LA SIEMPRE VIRGEN MARIA
José Pinto (2009)
LA SIEMPRE VIRGEN MARIA
José Pinto
Desde el propio Génesis donde María es prefigurada proféticamente (Gen 3, 15), podemos visualizar también la lucha que desde un mismo comienzo tendría la serpiente y su linaje (satanás y sus seguidores) contra la mujer (María) y su linaje (Cristo y su iglesia- nosotros).
Dios (YAVEH - יַהְוֶה ) se sirve de una mujer para efectuar su plan de Redención de la humanidad. María es la Nueva Eva, todo lo opuesto a la primera mujer. Eva llena de gracia desde su creación se mantuvo así mientras no se hizo desobediente; María plena de gracia en cambio se declara “esclava del Señor” (Lucas 1, 38) y hace permanecer esa gracia de Dios con ella. Eva estaba unida a Adán, hombre que igualmente gozaba de la gracia de Dios y quien por su desobediencia, junto con él, nos encadenó al pecado bajo el poder del maligno y nos atrajo la muerte, es decir nos separó de la presencia de Dios. María, unida estrechamente al nuevo Adán, al hombre perfecto, a Dios hecho hombre (Cristo), por su fe y su obediencia, cooperó a la nueva vida y a liberar al mundo del poder del demonio. Por eso Cristo y María tienen “Idénticas enemistades”.
La lucha comenzada en el paraíso permanece a través de toda la historia de la humanidad. Desde entonces existe la dramática batalla entre el bien y el mal, entre el amor y el odio, entre la verdad y la mentira. En esta contienda, María se convertiría en señal de victoria. De ella nacería el Redentor. Ambos constituyen el fundamento firme para la esperanza de la humanidad. Todo el Antiguo y Nuevo Testamentos son una lenta preparación hacia la realización de la promesa de salvación. “Yo seré vuestro Dios (θεός - Theos) y vosotros seréis mi pueblo...” (2da Cor. 6, 16).
La Reforma Protestante y María
Desde el siglo V no hubo oposición a la doctrina de la virginidad de María ni en Jerusalén ni en Roma hasta su resurgimiento en los tiempos modernos. Varios lideres de la Reforma Protestante creyeron en la virginidad perpetua de la virgen María. Martín Lutero (1483 - 1546), teólogo alemán y líder del inicio del protestantismo en 1517, creyó que María no tuvo otros hijos, y que no tuvo relaciones maritales con José1, manteniendo que los hermanos mencionados eran primos2. Esto es consistente con su aceptación de por vida de la idea de la perpetua virginidad de María. Jaroslav Pelikan (1923 - 2006), estudioso norteamericano de la historia de la cristiandad, luterano durante casi toda su vida y luego miembro de la Iglesia Ortodoxa Americana, acotó que la perpetua virginidad de María fue una creencia de Lutero durante toda su vida3, y el alemán Hartmann Grisar (1845 - 1932), Católico Romano (Jesuita), considerado el mejor biógrafo de Lutero, concurre que "Lutero siempre creyó en la virginidad de María, aun después de su excomunión, aunque después él negó sus poderes de intercesión4". Por esta razón, incluso un riguroso conservador académico luterano, el alemán Franz Pieper (1852 - 1931), se negó a seguir la tendencia entre los Protestantes en insistir que María y José sostuvieron relaciones maritales y tuvieron hijos después del nacimiento de Jesús. Es implícito en sus Dogmas Cristianos que la creencia en la perpetua virginidad de María es un viejo punto de vista entre los Luteranos5.
Él estableció, que “nosotros simplemente mantenemos que (María) permaneció virgen después del nacimiento de Cristo porque la Escritura no establece o indica que ella más tarde la haya perdido”6. Él pensaba que
Juan Calvino (1509 - 1564), teólogo Francés que siguió a Lutero, pero que luego formó tienda aparte fundando la modalidad protestante presbiteriana escocesa, rechazó los argumentos, sobre la base de la mención en las Escrituras de los hermanos de Jesús, que María tuvo otros hijos9. John Wesley (1703 - 1791), teólogo inglés y fundador de la iglesia metodista, escribió: "Yo creo que Él se hizo hombre, que unió la naturaleza humana con la divina en una persona, siendo concebido por la singular operación del Espíritu Santo, y nació de la bienaventurada Virgen María, quien, antes y después de darlo a luz, siguió siendo virgen pura y sin mancha10”.
