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martes, 1 de mayo de 2018

María: Madre de Jesús, y Nuestra Madre.

Gracias a “la sangre preciosa de Cristo, el Cordero sin mancha ni defecto.” (1 Pedro 1,19)

   
   LAS DIOSAS PAGANAS
Pastores y teólogos de diferentes denominaciones cristianas acusan a la Iglesia Católica de “Mariolatría”, es decir, un culto idolátrico a la Madre de Jesús. Para justificar su tesis relacionan la veneración a María con la devoción que se daba en la antigüedad a las diversas divinidades politeístas. En las Sagradas Escrituras podemos destacar especialmente a la “diosa reina del cielo” (Regina deam coeli) en Egipto (Jeremías  44, 16-19), al lado de Asera, deidad cananea de la fertilidad. Los israelitas practicaban una mezcla de tributo en los llamados “lugares altos” (2 Reyes 23,5-8; Ezequiel 6,6), que consistían en santuarios con altares, estantes para incienso, columnas sagradas de piedra y postes simbólicos de madera o troncos de árbol esculpidos en forma femenina, conocidos como “el poste de Asera” (Deuteronomio 16,21). Igualmente, Los arqueólogos han encontrado cientos de estatuillas de terracota en Jerusalén y Judá, sobre todo en las ruinas de los hogares particulares. La mayoría son representaciones de una mujer desnuda con senos de un tamaño exagerado. Los expertos opinan que las figuras eran “talismanes para facilitar la concepción y el alumbramiento”.

En los textos Neo Testamentarios se menciona a Artemisa, para los griegos, o Diana, para los romanos, cuyo culto estaba muy arraigado en Éfeso (Turquía). Patrona de la ciudad, y diosa de la caza, el nacimiento y la fertilidad. En esta localidad se guardaba una estatua suya que supuestamente había caído “del cielo”. Se suponía que Júpiter había arrojado a la tierra una imagen de madera de esta diosa (Hechos 19,35). Con motivo de las fiestas en su honor, la metrópoli se llenaba de visitantes todos los años entre marzo y abril. Los peregrinos adquirían gran cantidad de artículos religiosos: recuerdos, amuletos, imágenes para el culto familiar. Varias inscripciones antiguas de Éfeso hablan de la fabricación de esfinges de Artemisa en oro y plata, y otras mencionan al gremio de los plateros (Hechos 19, 24-25). Su templo estaba considerado una de las siete maravillas del mundo antiguo. Era idolatrada en este lugar y en toda Asia (Hechos 19,27).


