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lunes, 18 de febrero de 2013

A poner empeño en cambiar… es Cuaresma

Written by Padre José Acabá Torres ¡Un año más! Iniciamos un tiempo muy especial para el cristiano, la Cuaresma. Pero ojo, podemos iniciar este tiempo con un espíritu repetitivo: vamos a que nos impongan las cenizas, que no podemos comer carne el viernes, que los viernes hay vía crucis, etc. En fin podemos caer en una grave falta: repetir el itinerario de cada año perdiendo de vista que esta Cuaresma es única; que no consiste en repetir sino en asumir un proyecto de conversión que me lleve a vivir con alegría la fiesta más importante del año: la Pascua. Es por eso que este llamado a “convertirnos y creer en el Evangelio” que se nos hizo hace unos días, consiste en ponernos a trabajar con nuestra vida y la configuremos con la de un auténtico cristiano. La Primera Lectura consiste en un momento de profundo significado para el pueblo de Israel. Es momento para tomar conciencia de su procedencia, su camino como pueblo, su referencia profunda y radical a Yavé equivaldrá a lo que los cristianos realizamos al profesar nuestra fe en el Credo. Al presentar la ofrenda se invita a hacer memoria; se convoca a todo un pueblo a jamás olvidar quien le ha convertido en pueblo escogido, le ha dado una tierra y al que han de rendir culto y honor. El Salmo de esta liturgia es uno de petición: mantente conmigo Señor en todo momento y circunstancia. Es además un reconocimiento de que, ante las tribulaciones y desgracias que rodean a todo ser humano, el Señor estará conmigo. Cualquier adversidad podrá ser superada pues el Dios de Israel “a sus ángeles ha dado órdenes para que te guarden en tus caminos”. En la Segunda Lectura volvemos a tocar una “profesión de fe”. En ella el apóstol Pablo reafirma que todo el que “profesa que Jesús es el Señor, y en su corazón cree que Dios lo resucitó de entre los muertos, se salvará”. Reafirmando, una vez más, que no hay diferencia entre judíos y gentiles ya que uno solo es el Señor y que por tanto solo basta acogerlo y seguirle para alcanzar la salvación. El Evangelio, nos lleva por el camino del desierto y nos invita a contemplar un enfrentamiento entre Jesús y el Diablo; la santidad versus la ausencia de la santidad: el espíritu del mal. Este se lleva a cabo en el desierto, lugar que tantas veces fue testigo de la gracia de Dios, donación de Dios al pueblo de Israel, y por otro lado, también fue testigo de la presencia del egoísmo y la infidelidad de este pueblo. Jesús es tentado… (Dile a esta piedra que se convierta en pan; te arrodillas delante de mí, todo será tuyo; tírate de aquí abajo, porque está escrito: Encargará a los ángeles que cuiden de ti”…) pero todas fueron rebatidas con la fuerza de la Palabra. El diablo se aleja hasta otro momento, pues retornará para continuar con su lucha contra el bien. Nuevamente hemos de asumir esta “lucha” que sigue existiendo en nuestro tiempo. Hoy, como en todos los momentos de la historia, los hijos e hijas de Dios, vamos a sentir la fuerza del mal que sigue asechando y procurando alejarnos del camino de la verdad y de la justicia. Los rostros de este mal han variado con el correr del tiempo: lo podemos descubrir en la relativización de la fe, en el llamado al consumismo rampante. Podemos descubrirlo en la falta de valores evangélicos y hasta en tentaciones sutiles como el no esforzarnos y pensar que con el mínimo esfuerzo podremos alcanzar nuestra meta que es el cielo. El llamado de esta Cuaresma es nuevo, aunque parezca igual. Convertirnos de nuestras miserias sigue siendo la urgencia de nuestro tiempo. Aunque parezcan las “cosas de siempre” no lo son ya que, este que soy yo, ha cambiado. Este año no soy el mismo del año pasado, y con esto no me refiero solo a que soy un año más viejo, sino que mi madurez y experiencias han hecho de mi uno “diferente”. Así que ánimo hermanos y hermanas; que caminando con Jesús y asumiendo y haciendo uso de la Palabra de Dios, rechacemos los signos del mal y reafirmemos nuestra fe en Él.