Diarmaid MacCulloch (1951), un historiador inglés de la Reforma, profesor de la universidad de Oxford y miembro de la Iglesia de Inglaterra de modalidad Anglicana, escribió que la razón por la que el magisterio de reformadores confirmó la perpetua virginidad de María, fue por que había una "verdadera profunda reverencia y afecto" hacia María, porque ella era "la garantía de la Encarnación de Cristo”, enseñanza que fue negada por los radicales que renegaban la perpetua virginidad de María11. Sin embargo, la ausencia clara de declaraciones bíblicas expresando la doctrina (sobre la virginidad de María), en combinación con el principio de la “Sola Scriptura”, mantuvo fuera de los credos de la Reforma las claras referencias (mantenidas por los padres de la iglesia) que habían sobre la doctrina virginal de María, y junto a la tendencia errónea de asociar su veneración con la idolatría12 y el rechazo del celibato del clero13, se llegó a la eventual negación de esta doctrina entre los protestantes, que luego ya no comprometidos con la doctrina de la virginidad perpetua, tomaron a los hermanos (ἀδελφοὶ – adelfoi) de Jesús, mencionados en el Nuevo Testamento, como hijos naturales de María y por lo tanto medio hermanos de Jesús, en vez de sus primos o tal vez hermanastros, como consecuencia de un matrimonio anterior de José14.
Sobre su virginidad.
La Iglesia desde los primeros tiempos ha conservado esta tradición. San Agustín, (354 - 430), obispo de Hipona (Algeria – África), decía en el siglo IV: "María fue Virgen al concebir a su Hijo, Virgen durante su embarazo, Virgen en el parto, Virgen después del parto, Virgen siempre." La Virginidad de María es la "Señal" según Isaías (Isaías 7, 14) y si una señal pierde su sentido deja de ser tal.
Para Israel los objetos consagrados a Dios eran solo de su uso exclusivo, si las piedras, los altares y los vasos eran profanados eran echados en un lugar impuro para que nadie los utilizase nuevamente y se construían otros nuevos, sin usar o "vírgenes" (1 Macabeos 4, 41-51). El Arca de la Alianza no podía ser tocada por nadie y quien la tocaba moría (Ver II Samuel 6, 2-8), esta era propiedad de Dios porque su sombra la cubría (Ex 40,36) al igual que a María (Lucas 1, 35), la nueva Arca de la Alianza que guardó dentro de su seno el nuevo pacto establecido por Dios y representado por Jesús.
También está claramente señalado por el mismo Señor cuando nos indica en la Profecía, que por donde Dios pasa nadie puede volver a pasar, esto se encuentra en Ezequiel 44, 1-3: “1 Y me hizo volver hacia la puerta del santuario exterior, la cual miraba al Oriente, y estaba cerrada. 2 Y díjome el Señor (יַהְוֶה ): Esta puerta estará cerrada; y no se abrirá, y no pasará nadie por ella; porque por ella ha entrado el Señor Dios de Israel (יְהוָה אֱלֹהֵי־יִשְׂרָאֵל); y estará cerrada aún para el príncipe. 3 El príncipe mismo se quedará en el umbral de ella para comer el pan en la presencia del Señor (יַהְוֶה ); por la puerta del vestíbulo entrará, y por la misma puerta saldrá”.