LA MATERNIDAD DIVINA
La mitología pagana para los egipcios, babilónicos, griegos, romanos, zoroastrianos o hindúes; está repletas de relatos sobre el advenimiento a la tierra de sus “dioses” o de los “hijos de sus dioses”. A diferencia de estas fábulas fantasiosas, la revelación divina nos explica que María fue la Madre del Mesías prometido desde la antigüedad a los patriarcas y profetas de la nación de Israel (Hechos 3,22-25). El término “encarnación” viene del latín incarnare, y hace énfasis al hecho de que el Hijo de Dios sólo podía ser verdaderamente el Salvador del género humano, si adoptaba enteramente un cuerpo y un alma, con todo lo que implicaba haber tenido nuestra propia naturaleza (Hebreos 2,14). La palabra “encarnación” no aparece en la Biblia, pero el equivalente griego es sarki (en carne), lo que da a entender que Cristo Jesús asumió la jomoíoma, que significa: “forma”, “semejanza”, “apariencia” o “parecido” a cada uno de nosotros; en cuanto al haber nacido de una mujer (Gálatas 4,4; Romanos 8,3; Filipenses 2,7). Sin embargo, por el mismo hecho de ser Dios, no tuvo en su vida terrenal imperfección alguna: “Porque él también estuvo sometido a las mismas pruebas que nosotros; sólo que él jamás pecó”  (Hebreos 4,15), “nunca cometió ningún crimen, ni hubo engaño en su boca” (Isaías 53,9; 1 Pedro 2,22), “Él es santo, sin mancha, apartado de los pecadores” (Hebreos 7,26).
Es un dogma de fe en el catolicismo creer que María Santísima en el momento mismo de su concepción fue preservada del pecado original, tal cual como se encontraban nuestros primeros padres, antes del pecado original. El apóstol Pablo en sus cartas menciona a Jesús como el “nuevo Adán” (Romanos 5, 14; 1 Corintios 15, 45). Es por ello, que se relacionan a María como la “nueva Eva”, según la descripción que encontramos en Génesis 3,15: “Haré que haya enemistad entre ti y la mujer, entre tu descendencia y la suya. Ella te pisará la cabeza mientras tú herirás su talón” (Biblia Latinoamericana).
Por otra parte, aunque el salmista proclama: “En pecado me concibió mi madre” (51,5). No obstante, el ángel Gabriel alude a María como la siempre “llena de gracia” (Lucas 1, 28), por un privilegio único y especial otorgado por el Padre Eterno desde el cielo, en atención a los méritos de su Unigénito. La carne y la sangre de Cristo, son carne y sangre que le vienen de Ella. Sobre este punto podemos analizar cuatro factores:
El Espíritu de Dios confiesa que Jesucristo ha venido en carne (1 Juan 4,2). Y todo aquel que lo niegue es el anticristo  (2 Juan 1,7).
Durante el embarazo la madre alimenta a su hijo por nacer de su sangre a través de la placenta que se encuentra unida a la pared del útero, y se conecta con el feto por el cordón umbilical.
Gracias a “la sangre preciosa de Cristo, el Cordero sin mancha ni defecto.” (1 Pedro 1,19), se realiza un nuevo pacto (Mateo 26,26-28; 1 Corintios 11,23-26), para la redención y el perdón de los pecados (Efesios 1,7; 1 Juan 1,7).
Análisis de laboratorio han comprobado que la sangre detectada tanto en la sábana que se cree cubrió el cuerpo de Cristo después de haber sido bajado de la cruz y que se conserva en Turín (Italia), es la misma del sudario de Oviedo (España), que es un pequeño paño que se presume envolvió el rostro del Señor. Ambos corresponden al tipo AB. Un 16 % de la población semítica o hebrea posee este tipo de sangre.
Si decimos que María no tuvo pecado alguno, esto no la exime de las consecuencias que trae la misma falta en los seres humanos, como son los padecimientos y la propia muerte. Su Hijo Jesucristo se describe como “un hombre lleno de dolor, acostumbrado al sufrimiento” (Isaías 53,3; 1 Pedro 2, 21). “El mismo tomó nuestras enfermedades, y llevó nuestras dolencias’” (Isaías 53,4; Mateo 8, 16-17). En la cruz del Calvario grita y muere con dolor (Mateo 27,50).
Siguiendo esta línea, el evangelista y médico Lucas anota que cuando se encontraba en Belén “llegó para María el momento del parto y dio a luz a su hijo primogénito” (Lucas 2,6-7). Esto es una referencia a los síntomas que siente toda mujer en este estado. En la etapa de la gestación, algunas madres experimentan cólicos similares a los dolores del ciclo menstrual. En el parto las contracciones son prolongadas, intensas y frecuentes. El apóstol Juan en una visión en el libro del Apocalipsis agrega: “Apareció en el cielo una señal grandiosa: una mujer vestida del sol, con la luna bajo sus pies y una corona de doce estrellas sobre su cabeza. Está embarazada y grita de dolor, porque le ha llegado la hora de dar a luz” (12,1-2).
Algunos místicos y revelaciones particulares, afirman que el alumbramiento de María fue algo especial como un rayo atravesando un cristal. Pero más bien, podemos estar inclinados a creer que fue un procedimiento normal, con rompimiento de fuente y expulsión de la criatura a través de la vagina. En este proceso bien pudo haber intervenido su esposo José, porque la palabra de Dios no especifica que haya habido ninguna otra persona en este momento crucial en la historia de la salvación.
Después del desembarazo, ella siguió siendo la “siempre y bienaventurada Virgen María”, ya que la Maternidad Divina no puede explicarse desde un plano solamente fisiológico, sino que está enmarcado en lo sobrenatural, “porque ninguna cosa es imposible para Dios” (Lucas 1, 37).
Como toda Madre, María nutrió al Emmanuel con su leche materna. San Agustín, afirma que “María fue la Mujer que dio leche a aquel que nos dio el pan de vida eterna”. En la misma localidad de Belén se puede visitar la llamada “Gruta de la Leche”, donde según una piadosa leyenda la Virgen Santísima mientras amamantaba al Niño Dios dejó caer una gotas de su calostro, al instante las rocas se tornaron blancas y blandas. Desde entonces este lugar es objeto de veneración por los cristianos y musulmanes, sobre todo por las mujeres estériles o lactantes que le piden por estos dos favores a la progenitora del Mesías.

