Jesús dijo:"Como tú,Padre, en mi y Yo en ti, que ellos también sean uno en nosotros, para que el mundo crea que tú me has enviado. Yo en ellos y tú en mí, para que sean perfectactamente uno, y que el mundo conozca que tú me has enviado." Juan 17, 20-24
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viernes, 3 de diciembre de 2010
Jesús: antídoto para el estrés consumista
Escrito por Vivian Maldonado Miranda
Martes, 23 de Noviembre de 2010 11:04
“Ay padrecito, que viene la Navidad”, dijo Ángel, llorando, al Padre Javier Gutiérrez.
Él había deambulado por las calles, pero gracias a la coordinación del sacerdote con el Departamento de Vivienda, consiguió un apartamento donde dormir.
Sin embargo, la cercanía de la Navidad lo entristecía. Quería visitar a sus familiares, quienes, por lo general, no sienten gusto de verlo. Pensó que si les llevaba regalos a sus sobrinos, podría estar cerca de ellos. Así fue.
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Según la feligrés Sandra Hernández, año tras año el Padre Javier hace una colecta de regalos, para casos como el de Ángel. Al momento de la entrevista, ella estaba con el sacerdote, llevando comida a las personas que se aglomeraban en la esquina. La mayoría eran hermanos sin techo.
Otros, como Ramón, están desempleados “desde hace muchos años”.
“Estoy cogiendo el Seguro Social. No es mucho, pero siempre guardo algo para comprarles los regalos a mis hijos”, dijo a El Visitante.
Aseguró que “nunca me han pedido nada”. Entonces, meditó: “Este año, les compraré algo y se lo guardaré”.
Mientras hablaba, el Padre Javier se sentó en el piso con los demás.
“Ya saben los días que viene”, explicó Hernández.
En la ruta, visitan “un sector en Salinas que cuando llega la guagua, todos los nenes salen corriendo, porque es el único regalo de Navidad que tienen”.
“Ven el carro de nosotros y es como ver a Jesús. Son nenes bien humildes, descalzos”, delimitó la fémina.
En palabras del Vicario de Pastoral Social de la Arquidiócesis y Director de Cáritas de Puerto Rico, Padre Enrique Camacho Monserrate, la crisis económica actual debe verse como una oportunidad para retomar el verdadero sentido de la Navidad, “que Dios se hizo hombre, por amor”, por lo que llamó a compartir el misterio del Verbo hecho carne.
En concreto, “darle un significado vivo al amor en nosotros”, viviendo la caridad con los que no tienen y visitando al enfermo.
El Vicario lamentó que en la sociedad “consumista y materialista”, muchas personas sientan la presión social de comprar juguetes de $300. En contraste, comparó que “nuestros abuelitos compartían regalitos sencillos, una muestra de mucho cariño, y eso era algo muy especial”.
De frente al desempleo, reflexionó que puede ser una oportunidad para estar muy cercanos a lo que fue
la primera Navidad: “José y María estaban solos en un pueblo y no pudieron encontrar dónde dar a luz al niño y tuvieron que irse a un pesebre. Allí, dentro de la más extrema pobreza y las situaciones humildes y sencillas, nació el Verbo, nació Dios”.
Así, resumió que dentro de “ese proceso bien duro”, se puede “buscar un juguete más sencillo y que toda la familia vaya a la Misa de Gallo y disfrute la alegría de que Dios se hizo hombre para salvarnos”.
En palabras del siquiatra Carlos Arias, el estrés por comprar regalos caros, “me parece algo como el quinto misterio gozoso del rosario: María se fue a una actividad religiosa, pero cuando pierde de vista a Jesús, se angustió”.
“Cuando perdemos de vista a Jesús y nos enfocamos en lo que no es, nos angustiamos”, opinó.
En esa línea, aconsejó explicarles a los niños que la Navidad es Jesús y “que somos nosotros los que debemos regalarle a Él, porque es su cumpleaños”.
Además, recomendó hablarles con la verdad, “que tenemos que hacer cambios para ajustarnos a la realidad en la que vivimos, porque si no, seguiremos viviendo una mentira como pueblo”.
“Los niños lo que necesitan es amor y atención. Cualquier detallito, por más insignificante que sea, si se da con amor, adquiere un gran valor”, concluyó.
A la Virgen María
Escrito por P. Jesús Larrañeta C.M.
Martes, 23 de Noviembre de 2010 10:59
¡Virgen María, Reina del Adviento! ¡De Dios Padre, la más respetuosa y fiel servidora! ¡Del Espíritu Santo morada, la más acogedora! ¡Y de Dios Hijo, maternal engendradora!
