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domingo, 19 de diciembre de 2010

Imagenes de Navidad





Nuevo Material e Imagenes de Navidad





Una mano amiga en la Navidad


Escrito por Heidy N. Marrero Pérez
Miércoles, 15 de Diciembre de 2010 15:58

Algunas se sientan en un sillón a esperar que la tarde pase.

Otras, se sientan juntas en el balcón a conversar.

La soledad es el denominador común de sus vidas.

Y los lazos de amistad forjados en el Centro de Actividades y Servicios Múltiples Nuestra Señora de Lourdes disimulan las necesidades que padecen.

Casi una veintena de mujeres, mayores de 60 años, llega cada día hasta el centro ubicado en el sector El Chícharo de Santurce, con la intención de evitar que la soledad les aturda.

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Cuando están juntas se ríen, oran y juegan. Al salir en horas del mediodía, regresan a sus rutinas diarias.

Cada una tiene su historia. Lejos de pedir limosna, estas ancianas valerosas necesitan una mano amiga.

Doña Carmen Ortiz Laboy, de 78 años, sólo precisa quién pueda llevarla a ver su esposo al hogar de ancianos en donde está recluido. Lizbeth Suazo, trabajadora social del centro, manifestó cómo esta situación afecta el estado anímico de la anciana.

“No lo ve [a su esposo] hace seis meses por falta de transportación. Por fin logramos identificar el hogar donde lo tenían y ahora nos falta encontrar cómo hacerla llegar a que lo visite. Ella está muy afectada”, explicó Suazo.

Doña Carmen reflejaba desesperanza en su tono de voz. “Estamos casados hace 29 años. Nadie me ha llevado a verlo y estoy arrepentida de buscar ayuda. Cuando a uno no lo quieren, no se puede estar detrás de la gente. La [trabajadora] social que se lo llevó dijo que me iba a buscar después y nunca llegó. Yo no confío en nadie. Todos dicen que van a ayudarme y nunca lo hacen”, expresó doña Carmen.

Para ella, el regalo de amor ideal en esta Navidad sería, simplemente, transportación para ir a ver a su esposo, quien recientemente sufrió la amputación de ambas piernas. Al momento de la entrevista la frustración era evidente. La anciana repitió constantemente que se iría por su cuenta a verlo. El centro no cuenta con los servicios necesarios para transportar a doña Carmen.

De otro lado, la anciana apenas puede pagar el servicio de energía eléctrica debido a su precaria situación económica. Además, es paciente siquiátrica y el único medio de comunicación a su alcance es un teléfono público. Al igual que otras participantes del centro, tampoco ha podido sufragar los gastos de su caja de dientes.



Más deseos para Navidad

Todas las participantes coincidieron en que es necesario un medio de transportación para el centro. Además, manifestaron que carecen de un voluntario que ayude con la limpieza del local. Asimismo, algunas de ellas abrieron su corazón a El Visitante.

Tal es el caso de Noemí Torres, quien cuida a su nieto con limitaciones. Le gustaría regalarle una computadora “pues aunque no sabe leer ni escribir es muy diestro con las cosas técnicas”.

Por su parte, María Jiménez relató como una noche casi se viene abajo el techo de su hogar debido a las filtraciones de agua. “Desde entonces me da miedo y no he vuelto a dormir en el cuarto”, expresó.

Finalmente, Luz Emilia Díaz anhela para su hogar un gabinete que le sirva para guardar sus alimentos, pues el suyo “está muy viejo y no sirve la madera”.

(Para cooperar envíe su donativo a nombre de Cáritas de Puerto Rico a la dirección: El Visitante/Pesebre de Amor, PO Box 41305 San Juan PR, 00940-1305. Para más detalles llame al 787-728-3710 o escriba a n.negron@elvisitante.net Esta dirección electrónica esta protegida contra spam bots. Necesita activar JavaScript para visualizarla )

Madrugadas de aguinaldos a Dios


Escrito por Vivian Maldonado Miranda
Viernes, 10 de Diciembre de 2010 11:18

Madrugar para ir a Misa a las 5am por 9 días consecutivos, puede ser una forma de penitencia compatible con el Adviento.

Y es que para el sacerdote de origen holandés, Padre Félix Struik, resultaba extraño que mientras la liturgia del Adviento evoca la penitencia con Juan el Bautista y se viste de color morado como en Cuaresma, los puertorriqueños adelantan la alegría de la Navidad a esta fecha.

Entonces, en su escrito publicado el 8 de diciembre de 1973 en El Piloto, razonó que el jíbaro, como hombre de familia, entendió que “un hogar que espera a un niño no se viste de luto, sino de alegría”.



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Pero el ambiente alegre de las Misas de Aguinaldo se remonta a los monasterios de la Edad Media.

Según explicó el mismo padre Félix, los monjes decían unas antífonas especiales al final de sus oraciones de la mañana y antes de la Misa, en los días previos a la Navidad. Expresaban el anhelo por la venida del Salvador y comenzaban con la exclamación “Oh” (‘Oh Mesías’, ‘Oh Rey de las naciones’).

