanto mediante las obras de misericordia y de caridad, como mediante la oración y las distintas prácticas de penitencia, a despojarse completamente del “hombre viejo” y a revestirse del “hombre nuevo” (cf. Ef 4,24) (Cat 1473).

¿Ganar indulgencias perdona los pecados?
No. El perdón de los pecados nos libera de las penas eternas del pecado y sólo se obtiene por la confesión sacramental, o el acto de contrición perfecto cuando la primera no puede realizarse. La obtención de las indulgencias nos libera de las penas temporales del pecado que aún permanecen en nosotros tras el perdón de los pecados.

¿Puedo ganar indulgencias si estoy en pecado mortal?
No. Uno de los requisitos para ganar indulgencias es estar en gracia de Dios. La limpieza de los restos del pecado en el alma no es posible si los pecados aún no han sido perdonados. La pérdida de la gracia santificante pone al alma en una situación de alejamiento de Dios tal que no puede merecer esos beneficios.

¿Y si he cometido pecados veniales?
Sí. Nadie puede sustraerse completamente a la comisión de pecados veniales, aun cuando es una tarea de perfección cristiana en la que todo llamado a la santidad debe progresar todo lo posible. Dado que para lucrar indulgencias es necesario la exclusión de todo pecado venial junto a la contrición de corazón, y la comunión eucarística, con esto es suficiente para que los pecados veniales sean perdonados en una persona de buena fe.

Las indulgencias, ¿pueden ganarse para liberar las penas temporales de los pecados futuros?
No. Las indulgencias nos liberan de la pena temporal de los pecados pasados y que ya han sido perdonados. De los pecados futuros que aún no se han cometido no puede tener efecto ninguno.

Si una indulgencia puede ganarse mediante una oración, ¿cómo puede realizarse?
Es suficiente rezar la oración alternando con otro o siguiéndola mentalmente mientras otro la reza (EI/Normas 23). En cuanto al idioma, puede utilizarse una traducción a cualquier idioma siempre que la misma haya sido aprobada por la autoridad eclesiástica competente (EI/Normas 22).

Los sordos y mudos, ¿pueden ganar indulgencias que consistan en preces?
Los sordos y los mudos pueden ganar las indulgencias anejas a las preces públicas si, junto con los demás fieles que rezan en el mismo lugar, elevan a Dios su mente y sus piadosos sentimientos; y, si se trata de oraciones privadas, basta con que las recuerden mentalmente, o que las expresen con signos, o simplemente que las recorran con la vista (EI/Normas 26).

¿Qué es necesario hacer para ganar una indulgencia que consiste en visitar un lugar o templo?
La visita a un lugar o un templo por el que se gana una indulgencia debe realizarse con espíritu de piedad, desde el mediodía del día anterior al prescrito hasta la medianoche final del día dispuesto para ganarla, y rezando un Padrenuestro y un Credo.


Una fiesta trasladada de día
La indulgencia aneja a una fiesta se considera trasladada al mismo día al que se traslada dicha fiesta o su solemnidad externa (EI/Normas 13).

Vigor de concesiones antiguas de indulgencias
Si es una concesión de indulgencias antigua aneja al uso de un objeto de piedad, cesó su vigor a los tres meses de publicarse la Constitución Apostólica Indulgentiarum Doctrina el 1-1-1967 (ID, disposiciones finales).
Si es una concesión de indulgencias antiguas relativas a órdenes religiosas y otros institutos religiosos y seculares, incluso asociaciones de fieles, debía tramitarse su renovación ante la Penitenciaría Apostólica antes de cumplirse un año desde la entrada en vigor de la Constitución Apostólica ID el 1-1-1967 (ID, disposiciones finales).
En dichas concesiones antiguas relativas a órdenes religiosas y otros institutos religiosos y seculares, perderán todo vigor las que no hubieran sido confirmadas antes de 2 años de la entrada en vigor de la Constitución Apostólica ID el 1-1-1967 (ID, disposiciones finales).

Normativa
La normativa básica vigente al confeccionarse este documento se recoge en el Enchiridion Indulgentiarum, en su cuarta edición de 1999, dado por la Penitenciaría Apostólica el 16 de julio de dicho año. Dicho Enchiridion fue elaborado a instancias de la Constitución Apostólica Indulgentiarum Doctrina de S.S. Pablo VI de 1-1-1967. El Código de Derecho Canónico de 25-1-1983 también recoge en sus artículos 992 a 997 ciertas normas relativas a las indulgencias, así como el Catecismo (1471-1479).
El Decreto de 29-1-2000 de la Penitenciaria apostólica sobre el Don de la Indulgencia fue promulgado con ocasión del Año Santo Jubilar pero contiene “indicaciones de índole general sobre las indulgencias” que entendemos que son aplicables a cualquier indulgencia a tenor del propio texto. En ellas se indica que los ritos sagrados y oraciones que acompañan a la obra indulgenciada pueden realizarse unos veinte días antes o después del acto indulgenciado (Ver dicho Decreto de 29-1-2000).
El resto de Decretos citados al pie de este documento se desprende de su literalidad que tienen valor perpetuo.