Reina entre nosotros en este santo tiempo de Adviento con tu oración siempre espiritual, entrañable y evocadora, al igual que con tu meditación centrada en tu divino Hijo, que es la más sublime Sabiduría jamás salida de la boca purísima de Dios Padre, quien es Eterno por eternidad de eternidades, y santo con santidad inmensa, infinita Divinal.
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Sé, Virgen María; en este santo tiempo de Adviento, modelo para todo hijo e hija de Dios, de vida en silencio, de cristiana introversión, de pacífico y amable retraimiento, de unión en soledad con Dios, por Dios y para Dios.
Haz que acudamos con fidelidad, con gozo y con amor a las tempraneras misas de Aguinaldo: Eucaristías que deben ser puras, santas y angelicales. Haz también que en este Santo tiempo gocemos ayudando a los deambulantes, a los sidosos, a los abandonados y a los menesterosos.
Haz que alejemos de nuestras mentes, de nuestros corazones el deseo de comprar y comprar, de beber y beber, de comer y comer, de brindar y brindar de continuo y sin cesar.
Concédenos la gracia de visitar con frecuencia las Iglesias, las parroquias para que en soledad y silencio te acompañemos en tu oración santa, pura, inmaculada y celestial, y recordemos aquellas palabras que, desde hace muchos siglos, nos dicen: “La Virgen María, a solas, piensa qué hará, cuando al Rey de Luz inmensa, parirá, si de su divina esencia temblará o qué le podrá decir”.
Acompañar a María Santísima, en su oración, es lo que nos pide Dios Padre y la Iglesia Nuestra Madre. Que así sea.
El verdadero sentido
Escrito por Vivian Maldonado Miranda
Martes, 23 de Noviembre de 2010 11:03
Prepararse como si Cristo viniese esa misma noche, es el verdadero significado del Adviento, que comienza hoy y continúa por las cuatro semanas antes de Navidad.
De acuerdo con el Padre Félix Struik, el Adviento tiene dos figuras. Una, es la penitencia, con Juan el Bautista, y la otra, la alegría, con Isaías.
“Históricamente hablando, el Adviento nació como una especie de protesta contra las orgías paganas en la sociedad romana, que al final del año
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cuando el sol ilumina menos tiempo y los días son más cortos, se hacían fiestas ruidosas para espantar las potencias del mal, con toda clase de excesos inmorales, como el adulterio”, explicó.
El Padre Félix puntualizó que la sociedad ha vuelto al elemento pagano y comparó que el Adviento cristiano hoy se puede ver como una forma de protesta silenciosa. En esa línea, mencionó el llamado a la penitencia, ayuno y austeridad. Esta última, vista como una “necesidad humana” de imponerse disciplina y “no dejarse llevar por cualquier deseo”.
Añadió que además “debe haber en nuestra vida un anhelo”, similar al de los primeros cristianos, que clamaban “‘Maranatá’, que venga el Señor cuánto antes”.
“En el Adviento, más que en otra temporada del año, vivimos esta tensión escatológica que de por sí ha de caracterizar toda nuestra vida cristiana y que los primeros cristianos siempre tenían. Cada día, vivían esa expectativa anhelante, y cuando se acostaban, se preparaban por si Cristo venía a buscarlos durante la noche”, dijo.
Así, explicó que con la segunda figura del Adviento -el profeta Isaías- “acompañamos con expectativa alegre a la madre encinta, la Virgen María, que va caminando hacia Belén para dar a luz al Redentor”.
En palabras del doctor Fernando Casanova, se trata de tomar consciencia de que Adviento significa ‘venida’: la ‘venida’ de Jesucristo.
Advirtió que en esta época, el “bombardeo” publicitario comercial transmite “sentidos que contradicen este tiempo litúrgico”.
En contraste, la liturgia “nos brinda una oportunidad para prepararnos”, con examen, arrepentimiento, confesión, “oportunos sacrificios” y resoluciones.
Entonces, recomendó auscultar en el pasado “el nacimiento de nuestro Señor y la encarnación”, para luego ver “cómo respondemos de forma concreta a ese beneficio de la presencia del Señor entre nosotros” y, por último, “prepararnos para la próxima venida del Señor en gloria: la parusía”.
“Éste es un momento ideal para concienciarnos del pasado, tomar medidas en el presente y lanzarnos al futuro con ánimo redoblado”, concluyó.
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