Poco a poco, las antífonas y la Misa recibieron un carácter alegre y festivo. Al terminar, el coro “solía salir en alegre algazara para pedir ‘aguinaldo’”, lo que dio origen, según el Padre Félix, a las trullas o parrandas.

Luego, se añadió la octava antífona, alusiva a la Virgen María y a la expectación de su parto. Así, nació el 16 de diciembre la fiesta de la Expectación del parto de la Virgen María, conocida también como “la Virgen de la Esperanza” o la “Virgen de la O”, porque ese día comenzaban a cantarse las antífonas que comenzaban con “Oh”.

Las Misas de Aguinaldo llegaron a Puerto Rico porque la Isla era sufragánea de la diócesis de Sevilla, explicó el historiador de la Iglesia, Padre Floyd McCoy.

Amplía Rafael Nevárez Nieves en su escrito sobre este tema que en el 1586, el Papa Sixto V emitió una bula que concedía indulgencia plenaria y remisión de todos los pecados a los confesados y comulgados que asistieran a las misas que llamaban de aguinaldo, nueve días consecutivos antes de la Pascua de Navidad.

El también historiador de la Iglesia, Padre Mario Rodríguez, puntualizó que la antigua práctica fue “criollizada” por el catolicismo popular en la Isla. “En los campos, donde la parroquia estaba retirada, las personas se amanecían para ir a la parroquia del pueblo”, dijo.

En esa línea, opinó que las Misas de Aguinaldo son la máxima expresión del catolicismo popular puertorriqueño, pues la encarnación es el misterio que identifica la religiosidad local. Tanto así, que se conservan las dos tradiciones que celebran el mismo misterio de la encarnación, aunque de modos distintos: la de oriente, que sitúa la Epifanía el 6 de enero, y la de occidente, que lo celebra el 25 de diciembre.

Para Nevárez Nieves, la novena de la espera al Parto de la Virgen María posee un gran sentido teológico y cultural, pues además de meditar en los sacrificios que padeció la Virgen en el trayecto de Nazaret hasta Belén, la salida del sol al final de la Misa se convierte en símbolo de Cristo, la luz del mundo.

Pesebre iluminado de amor y esperanza


Escrito por Natalie E. Negrón Torrens
Miércoles, 15 de Diciembre de 2010 16:05

“Casitas de la montaña, altares de Navidad, caminitos que se bañan en perfumes de humedad”.

Al escuchar la entonación de este villancico la familia Quiñones Pérez recibió con gran gozo en su humilde hogar a parte del equipo de trabajo de El Visitante, el que le sorprendió con aguinaldos navideños y varios obsequios y donativos, posibles gracias a la generosidad y solidaridad de nuestros lectores, en y fuera de Puerto Rico.



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El pueblo, conmovido por la necesidad que atraviesa esta familia del sector El Chícharo de Santurce, se desbordó en gestos de amor y hospitalidad.

En una transmisión histórica, en vivo a través de Católica Radio, el País fue testigo del momento en que El Visitante, a nombre de sus lectores, le entrega a Lucy una lavadora, un certificado valorado en $300 para compra de ropa, un certificado valorado en $275 para la compra de alimentos, un certificado para una cena de navidad para toda su familia valorado en $50 y un donativo de $3,000 para que se comience la reconstrucción de su techo inmediatamente, gestión que será canalizada a través de Cáritas de Puerto Rico, entidad que presentó el caso de Lucy a nuestro semanario católico.

Entre cánticos navideños, risas y anécdotas; se sentía el gozo y la esperanza de una linda Navidad; sus rostros iluminados de alegría contrastaban grandemente con los semblantes humildes que en noviembre desvelaba en desasosiego ante sus necesidades.

“Esta Navidad será muy buena, estoy feliz, contenta y satisfecha” dijo Lucy exaltada.

Con lágrimas de alegría, Don Francisco agradecía a todos los allí presentes. “Soy muy sentimental, le doy gracias a todos y a Dios por todo”, dijo emocionado.

Visiblemente conmovida Lucy Pérez agradeció la generosidad de los lectores de El Visitante. “Yo estoy demasiado agradecida, le doy gracias a todos los que pudieron aportar, le pido a Dios por ustedes para que les de mucha salud. Todos necesitamos, y sé que hay muchos que están en peores condiciones y necesitan más que nosotros”, dijo.

Antes de salir del hogar de Lucy, el Padre Efraín Zabala oró y bendijo al matrimonio que en 2011 celebrará sus Bodas de Oro.

Lucy se despidió del equipo de El Visitante con mucha alegría, alentándolo a continuar el ejercicio del periodismo social en otras comunidades.