Advertencia
Este escrito sólo puede considerarse un resumen ordenado de las indulgencias vigentes en el momento de realizarse con la finalidad de facilitar el conocimiento de las indulgencias, y no una edición o publicación exhaustiva que recoja las mismas.
En caso de duda, debe consultarse siempre la fuente original que se cita junto a cada obra indulgenciada y cada norma para verificar que la indulgencia se consigue con los requisitos explicados. Para ello, todas las fuentes originales consultadas pueden ser accedidas mediante los enlaces colocados al final del texto (al menos en octubre de 2017). También puede consultarse el Manual de Indulgencias, publicado en español por Coeditores Litúrgicos en 2007 en su primera edición.
Ciertas concesiones de indulgencias tradicionales (por ejemplo, las que acompañan al escapulario de la Virgen del Carmen) no se recogen en este documento aplicando un criterio de prudencia. De la Constitución Apostólica Indulgentiarum Doctrina podría desprenderse que no han sido renovadas, dado que no hemos podido verificar dicha renovación y ante la duda, hemos preferido no incluirlas.

INDULGENCIA PARCIAL
Frecuencia
Pueden ganarse varias veces al día (EI/Normas 18.1; ID/Normas 6).

Capacidad
La general: estar bautizado, no excomulgado, en estado de gracia por lo menos al final de la obra prescrita (EI/Normas 17.1).

Requisitos
Los generales: tener intención, por lo menos general, de ganarlas y cumplir las obras prescritas dentro del tiempo establecido y en la forma debida (EI/Normas 17.2).
De la parcial, en concreto: contrición de corazón (EI/Proemio a Concesiones 5).

Parcial por ser una indulgencia plenaria pero con obra incompleta
Si una obra enriquecida con indulgencia plenaria es susceptible de ser dividida en partes, si no puede realizarse completa por una causa razonable, puede ganar indulgencia parcial por la parte que ha realizado (EI/Normas 20.4)

Parcial por ser una indulgencia plenaria pero con obra incompleta por cambio de circunstancias
Si una obra con indulgencia plenaria puede ser realizada pero con algún cambio en las circunstancias que determina la concesión para dicha indulgencia (por ejemplo, renovación de las promesas bautismales, pero fuera del día del propio bautismo establecido en la concesión), puede ganarse indulgencia parcial por la obra realizada.
Este cambio en las circunstancias aparecerá expresamente junto a la concesión original de indulgencia plenaria bajo un epígrafe como: “Será parcial….”, junto a la cita de la fuente original donde puede consultarse dicha concesión parcial.

Parcial por ser una indulgencia plenaria sin las tres condiciones
Igual sucede en el caso de que en una indulgencia plenaria, no se cumplan las tres condiciones de confesión sacramental, comunión eucarística y oración por el Sumo Pontífice. En tal caso, la indulgencia será parcial (ID/Normas 7; EI/Normas 20.4)

A) CUATRO CONCESIONES GENERALES
En estas cuatro concesiones generales no se enriquecen con indulgencia todas las obras que están descritas en cada una, sino sólo las que se hacen con la disposición requerida en cada una de las concesiones.
1ª Se concede indulgencia parcial al fiel cristiano que, en el cumplimiento de sus obligaciones y en el sufrimiento de las dificultades de la vida, eleva su alma a Dios con humilde confianza, añadiendo -aunque sólo sea mentalmente- alguna piadosa invocación.
2ª Se concede indulgencia parcial al fiel cristiano que, movido por el espíritu de fe, pone su persona o sus bienes, con sentimientos de misericordia, al servicio de los hermanos necesitados.
3ª Se concede indulgencia parcial al fiel cristiano que, con espíritu de penitencia, se priva voluntariamente de alguna cosa lícita y agradable.
4ª Se concede indulgencia parcial al fiel cristiano que, en circunstancias particulares de la vida cotidiana, dé testimonio explícito de la fe ante los demás (EI/Cuatro Concesiones).