San Ambrosio (340 - 397), doctor de la iglesia arzobispo de Milán, nos dice al respecto: “Ahora bien, ella es la puerta del santuario, la puerta oriental que permanece siempre cerrada y de la que se dice que nadie atravesará, sino solamente el Dios de Israel (Ez. 44, 2). Ésta es la puerta bendita de María; de ella se escribió: El Señor pasará a través de ella y se cerrará después de su paso, porque concibió virgen y dio a luz siendo virgen – carta 42 – (Isaías 7, 14)”. Y la llamaba la siempre Virgen (αειπάρθενου – aeiparthenos)”.
San Ambrosio en su comentario del Salmo 118 afirma: "Jesús es Él solo a quien los brazos del pecado no vencieron; ninguna criatura concebida por el contacto del hombre y la mujer, ha sido exceptuada del pecado original; solo ha sido exceptuado Aquel que fue concebido sin aquel contacto y de una virgen, por obra del Espíritu Santo".
Luego sigue en sus comentarios de los versos 22-30: "Venid, pues, descubrid a vuestras ovejas, no a través de vuestros sirvientes o empleados, hacedlo por vosotros mismos. Alzadme corporalmente y en la carne, la cual ha caído por Adán. Levantadme no de Sara, sino de María, la Virgen no únicamente incorrupta sino la Virgen a quien la gracia ha hecho intacta, libre de cualquier mancha de pecado."
Pero no la conoció hasta que dio a luz su hijo.
Hoy día los miembros de las Iglesias de los hermanos separados, desconociendo el pensamiento de sus fundadores, los reformadores Lutero, Franz Pieper, Huldrych Zwingli, John Calvin, John Wesley, etc., utilizan erróneamente el pretexto de la “sola escritura” para desatender sus análisis primigenios, atendiendo ahora a “nuevas inspiraciones”.
Uno de los textos favoritos utilizados por estos hermanos es el de San Mateo 1, 18 "pero antes que se unieran se halló en cinta por obra del ESPÍRITU SANTO" y en el versículo 1, 25 "Pero no la conoció hasta que dio a luz su hijo". En el léxico griego las palabras "antes" (πριν – prin) y "hasta" (εως – eus), indican una condición anterior, no posterior, o sea no indican una situación reversible, como ejemplo podemos ver en II Samuel 6, 23 donde dice "y Mical, hija de Saúl no tuvo más hijos hasta el día de su muerte" lo cual no indica que después de muerta tuviera más hijos.
Lo importante aclarar aquí es que decir que “no la conoció hasta” no quiere decir que “después si la conoció”, sencillamente no especifica nada después. No hay que hacerle decir a la Biblia lo que no dice. Aquí sencillamente el evangelista quiere hacer énfasis y dejar bien claro que Jesús NACIÓ SIN INTERVENCIÓN DE JOSÉ, y que no la tocó hasta su nacimiento, pero en ningún momento afirma que después si la tocó.
“Mira que yo estoy contigo; te guardaré por doquiera que vayas y te devolveré a este solar. No, no te abandonaré hasta haber cumplido lo que te he dicho” Génesis 28,15.
Aquí Dios promete a Jacob no abandonarle hasta cumplir las promesas que le ha hecho, pero no está diciendo que si le abandonará después de cumplirlas.
Aquí tenemos otro ejemplo, “Y he aquí que yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo” Mateo 28,20. Nuevamente se usa la palabra εως y no quiere decir que Cristo no estará con nosotros después del fin del mundo.
En 1 Corintios 15, 25: "Porque debe Él (Jesús – Ἰησοῦς) reinar hasta que ponga a todos sus enemigos bajo sus pies." Obviamente Cristo NO dejará de reinar después de vencer a sus enemigos. Mas bien será entonces cuando su reino se haga evidente a todos. La Biblia nos dice que "Cristo reinará para siempre" (Lc 1, 32-33).
También en Juan 4, 49 vemos que el oficial de Cafarnaun dice a Jesús: “El oficial rogó: Señor desciende antes (πριν) que mi hijo muera”, según esta afirmación podríamos pensar que su muerte era inminente, pero luego en el versículo 51 vemos que el muchacho no murió. Hemos visto dos situaciones donde se utiliza la palabra antes πριν y hasta εως y donde no precisamente estas indican reversibilidad de situación.