La Navidad y la música liturgica


Escrito por P. Miguel A. Trinidad Fonseca
Viernes, 17 de Diciembre de 2010 14:10

La Navidad es un tiempo litúrgico que merece ser trabajado no sólo en cuanto a la decoración y la predicación, sino también en lo concerniente a la música. Habiendo compartido en EL VISITANTE del pasado 28 de noviembre diversos puntos sobre la música en el Adviento, sería formidable hacer lo propio sobre la Navidad repasando algunas cosas referentes a este hermoso tiempo de nuestra liturgia:

A. La Navidad

En la tarde del 24 de diciembre comenzaremos el Tiempo de Navidad. Con la Navidad celebramos el misterio de Dios que se humaniza para divinizarnos. Su encarnación nos diviniza (=salva). En Oriente la Navidad se celebra el 6 de enero, y el enfoque no es tanto encarnacionista, sino uno más bien epifánico: El Verbo encarnado se manifiesta al mundo. Nuestra liturgia celebra cada 6 de enero la solemnidad de la Epifanía (=manifestación), pues se trata de un elemento clave en el misterio de la Navidad. No celebramos un mero cumpleañitos: celebramos un MISTERIO, el misterio de Dios que se encarna y se manifiesta a toda carne.

El color litúrgico es el blanco (= fiesta, alegría). Su duración es muy breve: de 2 a 3 semanas. La división de este tiempo fuerte es la siguiente:

1) Octava de Navidad. No nos conformamos con el 25 de diciembre, sino que prolongamos ese 25 de diciembre hasta el 1 de enero. Es “un día de ocho días”, conocidos como la Octava de Navidad. En algunos de estos días celebramos diversos aspectos del misterio de la Navidad a la luz de algunos santos especiales:

a. 26 de diciembre: Fiesta de San Esteban, protomártir. Renació en Cristo derramando su sangre como Él. Es una forma de hacer renacer a Cristo.

b. 27 de diciembre: Fiesta de San Juan, Evangelista: Renació en Cristo dando a conocer su Buena Nueva. Es otra forma de hacer renacer a Cristo.

c. 28 de diciembre: Fiesta de los Santos Inocentes: Renacieron en Cristo dejándose confundir con Él. Otra forma de hacer renacer a Cristo.

d. El domingo después de Navidad: Fiesta de la Sagrada Familia. Celebramos el misterio del Verbo divino que se integra a la familia humana, divinizándola.

e. 1 de enero: SOLEMNIDAD DE SANTA MARIA, MADRE DE DIOS: María fue verdadera Madre de Dios al dar a luz al Verbo Encarnado.

2) Desde el 2 hasta el 5 de enero. Seguimos contemplando el misterio de la encarnación.

3) Desde el 6 de enero (Solemnidad de la Epifanía) hasta el domingo siguiente (Fiesta del Bautismo de Señor). La Navidad es la manifestación de Dios a todos los hombres. En estos días vemos a Jesús manifestándose al mundo y al Padre manifestando al Hijo (Bautismo del Señor). Con la fiesta del Bautismo del Señor finaliza el Tiempo de Navidad.



B. La música para el tiempo de Navidad

¿Qué sería la Navidad sin sus villancicos? Y más en nuestro Puerto Rico… Aunque tenemos un gran repertorio navideño, hay que recordar y recalcar que no todos estos cantos son idóneos o apropiados para el culto divino. Recordemos que las parrandas navideñas no se cantan en la Misa o en otra acción litúrgica. Hay que ver la calidad de los textos y no solo los ritmos. La Navidad es el tiempo litúrgico más breve, pero es el segundo más importante después de la Pascua (Cf. Normas universales para el año litúrgico #32) y merece toda nuestra dedicación y respeto.

Comparto con los encargados de los ministerios musicales de nuestras comunidades algunos consejos de utilidad que se pueden tomar en cuenta a la hora de planificar lo concerniente a la música litúrgica en la Navidad:

1. Revisar nuestro repertorio navideño y seleccionar los cánticos verdaderamente apropiados para la Liturgia y dejar los demás para otras circunstancias navideñas (parrandas, fiestas, etc.).

2. Esforzarse por aprender al menos cada dos años al menos un cántico litúrgico para la Navidad y enseñarlo a la asamblea. Es bueno tener un repertorio litúrgico relativamente amplio para la Navidad, aunque estemos hablando de un tiempo breve.

3. Tener cánticos del Ordinario propios para la Navidad (Señor, ten piedad, Gloria, Santo y Cordero de Dios), sin olvidar que el texto oficial en español de estos cánticos debe ser tal y como aparece en el misal romano. Estos cánticos podrían ser los mismos que entonamos en las Misas de Aguinaldo.

4. Lo ideal es que tengamos un buen repertorio para que los 4 cantos procesionales sean de Navidad y no del Tiempo Ordinario.

Que la música navideña en nuestras liturgias redunde en un ennoblecimiento de las mismas en nuestras respectivas comunidades.

(El autor es Párroco de la Parroquia Nuestra Señora del Rosario, Villa España, Bayamón y graduado del Conservatorio de Música de Puerto Rico).