B) OTRAS CONCESIONES. MEDIANTE ORACIONES

Al Santísimo Sacramento
– Rezar a Jesús presente en el Santísimo Sacramento, alguna oración eucarística, por ejemplo: Adoro te devote, O sacrum convivium o Tantum ergo (EI/Concesiones 7.2.2).
– Recitar una fórmula aprobada del acto de comunión espiritual (EI/Concesiones 8.2.1).
– Recitar tras la comunión eucarística una fórmula de acción de gracias, como por ejemplo, Anima Christi o Mírame Oh bueno y dulcísimo Jesús (EI/Concesiones 8.2.2).

A Jesús misericordioso
– Rezar piadosamente a Jesús misericordioso una plegaria legítimamente aprobada, por lo menos con el corazón contrito (Decreto 29-6-2002, de indulgencias de la Divina Misericordia).

A la Santísima Virgen
– Rezar piadosamente el Magnificat (EI/Concesiones 17.2.1).
– Rezar devotamente el Angelus al amanecer, al mediodía y al atardecer con el versículo y la oración propia (EI/Concesiones 17.2.2).
– En tiempo pascual, rezar el Regina Coeli en lugar del Angelus (EI/Concesiones 17.2.2).
– Rezar fervorosamente a la Virgen María alguna oración, como por ejemplo María Madre de gracia; Acuérdate o piadosísima Virgen María; Salve; Santa María socorre a los desgraciados; Sub tuum presidium (EI/Concesiones 17.2.3).

A San José
– Rezar fervorosamente una oración aprobada a San José (EI/Concesiones 19).

A los santos apóstoles Pedro y Pablo
– Rezar fervorosamente una oración a los Santos Apóstoles Pedro y Pablo (EI/Concesiones 20).

Al ángel custodio
– Rezar fervorosamente una oración aprobada al ángel custodio (EI/Concesiones 18).

Día de celebración de un santo o un beato
– Rezar una oración aprobada, por ejemplo, del Misal Romano en el día del santo o beato (EI/Concesiones 21.1).

Oraciones de tradiciones orientales
– Rezar devotamente alguna de las oraciones siguientes (EI/Concesiones 23.2):
Oración de acción de gracias (armenia);
Oración vespertina o por los difuntos (bizantina);
Oración del Santuario o Lakhu Mara o A ti Señor (caldea);
Oración del incienso o por la glorificación de María o Madre de Dios (copta);
Oración por el perdón de los pecados o para alcanzar el seguimiento de Cristo (etiope);
Oración por la Iglesia o de despedida de la celebración litúrgica (maronita);
Intercesiones por los difuntos de la liturgia de Santiago (siro-antioquena).

Diversas intenciones
– Recitar una oración aprobada por los bienhechores, movido por un afecto sobrenatural de gratitud (EI/Concesiones 24).
– Rezar una oración por el Sumo Pontífice debidamente aprobada (EI/Concesiones 25.1).
– Rezar devotamente una oración por el propio obispo diocesano o eparquial en el comienzo de su ministerio pastoral o en el aniversario (EI/Concesiones 25.2).

Diversas fórmulas
– Recitar devotamente alguna de las letanías aprobadas, por ejemplo, del Santísimo Nombre de Jesús, del Sagrado Corazón de Jesús, de la Preciosísima Sangre de N.S.J., de Santa María Virgen, de San José, de los santos (EI/Concesiones 22.2).
– Recitar devotamente alguno de los oficios parvos debidamente aprobados, por ejemplo, de la Pasión de N.S.J., del Sagrado Corazón de Jesús, de Santa María Virgen, de la Inmaculada Concepción, de San José (EI/Concesiones 22.3).
– Hacer piadosamente oración mental, para la propia edificación personal (EI/Concesiones 15).
– Rezar devotamente alguna plegaria de súplica o acción de gracias al comienzo y al final del día o al iniciar y terminar las tareas o antes y después de las comidas (EI/Concesiones 26.2.1 y 2 y 3).
– Rezar devotamente el Credo apostólico o el Niceno-constantinopolitano (EI/Concesiones 28.2.3).
– Rezar devotamente los actos de fe, esperanza y caridad, usando cualquier fórmula legítima (EI/Concesiones 28.2.4).
– Rezar piadosamente Laudes y Vísperas del Oficio Divino de difuntos o la invocación “Dale, Señor, el descanso eterno”. Sólo aplicable por los difuntos (EI/Concesiones 29.2.2).