Sobre la Progenitura.
También se utiliza para la controversia en contra de la Virgen María a San Lucas 2, 7 "Y dio a luz su hijo primogénito (πρωτοτόκος – prōtotokos)...". Aquí utilizan la lógica de que πρωτοτόκος quiere decir primero, lo cual es un error. Primogénito es según el libro del Éxodo 13, 1 el primer varón nacido de mujer, no importa si después no nacían mas hijos, o sea era una posición de honor, no de orden numérico. Esta primogenitura se podía perder o cambiar y vemos con el caso de Jacob, que era el segundo, "Robó" la primogenitura y también Rubén, hijo de este, la perdió por un problema de mala conducta. También vemos que en I Crónicas 23, 17 dice: "El hijo de Eliezer fue Rehabias, el primero (o primogénito), Eliezer no tuvo otros hijos". Luego entonces también queda demostrado que la palabra primogénito no implica la existencia de más hermanos.
El saludo del Ángel Gabriel a María “kejaritômenê”.
Por otro lado, cuando escudriñamos el plan divino, cuando entendemos el “kejaritômenê” (κεχαριτομένη), las palabras del Ángel Gabriel a María (Lucas 1, 28), cuando este le anunció que iba a ser la Madre del Verbo, entendemos claramente que María fue la doncella apartada exclusivamente para Dios, intocable para los hombres. Como esposa del Espíritu Santo, este vino a ella y la cubrió con su sombra, para concebir en su seno a la Palabra hecha carne. La unión del Espíritu Santo y María Santísima tiene como fruto bendito a Jesús; tiene como fruto el advenimiento de Cristo. La sombra del Espíritu Santo sobre la Virgen María la convierte en suelo sagrado que el hombre no podía hollar. Recordemos la advertencia de Dios a Moisés (מֹשֶׁה) "No te acerques acá, prosiguió Dios. Quita las sandalias de tus pies, porque el lugar en que estás es tierra santa" (Ex. 3, 5). ¿Por qué esta tierra era santa? Porque la sombra (Shekhinah - שכינה) de Dios daba en ella desde la Zarza (Ex. 19, 10-14).
María se convierte desde entonces en la nueva Arca de la Alianza, en quien moraría Dios hecho Hombre para siempre. San Luis de Montfort (1673 – 1716), sacerdote francés, dice: “Su Corazón es el cenáculo permanente en donde el Espíritu Santo se derrama para formar en los corazones de los hombres la imagen del Verbo Encarnado. Dios Espíritu Santo, se hizo fecundo en María, su Esposa. Con Ella, en Ella y de Ella produjo a su obra maestra, que es un Dios formado de mujer (Gálatas 4, 4), y produce todos los días, hasta el fin del mundo, en los miembros de su cuerpo místico, a hijos de Dios, semejantes al Único Hijo. Por ello, cuanto más encuentra a María, su querida e indisoluble Esposa, en un alma, tanto más poderoso y dinámico se muestra el Espíritu Santo para producir a Jesucristo en esa alma y a esta en Jesucristo”.
La expresión kejaritômenê (κεχαριτομένη) significa "tener la plenitud de la gracia", pues es un verbo de modo Pasivo Perfecto que indica “continuación de una acción completa”. Esta es una Palabra que ningún mortal jamás había escuchado de Dios anteriormente.
El Ángel utiliza entonces este verbo como un sustantivo, lo que implica que le cambia el nombre a María, ya no es María, ahora es κεχαριτομένη, significa de acuerdo con esa práctica que observamos en la Biblia que se está anunciando el rol determinante de María en la historia de la salvación, por eso es que Abram “אַבְרָם” pasó a ser llamado Abraham “אַבְרָהָם” (Gen. 17:4, 5), Jacob “יַעֲקֹב” pasó a ser Israel “יִשְׂרָאֵל” (Gen. 32, 28), Simón hijo de Barjona “Σίμων Βαριωνᾶ” pasó a ser Petros “Πέτρος” (Mt. 16, 17-18).