Jesús Eucaristía


"Mi carne es comida verdadera y mi sangre es bebida verdadera"


     
          En Israel había multitud de sacrificios; muchos de ellos iban seguidos de banquetes. Estos eran Banquetes de comunión, en Hebreo "Selamin" que significa sacrificio que unen al pueblo entre si y a su vez con DIOS.
Precedente bíblico del Sacrificio y banquete de comunión en la Antigua Alianza.
Levítico 6, 17-20
El SEÑOR habló a Moisés para decirle: Dile a Aarón y a sus hijos:
Esta es la Ley de la víctima ofrecida por el pecado.
Será sacrificada ante el SEÑOR
En el mismo lugar donde se ofrece el sacrificio del Holocausto
Es una cosa muy sagrada. El sacerdote que la
Ofrenda comerá en un lugar santo, a la entrada de la tienda de las citas
Cualquiera que toque las carnes será santificado.
Levítico 7, 15
La carne de la víctima del sacrificio de comunión
Será comida en el mismo día sin dejar
Nada para el siguiente.
El sacrificio de Holocausto era el sacrificio de ofrenda. Como vimos en
Levítico 6, 17-20 la víctima ofrecida por el pecado era sacrificado en el altar del Holocausto. CRISTO JESÚS se hizo ofrenda por nuestra salvación sustituyéndonos en la cruz y cargando nuestros pecados "víctima ofrecida por el pecado", en esta ofrenda al igual que la ofrenda de comunión, la víctima era consumida totalmente y así se entraba en común-unión con el DIOS de Israel. En nuestra Eucaristía, la víctima, nuestra ofrenda y sacrificio, tiene que ser consumida al igual que en el antiguo Israel. Hoy nuestra ofrenda no son ovejas ni animales. Es JESÚS el SEÑOR, por eso nuestra comunión no es simbólica, como las víctimas de Israel no eran simbólicas, sino la propia Víctima Para el Hebreo y en la mentalidad semita es necesario entrar en comunicación con el cuerpo si queremos establecer una comunión con el espíritu.