De arrepentimiento
– Recitar alguna fórmula legítima del acto de contrición, como por ejemplo: Yo, pecador; Salmo De profundis; Salmo Miserere; salmos graduales; salmos penitenciales (EI/Concesiones 9.2).
– Rezar, con el corazón contrito, alguna plegaria legítimamente aprobada a Jesús misericordioso (Decreto 29-6-2002 sobre la Divina Misericordia)

C) OTRAS CONCESIONES. MEDIANTE ACCIONES
– Usar algún objeto de piedad (crucifijo, cruz, rosario, escapulario, medalla) con devota actitud interna y bendecido por un sacerdote o un diácono. (ID/Normas 17; EI/Normas 15; EI/Concesiones, 14.2).
– Hacer devotamente la señal de la cruz diciendo las palabras de costumbre: “En el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén” (EI/Concesiones 28.2.2).
– Participar devotamente en una novena celebrada públicamente (EI/Concesiones 22.1).
– Renovar las promesas del bautismo, usando alguna fórmula aprobada (EI/Concesiones 28.2.1).
– Trabajar en enseñar o aprender la doctrina cristiana (EI/Concesiones 6).
– Asistir devotamente a otras formas de predicación sagrada que no sean la Santa Misión (en cuyo caso, sería plenaria) (EI/Concesiones 16.2).
– Examinar la conciencia para la confesión sacramental con el firme propósito de enmienda (EI/Concesiones 9.1).
– Visitar devotamente un cementerio y hacer oración por los difuntos, aunque solo sea mentalmente. Sólo aplicable en sufragio por los difuntos (EI/Concesiones 29.2.1).
– Visitar devotamente las catacumbas (EI/Concesiones 33.3).

INDULGENCIA PLENARIA
Frecuencia
Sólo puede ganarse una vez al día. In articulo mortis, puede ganarse una indulgencia plenaria aunque en el mismo día haya ganado otra indulgencia plenaria (ID/Normas 18; EI/Normas 18.1 y 2).

Capacidad
La general: estar bautizado, no excomulgado, en estado de gracia por lo menos al final de la obra prescrita (EI/Normas 17.1; CIC 996).

Requisitos
Los generales: tener intención, por lo menos general, de ganarlas y cumplir las obras prescritas dentro del tiempo establecido y en la forma debida (EI/Normas 17.2).
Para ganar una indulgencia plenaria se necesita: 1) la exclusión de todo afecto a cualquier pecado, incluso venial, 2) la ejecución de la obra prescrita y 3) las tres condiciones necesarias: confesión sacramental, comunión eucarística y oración por las intenciones del Sumo Pontífice (al menos un Padrenuestro y un Avemaría) (ID/Normas 7 y 10; EI/Normas 20.1 y 5).
Con una sola confesión sacramental puede ganarse varias indulgencias plenarias (ID/Normas 9; Normas 20.2).
Con una comunión eucarística y una oración por el Sumo Pontífice, sólo se gana una indulgencia plenaria (ID/Normas 9; EI/Normas 20.2).

Tiempo de las tres condiciones
Las tres condiciones pueden cumplirse unos días antes o después de la ejecución de la obra prescrita, pero conviene que la comunión y la oración por las intenciones del Sumo Pontífice se realicen el mismo día que cumple la obra (ID/Normas 8).
Es conveniente, aunque no necesario, que la confesión sacramental y especialmente la comunión eucarística y la oración por las intenciones del Sumo Pontífice se realicen el mismo día que la obra prescrita, aunque es suficiente que estos sagrados ritos y oraciones se realicen dentro de algunos días (unos veinte) antes o después del acto indulgenciado (Don de indulgencia, 29-1-2000).

INDULGENCIA PLENARIA – CONCESIONES EN MOMENTOS ESPECIALES

Cualquier día
– Adoración al Santísimo Sacramento durante al menos media hora (EI/Concesiones 7.1.1).
Será parcial si el tiempo es menor (EI/Concesiones, 7.2.1).
– Piadoso ejercicio del Vía Crucis en una Iglesia y pasando de una estación a otra en un Vía Crucis legítimamente erigido, aunque no se requiere la meditación en cada una de las estaciones. Si se hace con concurrencia de personas, basta con que el que lo dirija pase de una estación a otra y los demás permanezcan en su lugar (EI/Concesiones 13.2).
– Rezo del Santo Rosario o Himno Akathistos (no necesariamente íntegro) en una iglesia u oratorio, o en familia, en una comunidad religiosa, en una asociación piadosa y siempre que varios fieles se reúnan para un buen fin. También seguir la retransmisión por radio o televisión de dicho rezo por el Santo Padre. Basta que sean 5 decenas, pero han de ser seguidas, y hay que añadir la piadosa meditación de los misterios, que basta con que se una a la oración vocal en el rezo no público (EI/Concesiones 17.1.1 y 2; y 23,1).
Será parcial: en otras condiciones, por ejemplo, si se reza privadamente (EI/Concesiones 17.1; y 23.1).
– Rezo del oficio Paraclisis, en las mismas condiciones del Himno Akathistos.
– Lectura piadosa de la Sagrada Escritura con veneración y a manera de lectura espiritual durante al menos media hora (EI/Concesiones 30.1).
Si la persona no puede leer la lectura anterior puede hacerse por medio del texto leido por otra persona o por medio de audio o video (EI/Concesiones 30.1)

Primeras comuniones
– Recibir por primera vez la sagrada comunión, o acompañar a los que reciben por primera vez la sagrada comunión (EI/Concesiones 8.1.1).

