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domingo, 21 de febrero de 2010

Santos y lecturas para refleccionar


San Padre Pío de Pietrelcina, confesor PDF Imprimir E-mail
Escrito por Myrna Fernández
Domingo, 21 de Febrero de 2010 00:00

El "tengo que confesarme" que a veces se escucha puede estar acompañado de temor.

Así llegaban a San Giovanni Rotondo, en Italia, miles de personas que sabían de su necesidad de confesar sus pecados y querían que Padre Pío de Pietrelcina les administrara el sacramento.

No hay otra forma de caminar hasta el altar para recibir a Jesús Sacramentado. Hay que confesar los pecados y confiar en el amor misericordioso de Cristo. El pidió perdón al Padre por los pecadores mientras permanecía clavado en la cruz.

Ese amor que consumía a Jesús por sus hermanos igualmente existía en el corazón de Padre Pío. Rezaba continuamente por la salvación de las almas. Y cuando se acercaban a su confesionario, aturdidas y temerosas, Padre Pío leía sus mentes: lograba que reconocieran sus pecados y la gravedad de los mismos.

En el confesionario, él sabía lo que había en el corazón de los pecadores. Nada se le escapaba. Confesar era su vocación. Y al igual que Jesús, Padre Pío se ofreció por los pecadores para lograr la salvación de sus almas.

Vida de Santos PDF Imprimir E-mail
Escrito por Myrna Fernández
Domingo, 21 de Febrero de 2010 00:00

23 de febrero

San Policarpo
Martirizado en su ancianidad

San Policarpo era el obispo de Esmirna, hoy ciudad de Turquía. Su martirio fue escrito por aquellos que presenciaron su heroísmo, allá en el año 156 d.C., con la intención de dirigir la carta a todas las iglesias.

La vida sencilla de Policarpo y su relación personal con el Señor era conocida por todos. En la época de las grandes persecuciones ordenadas por el emperador Diocleciano en Roma, era obligatorio adorar a los dioses y diosas del imperio. Si no cumplían, los cristianos eran declarados ateos y castigados.
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El Espíritu de la Cuaresma PDF Imprimir E-mail
Escrito por P. Ángel M. Santos Santos
Domingo, 21 de Febrero de 2010 00:00

El Espíritu Santo acompañó a Jesús durante toda su vida y dirigió todas sus acciones. Después de su bautismo, mientras oraba, bajó sobre El en forma de paloma (Lc 3:22). Juan Bautista anunció que El bautizaría con Espíritu Santo y fuego (Lc 3:16). Para realizar su ayuno de cuarenta días, el Señor fue conducido por el Espíritu al desierto (Lc 4:1).

Los discípulos de Jesús, al iniciar la Cuaresma, son guiados por el Espíritu a la oración y a la penitencia; viven bajo la acción de la fuerza divina. El primer domingo de Cuaresma recuerda a Jesús que oraba en el desierto asistido por el Espíritu. Al final de la Pascua se celebra la venida del Espíritu Santo sobre la Iglesia en Pentecostés.
El alimento de Dios

El Espíritu Santo ilumina al cristiano con las palabras pronunciadas por Jesús para resistir las tentaciones del maligno. La poderosa verdad de Dios libera al ser humano de las mentiras del enemigo y le concede la fortaleza para cumplir su voluntad.

Jesús dijo primero que no sólo de pan vive el hombre, sino que se nutre espiritualmente de toda Palabra revelada por Dios. Para alimentarse con la verdad del Señor hay que ayunar de los otros alimentos, que pueden distraer al ser humano de su palabra amorosa. Nadie puede hacer dos cosas a la vez, ni tener dos ideas al mismo tiempo en la mente, ni conservar dos sentimientos contrarios en su corazón. El cristiano atiende a la persona de Cristo dándole tiempo en la oración, escuchando su Palabra con esmero y amándolo con todo el corazón.
La adoración a Dios

Adorar a Dios y darle culto es lo mismo que amarlo sobre todas las cosas. Esto significa que Dios es la realidad personal más importante en la vida del cristiano. Para amarlo, hay que conocerlo. A Dios se le conoce por su Hijo hecho hombre, que habla en su Iglesia hasta su regreso, al final de los tiempos.