      
Éxodo 12, 8-10
Esa misma noche comerán el cordero asado al fuego,
Lo comerán con panes sin levaduras…
Ustedes no guardarán nada para el día siguiente,
Lo que sobre quémenlo al fuego.
En la comida de la Pascua era sacrificado un cordero, macho y sin defectos. Desde antiguo se ha considerado este cordero prefigura de JESUCRISTO. Este cordero se debía comer completo en la cena Pascual. La Eucaristía es Nuestra Cena Pascual, en ella el cordero no puede ser una representación, es el mismo cordero el que se ingiere. Nuestro cordero ya fue señalado por Juan el Bautista (San Juan 1, 36) es JESÚS, por lo tanto en la Eucaristía comemos el Cuerpo de JESÚS-CORDERO.
Existe otro Sacrificio en el AT llamado Azkarah:
Este sacrificio particular llamado en Hebreo azkarah  se tenía en Israel como un recuerdo perpetuo de la alianza” Anamnesis se usa en Números 10,10, donde nuevamente hace mención al sacrificio, por lo cual la expresión de
Jesús en la Última Cena sin duda tenía para sus oyentes un carácter sacrificial.
La palabra “memoria” es un término sacrificial, y se usa en la versión griega de los Setenta (se llama la versión de “los Setenta” a la versión griega del Antiguo Testamento, que era ampliamente usada en los tiempos de Jesús). “En Lev. 24,7 la palabra anamnesis traduce el hebreo “azkarah”, que era una sacrificio memorial...
No podemos pensar que pasó inadvertido a Jesús, en aquel momento crucial de la Última Cena, el hecho que la palabra anamnesis tenía esa significación sacrificial... Más bien debemos pensar que lo que Jesús está haciendo es,
Precisamente, dar un contexto sacrificial a esa Eucaristía que instituye durante la celebración judía de la Pascua; Pablo, en 1 Corintios, parece que captó muy bien este aspecto.
Anamnesis, reminiscencia, llamado…es un llamado de la pasión muerte y ascensión de Jesús
- La Eucaristía en el contexto neo testamentario
Yo soy el pan vivo bajado del cielo; el que coma de éste pan vivirá para siempre.
El pan que yo daré es mi carne, y la daré para vida del mundo
Juan 6 en el discurso más difícil que le tocó predicar a JESÚS y de hecho el más controversial. JESÚS ya se ha declarado que Él es el pan de vida.
Días antes, JESÚS ha caminado sobre las aguas, desafiando todas las leyes naturales (San Marcos6, 45-52) pocos momentos antes JESÚS había multiplicado los panes (San Marcos 6, 35-43) con estos dos hechos le ha querido decir a sus discípulos que él hace con el pan lo que quiere (lo multiplica) y con su cuerpo también (camina sobre las aguas), o sea que tiene poder sobre su cuerpo y sobre los panes. Ahora se adentra en el misterio y proclama que su carne es pan. Difícil ¿No camino sobre las aguas? Algo imposible para un hombre. ¿No multiplico los panes?… ¿algo imposible para un hombre? Seguro que sí, no para DIOS. El que tiene poder sobre las leyes naturales de su cuerpo y de los panes, luego  puede transformar su cuerpo en pan. En este pasaje JESÚS habla claramente, el pan que nos va a dar es su carne, aquí esta explícito. Esta frase está exenta de simbolismo, pero para aclarar más aún vamos al texto griego original.
La palabra utilizada para definir carne es sarx, que en Griego quiere decir: "Carne, trozo de carne, cuerpo, ser vivo, hombre" vemos una definición contundente de que JESÚS utiliza la palabra que denota cuerpo de carne y que no es en ningún modo metáfora, hecho que concordará con las palabras de la última cena. Existen otras dos palabras en Griego para definir carne, una es "Kreas" que quiere decir: "Trozos de carne" y se utiliza para cuando se habla de ingerir carne en una comida normal (Rom 4, 21/1 Cor 8, 13) y "Sarkinos" que quiere decir "carnal" y se utiliza en sentido simbólico (Rom 7, 14/1 Cor 3, 1 / 2 Cor 3,3).

    "El que come mi carne y bebe mi sangre, vive de verdad, y yo lo resucitaré en el último día"
   
San Juan 6,55
Si quedó alguna duda de la intención de JESÚS en el versículo 51, ahora las dudas deberían disiparse. JESÚS declara que su cuerpo carnal (sarx) es comida verdadera. La palabra griega utilizada por JESÚS para decir verdadera es "Alethes" que proviene de "Aletheia" que quiere decir "Verdad, veracidad, sinceridad, realidad, esta palabra confirma la realidad de la presencia viva de JESÚS en cuerpo y divinidad en la Eucaristía. JESÚS no dijo en ningún momento que su carne "significa", todo lo contrario afirma ser verdadera, "alethes". Este mismo análisis se aplica a la sangre de JESÚS.
Veamos ahora la  palabra  “Comer”
La Palabra Griega para “Comer” es “PHAGO”, sin embargo vemos que Jesús en el discurso de San Juan 6 no usa esta palabra común, pasando a utilizar la Palabra “Trogos”, según el Diccionario Griego “Trogos” quiere decir:
“Mascar, Masticar, Digerir, Roer
El cambio que el Señor hace al suplantar el verbo phago por el verbo trogo es realmente notable.
 Esta palabra nunca es usada simbólicamente ni en la Biblia ni en ningún otro texto literario antiguo
Jesús comienza utilizando la Palabra “brosis” y “esthio” que también significa “comer” en Griego pero vemos que a partir de San Juan 6, 54 y los versículos 56, 57 y 58 cambia para “trogos” que es una palabra radical que no puede llevar a confusión de su sentido bajo ningún concepto se puede pensar que si la intención de Cristo era  el transmitir una metáfora pues el cambio de palabra cuando El vio que los que lo escuchaban era de asombro es patente, hubiera  sido irresponsable el crear tal confusión al usar expresiones sin sentido.
Por ejemplo vemos que en San Juan 4,34 cuando Jesús dice “Mi COMIDA es que se haga la voluntad de mi Padre” expresión ciertamente simbólica utilice la palabra griega “broma”