Ejercicios espirituales o retiros
– Practicar ejercicios espirituales al menos tres días íntegros (EI/Concesiones 10.1).
Será parcial: si es un retiro mensual (EI/Concesiones 10.2).

Día universal para el fomento de las vocaciones o bien Día universal para la pastoral de los enfermos y discapacitados o bien Día universal para ayudar a los jóvenes a fortalecer su fe y conducirlos a la santidad
– Asistir a las celebraciones que tengan lugar en cualquiera de los días destinados a estas celebraciones de carácter universal, como por ejemplo los Días universales señalados en el título (EI/Concesiones 5).
Será parcial: si el fiel se une en oración a dichas celebraciones (EI/Concesiones 5).

Primera consagración de la familia al Sagrado Corazón de Jesús o a la Sagrada Familia
– Piadosamente recitar una oración adecuada, debidamente aprobada, ante una imagen del Sagrado Corazón o la Sagrada Familia, en una celebración ritual que, si fuera posible, sea presidida por un sacerdote o diácono (EI/Concesiones 1).
Será parcial: en el día del aniversario de la primera consagración (EI/Concesiones 1).

Reunión eucarística
– Participar en el solemne rito eucarístico de clausura de una reunión eucarística (EI/Concesiones 7.1.4).

Santa Misión
– Escuchar algunos sermones durante la Santa Misión, y asistir a la solemne conclusión de la misma (EI/Concesiones 16.1).

Nuevo santo o beato
– Visitar devotamente el lugar donde se celebre, durante el año, una celebración solemne en su honor, rezando un Padrenuestro y un Credo. Se concede por una sola vez (EI/Concesiones 21.2).

Primera misa
– Al sacerdote que la celebra en presencia del pueblo y a los fieles que asisten (EI/Concesiones 27.1.1 y 2).

Aniversario de los sacerdotes, en los 25, 50, 60 y 70 años
– A los sacerdotes que renueven en esas fechas los deberes de su vocación. Y a los fieles que asistan (EI/Concesiones 27.2.1 y 3).

Aniversario de los obispos, en los 25, 40 y 50 años
– A los obispos que renueven en esas fechas los deberes de su vocación. Y a los fieles que asistan (EI/Concesiones 27.2.2 y 3).

Sínodo diocesano
– Visitar la Iglesia donde se celebra el Sínodo y rezar un Padrenuestro y un Credo. Se concede solo una vez. (EI/Concesiones 31)

Visita pastoral
– Asistir a la función sagrada que preside el visitador (EI/Concesiones 32).

Bendición papal impartida por el Obispo
– Los Obispos pueden impartir la bendición papal con indulgencia plenaria tres veces al año en las solemnidades o fiestas que determinen, aunque no hayan celebrado la Misa y sólo asistan a ella. Se impartiría al final de la Misa (EI/Normas 7.2)
– Si en el territorio de un Obispo existiera una o varias concatedrales, podría impartir una vez al año en cada una de ellas la bendición papal con indulgencia plenaria en el día de su elección (Decreto 29-6-2002 sobre bendición papal en concatedral).

En peligro de muerte
– Desde antiguo, en peligro de muerte un sacerdote puede impartir a un moribundo o a alguien que está en trance de muerte probable (soldados en la guerra) la bendición papal con indulgencia plenaria para el momento de la muerte. El Papa Benedicto XIV prescribió la fórmula y que el enfermo debía recibir los sacramentos, invocar el Santísimo Nombre de Jesús y resignarse a la voluntad de Dios (EI/Concesiones 12.1).
– Si no hubiera sacerdote, la Iglesia concede indulgencia plenaria en peligro de muerte al fiel que se halle debidamente dispuesto (exclusión de todo pecado incluso venial, y estado de gracia) y que haya rezado habitualmente durante su vida algunas oraciones. Las tres condiciones habituales las suple la Iglesia. Es aconsejable utilizar un crucifijo o una cruz (ID/Normas 18).