Tiene fe el que recibe la Palabra y la guarda en el corazón como la Virgen María (Lc 2:19; 2:51). El amor al prójimo y la oración son señales de que la Palabra de Dios mora en el alma del cristiano. El que ama, habla palabras de amor. El que conoce la Verdad de Dios pronuncia mensajes de fe y esperanza. Pero no sólo pregona el mensaje divino con sus labios sino con una vida llena de las obras del amor.

Muchos se asombran por el crecimiento del culto satánico. Pero al mismo tiempo consienten o ingresan al dominio del tentador más difundido, el pecado. Muchos han abandonado la adoración de Dios vivo para entregarse a esta obra del padre de la mentira (Jn 8:44), que les lleva a la muerte.
No tentarás al Señor

Hay una postura o una manera de pensar o de actuar muy difundida entre muchos: seguir ofendiendo a Dios con el pecado y esperar ser perdonado, aun sin el arrepentimiento. La Iglesia invita a la conversión y a la penitencia, siempre, y en especial en este tiempo de Cuaresma. Así los bautizados recuperan la amistad con Jesús y comienzan una vida nueva de acuerdo con sus mandamientos.

Los católicos, durante la Cuaresma, reiteran su entrega exclusiva al Señor. En la noche de Pascua, todos renuevan las promesas bautismales, o sea, la renuncia al pecado y afirman su fe en Cristo Jesús como su único Salvador (Jn 14:6). Durante la Cuaresma, el Espíritu Santo impulsa al cristiano a dejar el pecado y a entregarse a Jesús.

1° Domingo de Cuaresma – Ciclo C
Las tentaciones de Jesús - Lecturas para hoy

Deuteronomio 26, 4-10
La oración que acompaña la ofrenda de las primicias es la profesión de fe, el credo que reconoce la obra salvadora de Dios en la historia.

Salmo 90, 1-2-10-15
Este salmo es un himno de confianza, de seguridad y de paz, porque la protección de Dios no falla.

Romanos 10, 8-13
Los israelitas ponían su confianza en Dios porque los había liberado de la esclavitud de Egipto. Los cristianos ponen la fe en Cristo Jesús que los ha salvado del pecado.

Lucas 4, 1-13
Las tentaciones de Jesús en el desierto fueron intentos del enemigo para apartar a Jesús de la voluntad del Padre Dios. A cambio, el tentador le ofrece un camino fácil de placer, poder y gloria mundanas.

Vida de Santos PDF Imprimir E-mail
Domingo, 14 de Febrero de 2010 00:00

20 de febrero
San León, obispo

Ravenna es una hermosa ciudad italiana, patria de importantes artistas, y sobre todo de santos, como San León.

San León, obispo de Catania, en Sicilia, nació en Ravenna, hacia la mitad del siglo VIII. Sus padres le educaron para las glorias humanas, pero eran distintas las aspiraciones de León. Se puso bajo la dirección del obispo de Ravenna, quien viendo su pureza de costumbres y su celo apostólico, decidió conferirle la ordenación sacerdotal.
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Hoy: día favorable para convertirnos PDF Imprimir E-mail
Escrito por P. José P. Benabarre Vigo
Domingo, 21 de Febrero de 2010 00:00

Para levantar sus ánimos, el profeta Isaías decía a los judíos cautivos en Babilonia que Jehová estaba dispuesto a escucharles “en tiempo favorable” (Capítulo 49). La liturgia repite la idea de tiempo favorable varias veces durante la Cuaresma, afirmando que ella es el tiempo propicio para la conversión personal. Mas para san Pablo, que toma la idea fundamental del texto de Isaías, el tiempo favorable para volvernos a Dios es “hoy”, el hoy del calendario, todo día, cualquier día.
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El gran negocio PDF Imprimir E-mail
Escrito por P. José P. Benabarre Vigo
Domingo, 14 de Febrero de 2010 00:00