Cuaresma: tiempo para madurar en la fe

Actualidad Esta Cuaresma 2013 es una oportunidad privilegiada de Dios para revisar nuestras actitudes, nuestra conducta y nuestras relaciones con el prójimo. Es un tiempo para asegurarnos de que no estamos cayendo en el pecado de la indiferencia, en el pecado de la conformidad, en el pecado de pensar que “así nos hizo Dios”. Es un tiempo de gracia para comprometernos a trabajar sin cansarnos para que ningún hombre ni ninguna mujer tengan que vivir sometidos al desprecio y la exclusión. Al iniciar la Cuaresma el Miércoles de Ceniza (el pasado 13 de febrero), la Iglesia utiliza las cenizas, sacadas de los ramos sobrantes de la celebración del Domingo de Ramos, marcando una cruz en la frente de las personas. Estas cenizas pretenden concienciar a los creyentes de que todo lo que el mundo llama “grande” termina en polvo y cenizas: “Acuérdate de que eres polvo y al polvo volverás.” También se puede decir: “Conviértete y Cree en el Evangelio.” El evangelio de Mateo (6, 1-6. 16-18), proclamado el miércoles de ceniza, comunica una verdad que estamos llamados a vivir: “No busques la recompensa de tus obras en la opinión de los hombres”. Luego nos plantea tres caminos indispensables para la conversión: El camino de la caridad: No es cuestión de dar unas monedas para quitarnos a un necesitado de encima. Ni es tampoco ser paternalista. Es saber descubrir al que sufre, al que se siente solo y despreciado. Es acoger y ser solidarios con aquellas personas que necesitan de nuestro tiempo, de nuestra amistad y de nuestra ayuda. Sin caridad no hay seguimiento de Jesús. Si somos auténticos en nuestra fe cristiana, entonces no hay más alternativa que formarnos en la vida de Jesús, organizarnos y luchar por cambiar la realidad de pecado en que vivimos. El camino de la penitencia: No es cuestión de hacer alguna penitencia “boba” que poco exige de nosotros. La penitencia que a Dios le agrada es aquella que nos lleva a un mayor compromiso con los valores del Reino de Dios: la justicia, el amor, la paz y la solidaridad. Através de la penitencia nos hacemos solidarios con los que sufren. No se puede ser cristiano sin penitencia. Pero no vale hacer penitencia por hacer penitencia. La penitencia auténtica me lleva a tomar conciencia de mi propia fragilidad humana. Si ayunamos, hagámoslo como protesta en una sociedad que va perdiendo su sensibilidad ante el sufrimiento. El camino de la oración: La oración que le agrada a Dios es una vida consagrada al servicio de los más necesitados. La oración es expresión de apertura, de confianza y de tener necesidad de Dios. El que se siente auto suficiente, no ora y si reza alguna oración es posible que lo haga para tranquilizar su conciencia. Hay que evitar la dicotomía entre oración y vida. La oración auténtica exige transparencia, coherencia y autenticidad. Jesús nunca tuvo una palabra de elogio para con los fariseos ni para con los maestros de la Ley, a pesar de que ellos eran los profesionales de los rezos. Hacían largas oraciones memorizadas y hasta espiaban a las personas que no participaban en esas “oraciones”. Al iniciar esta cuaresma 2013, nos preguntamos: ¿Estamos dispuestos a asumir un camino de lucha que pasa por la cruz, un camino de sufrimiento que llega a la vida, un camino de muerte que desemboca en la resurrección? ¿Cuáles son los acontecimientos que HOY en Puerto Rico continúan la pasión y muerte de Jesús? ¿Cuán conscientes estamos de que la pasión y muerte de Jesús NO son historia lejana? Es también realidad actual. ¿Cómo podemos aliviar el dolor y el sufrimiento de aquellos que se pasean por nuestras calles? ¿Qué necesitamos hacer para que la cruz no sea tan pesada en los hombros de tantos hermanos? Ante los tres caminos que nos presenta la Palabra de Dios, sugiero algunas acciones positivas: Camino de la caridad: Visita enfermos, envejecientes y presos, compartiendo palabras de aliento y esperanza. Lleva artículos de primera necesidad a personas necesitadas. Caminar en vez de guiar por algunos días y evitar viajes innecesarios. Recicla latas, plásticos, periódicos y vidrios. Si estás enojado con alguna persona, reconcíliate. Evita los chismes; que tus palabras sean edificantes. Hazte disponible para los que te necesitan. Camino de la penitencia: Ayuna una vez por semana y lo que ahorres dónalo a una causa noble. Evita los dulces, el cigarrillo, la bebida fuerte y otras “cositas” que te agradan. Limita el tiempo que dedicas a la TV (novelas y programas de poco valor). Dedica ese tiempo extra a tu cónyuge y/o a tus hijos. No comas carne por lo menos una día en la semana. En vez de comer bacalao o camarones, come vegetales, ensaladas o viandas. Evita desperdiciar tu tiempo en el Internet. Acércate a un deambulante y comparte una palabra agradable; hazle sentir que es tu hermano. Camino de la oración: Participa en una Eucaristía durante la semana. Haz el Vía Crucis en tu hogar, con tu familia, una vez en semana. Participa en alguna experiencia de retiro. Dedica 10-15 minutos diarios a la oración en familia. Participar con tu familia en la Eucaristía dominical. Lee y medita en las lecturas bíblicas del día.