En el Nuevo Testamento aparece la Palabra TROGO en San Mateo 24, 38 y San Juan 13, 8. y ninguna vez quiere decir comer de forma simbólica. Además los judíos ya sabían que
Jesús hablaba de comer literalmente porque preguntaron  ¿Cómo puede éste
Darnos a comer su carne? (v. 52), aún antes de que Jesús utilizara TROGO.
Si nos quedara duda de que JESÚS habló en sentido simbólico o metafórico analicemos la reacción de los discípulos:

San Juan 6, 60
"Cuando oyeron todo esto, muchos de los que habían seguido a JESÚS dijeron
"Este lenguaje es muy duro Quién puede sufrirlo?"
Los discípulos hablaban perfecto arameo, que era la lengua habitual de JESÚS y entendieron perfectamente que este no hablaba en forma simbólica, pues si hubiera sido esta reacción hubiera estado de más. ¡Ellos reaccionan escandalizados! No pueden sufrir que el "hijo del carpintero les hable de "comer su carne y beber su sangre"… es algo para ellos demencial, es algo que solo se entiende en FE. JESÚS al contrario de otras ocasiones no les va a explicar, por qué es algo que no se puede explicar, que hay que aceptar. Es por eso que les pregunta a los Apóstoles si también se van a marchar y Pedro contesta que aunque no entiende nada, sabe que de JESÚS solo sale "vida eterna". Así la Iglesia como Pedro se queda en Fe con las palabras de JESÚS.
San Juan 6, 61
JESÚS captó en su mente que sus propios discípulos criticaban su discurso y les dijo:
Qué va a ser entonces cuando vean al Hijo del Hombre subir al lugar donde estaba antes!"
JESÚS aquí nos da una comparación. Si no entienden cómo puede comerse su cuerpo, menos entenderán su Ascensión al cielo, o sea dice JESÚS que es más fácil aceptar la Eucaristía que aceptar su Ascensión y su Glorificación como Segunda Persona de la Trinidad. Actualmente casi todas las Iglesias aceptan la Ascensión y Glorificación de JESÚS, sin embargo no aceptan la Eucaristía que según JESÚS es más fácil de entender.
San Mateo 26, 26-28
Mientras comían, JESÚS tomó el pan y , después de pronunciar la bendición, lo partió y lo dió a sus discípulos, diciendo: Tomen y coman; esto es mi cuerpo. Después tomando una copa de vino y dando gracias, se la dio diciendo: Beban todos, porque ésta es mi sangre, la sangre de la alianza, que es derramada por una muchedumbre, para el perdón de los pecados.