El aborto: gran pecado y gran negocio (3 de 3)

En cuanto a mí, la repulsa y condenación del aborto no es mucho más grande que la que me provoca la forma irresponsable y mentirosa que sus promotores usaron, a través de los medios de comunicación social, para hacerlo aceptable a la sociedad americana. Porque no era suficiente la irresponsable decisión de su Corte Suprema de legalizar el aborto; había que convencer al gran público del bien que el mismo suponía para poder montar el gran negocio que es el aborto provocado, desde hace muchos años. Nos lo cuenta todo el doctor Bernard Nathanson en su libro Confesiones de un ex abortista.
Tácticas inconfesables

De no confesarlas su principal ideólogo, Nathanson, sería difícil creer las tácticas inconfesables que se usaron para promocionar el aborto.

Primera táctica: Sobornar a los medios de comunicación social. Como el grupo propulsor del aborto sabía que el pueblo familiar y sencillo nunca aceptaría el aborto como bueno, compró a los periodistas para que afirmaran que, según estadísticas, el 60 por ciento de los americanos estaba a favor del aborto. ¡Esas estadísticas jamás se hicieron!

Segunda táctica: Alterar las cifras. Con gran alarma, se afirmó que los abortos ilegales en Estados Unidos eran un 1,000,000 al año, cuando, en realidad, sólo eran 10,000; y que las muertes de abortistas sumaban unas 10,000 al año, cuando sólo eran de 200 a 250.

Tercera táctica: Anular la voz católica. A sabiendas de que los católicos estaban dormidos en la cuestión del aborto, y el clero dividido, el grupo propulsor hizo decir a los medios de comunicación social que, según las estadísticas, el 60 por ciento de los seglares católicos estaba a favor del aborto; que sólo los obispos y parte del clero eran quienes lo desaprobaban. ¡Esa estadística jamás se hizo!
Gran negocio

Ya estaba todo preparado para montar el gran negocio: la mentira se había impuesto sobre la verdad. Así se logró que, desde la legalización del aborto, éste creciera en pocos años el 1,500 por cien en Estados Unidos de América.

Se estima que hasta el año 2000 se habían abortado en Estados Unidos más de 41 millones de niños, cifra que subió a más de 50 millones en el año 2007.

Multiplíquese esa enorme cifra por 375 dólares que cuesta cada aborto, y tendremos la cifra astronómica de 18,844,877,000 millones de dólares sólo en Estados Unidos.

¡La afirmación de que el aborto es un gran negocio es una gran verdad!

(Los datos y las cifras citadas en el segundo y tercer artículo de esta serie se han tomado de un largo estudio, transmitido por Internet, preparado por la señora Carmen Salas, de Pro Vida, Valencia, España.)

La confianza en el Señor, camino de la dicha PDF Imprimir E-mail
Escrito por P. Ángel M. Santos Santos
Domingo, 14 de Febrero de 2010 00:00

Jeremías, cuando llama maldito al que confía en el hombre, no está prohibiendo el amor al prójimo ni la confidencia inevitable entre los amigos (Ec 6, 7 y 27, 17). Lo que rechaza el profeta es confiar tanto en la naturaleza humana, en las propias opiniones o en los bienes materiales, hasta el abandono de Dios. Lo que Jeremías objeta es apartar el corazón del Señor para poner la confianza en las criaturas.

Son dichosos los desprendidos de las cosas materiales y, por eso son pobres en el espíritu. Entregan su vida a Dios como la viuda que echó en el arca del templo todo lo que tenía para vivir (Lc 21:1-4). Sin apoyarse en los bienes terrenales, ellos disfrutan de un bien mucho más valioso, que nunca se termina ni se pierde: el amor de Dios. Los justos viven felices poseyendo el reino de Dios, que los rodea del verdadero amor. El ser humano es realmente dichoso cuando hace bien al prójimo por amor a Dios.
La ceguera del impío

La frase que mejor expresa el estado del pecador es "aunque le venga algún bien, no lo siente" (Jer 17:6). El impío no percibe lo bueno cuando llega ni es agradecido al Señor por lo que disfruta. No se entera del amanecer de Dios ni de la salida del sol de justicia. El amor de Dios toca a la puerta de su corazón, pero no se da cuenta.