¡Gracias por el amor y la oración, la Iglesia es de Cristo, sigan rezando por el Papa!

Con grandes aplausos y muestras de devoción y cariño, al inicio de la catequesis, sostenido e iluminado por la certeza de que Cristo nunca dejará de guiar y de cuidar a su Iglesia, Benedicto XVI reiteró – en su penúltima Audiencia General, las palabras con que anunció su renuncia, el pasado lunes, agradeciendo a todos por el amor y la oración y exhortando a rezar por el Papa y por la Iglesia. Se trata de una decisión que, tal como Benedicto XVI afirmó, ha tomado siendo “profundamente consciente de la gravedad de este acto”, pero, al mismo tiempo “consciente, de no tener ya la capacidad de ejercer el ministerio petrino con el vigor que el mismo requiere”: Queridos hermanos y hermanas Como saben – (aplausos...) gracias, por vuestra simpatía – he decidido renunciar al ministerio que el Señor me encomendó el 19 de abril de 2005. Lo he decidido en plena libertad y por el bien de la Iglesia, después de haber rezado largo tiempo y de haber examinado mi consciencia ante Dios, profundamente consciente de la gravedad de este acto, pero, al mismo tiempo consciente, de no tener ya la capacidad de ejercer el ministerio petrino con el vigor que el mismo requiere. Me sostiene e ilumina la certeza de que la Iglesia es de Cristo. Él no le hará faltar nunca su guía y cuidado. Agradezco a todos por el amor y la oración con la que me han acompañado. En estos días no fáciles para mí, he percibido casi físicamente la fuerza de la oración, que me da el amor de la Iglesia y de vuestra oración. Sigan rezando por mí, por la Iglesia y por el futuro Papa ¡El Señor nos guiará! (NEWS.VA)