Llega la Última cena. Cena Pascual donde sorpresivamente no hay cordero puesto que JESÚS va a reemplazarlo. Llegado el momento JESÚS solemnemente declara que el pan es su cuerpo en clara conexión con el discurso de San Juan 6. La palabra griega utilizada en el Evangelio traducida como "cuerpo" no es Sarx, como hubiera sido de esperar-pues sarx significa también cuerpo-La palabra utilizada es Soma que quiere decir en griego "cuerpo, cadáver, cuerpo muerto" que en este contexto de sacrificio al darlo separado de su sangre (el vino) expresa claramente que JESÚS está hablando y refiriéndose a Él como el Cordero pascual comido en la Pascua Hebrea ya muerto y no de forma alguna simbólica y que faltó en la Ultima cena. La misma explicación es acertada para el vino como sangre.
San Lucas 19
"Hagan esto en memoria mía"
Esta orden de JESÚS de ninguna forma da aspecto de simbolismo a la Eucaristía, mas bien la afirma Veamos: La palabra griega utilizada para "memoria" es anamnesis que quiere decir "recordar, refrescar la memoria, mencionar, acordarse, pensar en algo" en ningún momento la palabra memoria implica símbolo. Con esta palabra JESÚS ordena a los Apóstoles que sigan repitiendo lo que El acaba de hacer con las mismas consecuencias, instituye el orden Presbiteral o Sacerdotal al mandar a los Apóstoles celebrar la Cena Pascual con El como cordero sacrificado y en ningún momento simbólico. Con esto se cumple en el Nuevo Pacto lo ordenado a Israel en Éxodo 12, 14"
"Esta ley es para siempre: los descendientes de ustedes no dejaran de celebrar este día"
Sabes tu, que cuando asistes a la Eucaristía estas asistiendo a la Cena Pascual de la Nueva Alianza?.. esto será un tema para un nuevo estudio. Regresando a nuestra palabra "anamnesis", esta palabra utiliza en Hebreos 10,3 "Pero en esos sacrificios cada año se hace memoria de los pecados"…cada año se recuerda algo muy actual, los pecados. Memorial=actualización de una realidad. Qué realidad? Nuestra comunión con JESÚS de una forma íntima y tremenda comiendo su cuerpo y bebiendo su sangre.
Levítico 2,2
"La llevaran a los sacerdotes, los hijos de Aarón, quienes tomando un puñado de harina con aceite y todo el incienso lo quemarán sobre el altar como combustión, en memoria, en olor suave para YHAVEH"
El olor de esta harina, quemada por los sacerdotes en el altar será un memorial, o sea que recordara al Padre la ofrenda al mismo tiempo que al oferente. El memorial de la Eucaristía recuerda al Padre el Sacrificio de Cristo en la cruz-único y suficiente- pero que se actualiza como sacrificio incruento, donde no hay sufrimiento; y que recuerda al Padre que somos los oferentes y los beneficiados de este, y que por esta víctima- JESÚS -debe derramar su misericordia sobre nosotros.
En I de Corintios 11, 26 dice San Pablo "Cuantas veces comáis este pan y bebáis este cáliz, anuncias la muerte del SEÑOR hasta que venga". Este versículo es de una importancia trascendental, pues reafirma el carácter sacrificial y escatológico de la Eucaristía. Proclamamos el sacrificio de JESÚS y lo haremos hasta que el retorne en gloria.



I Corintios 10, 16
La copa de bendición que bendecimos, No es la comunión con la sangre de CRISTO? Y el pan que partimos, No es una comunión con el cuerpo de CRISTO?
En este Capitulo 10, San Pablo habla de un hecho real "no se debe comer carne sacrificada a los ídolos" y como alude a la presencia real de Cristo en la Eucaristía común-unión del creyente y CRISTO JESÚS, diciendo claramente que la comunión es el cuerpo y la sangre de Cristo.
I Corintios 1, 26-29
Así pues, cada vez que comen de este pan y beben de la copa, están proclamando la muerte del SEÑOR hasta que venga. Por lo tanto, si alguien come el pan y bebe de la copa del SEÑOR indignamente, peca contra el cuerpo y la sangre del SEÑOR.
Por eso, que cada uno examine su conciencia antes de comer del pan y beber de la copa. De otra manera come su propia condenación al no reconocer el cuerpo.
Aquí San Pablo nos da una visión contundente de la presencia real de JESÚS en la Eucaristía. Primeramente se peca contra el objeto que se agravia, aquí según San Pablo se agravia el Pan y la Copa al comerse indignamente, sin embargo se peca contra el cuerpo y la sangre del SEÑOR, afirmación que sería un desatino si cuerpo y pan y copa y sangre no fueran lo mismo. Seguidamente va a atribuir condenación, un hecho que solo se aplica por no aceptar en Fe a DIOS .
Qué pensó la comunidad primitiva y los Padres de la Iglesia en el primer siglo sobre este tema?
- San Ignacio Obispo de Antioquia en el año 110 D.C. Escribe en su Carta a los de Esmirna lo siguiente: "De la Eucaristía y la oración se apartan (los herejes docetas) por que no confiesan que la Eucaristía es la carne de Nuestro Salvador JESUCRISTO, la que padeció por nuestros pecados, la que por bondad resucitó el Padre. Por lo tanto, los que contradicen el don de DIOS litigando, se van muriendo. Mejor les fuera amar para que también resucitasen"
En su carta a la Iglesia de Filadelfia les dice: "Esforzaos, por lo tanto, por usar de una sola Eucaristía; pues una sola es la carne de Nuestro SEÑOR JESUCRISTO y uno solo es el cáliz para unirnos con su sangre, un solo altar, como un solo Obispo junto con el Presbítero y con los diáconos consiervos míos; a fin de que cuando hagáis, todo lo hagáis según DIOS".
-San Justino Mártir, año 160 en su Apología 1ra. "Este alimento se llama entre nosotros Eucaristía del cual a ninguno le es lícito participar, sino al que cree que nuestra doctrina es verdadera y ha sido purificado por el Bautismo para perdón de pecados y regeneración…. Es la sangre y la carne de aquel JESÚS que se encarnó, pues los Apóstoles y los comentarios por ellos compuestos, llamados Evangelios nos lo transmitieron así…"
-San Ireneo, Obispo de Lyon, año 180, libro "Adversus Haereses" " Y cómo dicen también que la carne se corrompe y no participa de la vida (la Carne) que es alimentada por el cuerpo y la Sangre del SEÑOR? Por lo tanto, o cambian de parecer o dejan de ofrecer las cosas dichas".