El defecto más común del ser humano es desconocer el misterio de Dios en sí mismo y en el prójimo. Esta ceguera espiritual caracteriza la sociedad moderna. La falta de autoestima, el vivir sin trabajar, la dependencia de los vicios y el no atender bien al cónyuge y a los hijos son señales que la persona está ciega al misterio de Dios. Se habla mucho del amor, se bendice a todo el mundo y se exhorta a buscar a Dios pero son muchos los que caminan, ciegos al misterio del amor divino presente en la vida.
El camino de la bendición

En muchas ocasiones los cristianos, cuando llega el momento de la prueba, de la enfermedad, de la muerte, del dolor por el abandono de un ser querido o por una ofensa recibida, dejan de dar fruto espiritual. Muchos se apartan de la Iglesia o dejan de cumplir con sus deberes apostólicos o abandonan al cónyuge y a los hijos. Esos son los síntomas del pecado que corrompe toda la vida humana. En el momento de la prueba es cuando los cristianos se diferencian de los que no son cristianos. En tiempo de escasez y conflicto, el justo no se intranquiliza ni deja de amar a Dios, ni hacer el bien al prójimo.

En la dificultad por causa del Evangelio, Jesús invita a sus discípulos al júbilo. Hay que alegrarse si el mundo los excluye, los insulta y los declaran incómodos o desagradables por ser seguidores genuinos de Jesús. Hay que llenarse de gozo porque la recompensa será grande en el cielo. Por eso san Pablo decía "que si la esperanza cristiana acaba con esta vida, los cristianos serían los hombres más desgraciados" (I Co 15:19). La espera gozosa está en el premio de vida eterna que Cristo Resucitado ofrece al cristiano.

El discípulo de Cristo no se aparta del camino de Dios aunque las cosas le vayan mal. Sabe que el Señor está a su lado para bendecirlo aún en los momentos más difíciles y sigue adelante cumpliendo sus mandamientos. Eso es el camino de la bendición y de la vida abundante.

Sexto Domingo Tiempo Ordinario – Ciclo C
Lecturas para hoy

Jeremías 17, 5-8
El ser humano debe elegir entre poner su confianza en Dios o apartar su corazón de Dios confiando en las criaturas.

Salmo I, 1-3.6
El primer salmo resume la vida humana en dos caminos: la vía de los hijos de Dios o la senda de los impíos.

I Corintios 15, 12.16-20
La fe de los cristianos se fundamenta en la verdad de la resurrección de Cristo Jesús. Cristo es el primero de muchos hermanos que también resucitarán.

Lucas 6, 17.20-26
Es bienaventurado el ser humano que agrada a Dios cumpliendo sus mandamientos. A las bienaventuranzas, Jesús añade cuatro lamentaciones.

Beneficiosa reconciliación con Dios


Escrito por Vivian Maldonado Miranda
Domingo, 21 de Febrero de 2010 00:00

Aún cuando la motivación principal para confesarse no se fundamente en la sicología o la siquiatría, las ciencias de la conducta apoyan esta práctica.

En el caso del siquiatra Carlos Arias, él asegura que ha tenido pacientes que se han aliviado de depresión, "luego de una buena confesión".

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"Se le ha llamado por muchas personas la mejor terapia del mundo. No en pocas ocasiones, las personas luego de la confesión reportan sentirse aliviadas y haberse liberado de una gran carga. Sienten alegría en su corazón, duermen mejor y muchas veces, más profundamente", afirmó el galeno.