Cronología Papa Benedicto XVI

Actualidad Se necesitarían varias ediciones para documentar la transcendental trayectoria del Papa Benedicto XVI y su valiosa contribución a la Iglesia. A continuación, una síntesis de su cronología como Obispo de Roma. 2005 2 de abril – Muere Juan Pablo II 19 de abril – Tras un cónclave de solo 23 horas de duración, Joseph Ratzinger es seleccionado como el 265 papa en la historia de la Iglesia Católica. 28 de junio – Motu proprio para la aprobación y publicación del Compendio del Catecismo de la Iglesia Católica. 18 al 21 de agosto – Viaje apostólico a Colonia con ocasión de la XX Jornada Mundial de la Juventud. 2 al 23 de octubre – XI Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos con el tema “La Eucaristía, fuente y culmen de la vida y de la misión de la Iglesia”. 7 de noviembre – Encuentro con el presidente de la Federación Luterana Mundial, obispo Mark Hanson. 25 de diciembre – Publicación de su primera encíclica: Deus Caritas est (Dios es amor). 2006 20 de mayo – Encuentro con el metropolita ortodoxo ruso Kiril. 25 al 28 de mayo – Viaje apostólico a Polonia. 8 al 9 de julio – Viaje apostólico a Valencia con ocasión del V Encuentro Mundial de las Familias. 15 de septiembre – Nombramiento del Cardenal Tarcisio Bertone como Secretario de Estado. 28 de noviembre al 1 de diciembre – Viaje apostólico a Turquía. 2007 22 de febrero – Exhortación apostólica postsinodal “Sacramentum Caritatis”. 13 de marzo – Encuentro con el presidente de Rusia, Vladimir Putin. 16 de abril – Publicación primer tomo del libro “Jesús de Nazaret”. 9 al 14 de mayo – Viaje apostólico a Brasil. Benedicto XVI designa América Latina como el “Continente de la Esperanza”. 21 de julio – Encuentro con el patriarca asirio Mar Dinkha IV. 30 de noviembre – Segunda encíclica “Spe salvi” (Salvados en la esperanza). 2008 6 de marzo – Encuentro con el patriarca ecuménico de Constantinopla, Bartolomé I. 15 al 21 de abril – Viaje apostólico a Estados Unidos y a las Naciones Unidas. 25 al 29 de junio – Inauguración del Año Paulino con el patriarca ecuménico Bartolomé I. 12 al 21 de julio – Viaje apostólico a Sydney con ocasión de la XXIII Jornada Mundial de la Juventud. 2009 21 de enero – Decreto del levantamiento de la excomunión a cuatro obispos de la Fraternidad San Pío X ordenados por el arzobispo Marcel Lefebvre en enero de 1988 sin mandato de la Santa Sede. 8 al 15 de mayo – Viaje apostólico a Tierra Santa. 19 de junio – Comienzo del Año Sacerdotal convocado por Benedicto XVI. 29 de junio – Tercera encíclica “Caritas in Veritate” (La caridad en la verdad). 4 al 25 de octubre – II Asamblea Especial del Sínodo de los Obispos para Africa. 2010 1 de enero – Llamamiento a un giro ecológico: “Si quieres promover la paz, protege la creación”. 15 y 16 de febrero – Encuentro con 24 obispos irlandeses para tratar escándalo de abusos en la Iglesia Católica de Irlanda. 19 de marzo – Carta pastoral a los católicos de Irlanda, en la que pide perdón por los casos de abuso en instituciones católicas y por el fallo de los obispos. 17 al 18 de abril - Viaje apostólico a Malta con ocasión del 1950 aniversario del naufragio del apóstol Pablo. 29 de junio – Anuncio de la erección del Pontificio Consejo para la Promoción de la Nueva Evangelización para las sociedades poscristianas. 2011 Publicación del segundo tomo de “Jesús de Nazaret”. 18 al 21 de agosto – Jornada Mundial de la Juventud en Madrid, España 2012 11 de octubre – Comienzo del Año de la Fe, en la celebración 50 aniversario Concilio Vaticano II. 7 al 28 de octubre - Sínodo de los Obispos para la Nueva Evangelización 24 de noviembre - Publicación libro “La Infancia de Jesús”. (Fuente: “Luz del Mundo”, de Peter Seewald, y archivo El Visitante.)