-Tertuliano, año entre 160 y 220 libro "Contra Marcion" "Por lo cual, por el sacramento del pan y del cáliz, ya hemos probado en el Evangelio la verdad del cuerpo y la sangre del SEÑOR en contra de la teoría del fantasma propugnada por Marcion".
-San Agustín, años 354-430 "Y siendo así que CRISTO anduvo en esta carne y nos dio su misma carne para que la comiéramos, nadie puede comer su carne si no la adora, encontramos que como es posible adorar tal escabel de los pies del SEÑOR, sin que no solo no pequemos adorando, sino que pequemos no adorando..
Hermanos separados de la comunión con la Iglesia Católica opinan que cuando JESÚS dijo: "Esto es mi cuerpo" lo dijo en forma de símil, como es el caso en San Juan 6, 35 donde JESÚS dice: "Yo soy el pan de Vida’ o como en San Juan 6, 12 donde dijo: "Yo soy la Luz del mundo" o también como en San Juan 10, 9 donde dijo "Yo soy la puerta". Evidentemente JESÚS aquí se está describiendo a si mismo como "Pan de Vida", "Luz del mundo", "Puerta" y en otra oportunidad como "El camino", JESÚS no es una "Puerta" o un "camino" físicamente hablando.. es pura simbología, pero examinemos una de estas oraciones, por ejemplo: "Yo soy la Puerta". Esta oración, y si mal no recuerdo mis años de estudiante de gramática, se compone de Sujeto y Predicado. El sujeto es de quien se habla y el predicado precedido de un verbo describe una acción al sujeto, en este caso Yo, es el sujeto o sea CRISTO y soy la puerta es el predicado que describe a Cristo como la entrada a la salvación por medio de una "puerta". En la Ultima Cena JESÚS dice "Esto es mi cuerpo". Esto es el sujeto o sea el pan y mi cuerpo es el predicado que describe al sujeto o sea CRISTO (soma). Ves la diferencia? En los anteriores versículos del Evangelio CRISTO se describe a si mismo como puerta, Luz, camino, etc.. en la Ultima cena el Pan es descrito como el mismo CRISTO, su cuerpo sacrificial. Luego entonces el Pan es CRISTO, lo cual es muy diferente a que CRISTO sea pan.
Hermano que lees este pequeño estudio de apologética sobre la Eucaristía, la presencia real de JESÚS en el pan y en el vino solo se acepta por FE, no por razonamiento. Pues como dijo San Agustín "Si lo entiendes, no es Dios". En qué bando  estás? Entre los que dejaron a JESÚS moviendo la cabeza y diciendo "dura doctrina es esta!" o como los que como Pedro nos quedamos diciendo "no entiendo humanamente, pero se que tienes Palabras de Vida y además adonde ir que haya vida eterna?"
Si te quedas en Fe tienes la promesa del SEÑOR
"El que come mi carne y bebe mi sangre, vive de verdad, y yo lo resucitaré en el último día". Que así sea.