"Decía el Padre Mateo Mateo que no hay una mejor almohada para dormir que una conciencia limpia y eso es correcto", prosiguió el siquiatra.

Para el doctor Arias, "no sólo se le llama sacramento de reconciliación, sino que también es un sacramento de liberación, donde el alma reencuentra su regocijo en la presencia de Dios".

De su parte, la sicóloga Melissa Martínez comparó el proceso con el efecto de las dinámicas de grupo que se usan en la sicología, "pero sellado por la gracia. Nada se compara con el poder de la gracia santificante".

"En principio, el método es uno utilizado y bien visto en todas las ciencias de la conducta. Comienza por hablar con una persona, abrirte", explicó. A su vez, aclaró que "para poder reconocer un problema, tienes que detenerte y pensar".

"Es la primera etapa, el primer paso importantísimo para establecer un orden, el regreso a mi origen, a la fuente de orden en mi vida. Es detenerte, hacer introspección: ¿será que estoy siendo egoísta con mi pareja?, ¿con mis hijos?, ¿estaré usando el poder mal? Y puedo volver a empezar, que es clave para todos los problemas sociales", resumió la doctora Martínez.

Según el secretario del Obispo de la Diócesis de Fajardo-Humacao, Padre Luis Antonio Alicea Rivera, "participar del Sacramento de la Reconciliación es volver a encender en nuestro corazón el amor de Dios".

"Dios, en su misericordia, previene, acompaña y realiza la transformación del pecador. Dios muestra su ternura de Padre, sobre todo por la manera como acoge al pecador. Es pura iniciativa divina para invitarnos al camino, porque su voluntad es que nadie se pierda. En otras palabras, pura gracia divina", prosiguió el Padre Luis Antonio.

En esa línea, enfatizó que recibir el perdón es también volver a la Iglesia.

"Acercarse al sacramento es recibir de la misericordia divina el perdón de las ofensas hechas a Dios y también es reconciliación con la Iglesia, comunidad de fe, que coopera en la conversión del pecador con la caridad, el ejemplo y la oración. El perdón es volver a introducirse con la plenitud de la comunidad de fe, la Iglesia, mediante la comunicación del Espíritu Santo vivificador", concluyó.

En busca de un confesor amigable


En busca de un confesor amigable
Escrito por Yarelis Del Carmen Rivera
Domingo, 21 de Febrero de 2010 00:00

Aunque para un adulto podría ser indiferente confesarse con un sacerdote hoy y con otro mañana, para los jóvenes es diferente, a juicio del promotor vocacional de la Diócesis de Caguas, Padre Yamil Velázquez.

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No es tan fácil recomendar a un joven que se reconcilie con Dios confesando sus pecados a cualquier sacerdote porque su vínculo con el confesor dependerá del cultivo de la franqueza y la apertura.

"El joven debe sentir al sacerdote cercano, amigo y confiable, viéndolo como parte de su vida", dijo el sacerdote.

Por su experiencia, la clave para una relación estrecha recae sobre la participación de los jóvenes en las actividades parroquiales y de pastoral juvenil, por ejemplo. "Así, el proceso de confiar se va dando solito", añadió.

En su trabajo con los jóvenes Padre Yamil ha visto que lo más difícil es hacer el sacramento por primera vez, debido al recelo que pueden sentir los jóvenes para manifestar sus acciones. Pero luego de esa ocasión, que según dijo "debe ser hermosa", entonces lo hacen más a menudo y confiados.

"Es que a algunos jóvenes les cuesta confesar ciertos pecados, les cuesta hablar de ciertas cosas, aunque sepan que deben confesarlas", recordó.

Sobre la importancia del sacramento, Padre Yamil manifestó que es necesario que los jóvenes comprendan la relevancia de la Reconciliación. "La importancia (de confesarse) es que es un signo visible de la misericordia y perdón de Dios", aseguró el religioso al recordar que el joven promedio se acercará al sacramento cuando reconozca que alguna de sus experiencias o sentimientos afecta su relación con el Señor.