La palabra κεχαριτομένη no aparece en ninguna otra parte de la Escritura. Hay que clarificar que a Esteban se le califica en Hechos de los Apóstoles (Hechos 6, 8) como “lleno de Gracia”, pero aquí se utiliza una palabra griega totalmente diferente a la utilizada con María. ¿Cuál es esta diferencia? La diferencia es que para Esteban se usan las palabras “Pleres Jaritos” ( χαριτοω). El ángel le dijo κεχαριτομένη a María definiendo lo que es en realidad María, una mujer llena por siempre de la Gracia del Altísimo en modo único. En cambio, “Pleres Jaritos”, que quiere decir “lleno de gracia”, se refiere solo a la condición personal de la cual gozaba Esteban en ese momento, significando que él tenía la plenitud del Espíritu Santo para llevar a cabo la misión que le fue asignada en los comienzos de la iglesia, pero no que vivía en la Plenitud de la Gracia desde el principio, pues aunque Esteban fue apartado para el Señor no fue Pleno de Gracia desde siempre, de manera que al único ser humano al que se le define con las palabra κεχαριτομένη “LLENA DE GRACIA PLENA” es a la Santísima Virgen María. También en Efesios 1, 6 aparece la palabra χαριτοω refiriéndose a la gracia de la que gozamos los hijos de Dios cuando permanecemos firmes en su voluntad.
María, la nueva Hija de Sión, es quien recibe el anuncio gozoso de nuestra liberación definitiva, es la mujer habitada por Dios y desposada para siempre en el amor exclusivo, es la Madre que nos engendra en el dolor para transformarnos en el nuevo Pueblo de Dios. Es la que nos rescata cuando huimos de Dios ante las adversidades y nos trae de vuelta para que nos reconciliemos con Cristo al pie de la Cruz, como lo hizo con el discípulo amado, Juan. Ella es la Hija de Sión. Desconocer a María, su Virginidad, su plan en la historia de la salvación anunciado desde el Génesis es desconocer la santidad de Dios y ponerse del lado del maligno. Bendito sea el nombre de Dios.
Sobre los hermanos de Jesús
Este dilema de los hermanos de Jesús fue debatido por primera vez en el siglo IV por Helvidio, que afirmaba que los hermanos del Señor, de los que hablaban los evangelios, eran hijos de María y José. Durante ese siglo, san Atanasio de Alejandría (293 - 373) fue el gran defensor de la virginidad de María y lo mismo san Epifanio de Salamina (310 - 403), san Efrén (307 - 373) y san Juan Crisóstomo (347 - 407)
San Hilario de Poitiers (315 - 367), en un escrito del año 356, dice que algunos de su tiempo negaban la virginidad de María y los llama individuos sin religiosidad, completamente alejados de una enseñanza espiritual. Los principales opositores fueron Helvidio y Bonoso, pero contra ellos escribió san Jerónimo (347 - 420). En el año 383 escribió una carta (Adversus Helvidium), donde da argumentos de la Escritura y de la tradición. Bonoso fue condenado por los obispos del Iliricum en una célebre carta, cuyo autor, según algunos, pudo ser el Papa san Siricio.
San Jerónimo escribió otra carta famosa contra Joviniano (Adversus Lovinianum) en el año 393, donde aplica a María las palabras del Cantar de los Cantares y dice: “Mi hermana, mi esposa, es un jardín cerrado, una fuente sellada (Can 4, 12) y dice: Cristo es Virgen y la madre del Virgen es Virgen también para siempre, es Virgen y Madre (carta 49)”. En Roma también escribe un libro contra Helvidio defendiendo la perpetua virginidad de María. San Agustín obispo de Hipona (354 - 430) habla mucho de María como virgen perpetua: “Celebramos, pues con gozo el día en que María dio a luz al Salvador; la casada, al creador del matrimonio; la virgen, al príncipe de las vírgenes; ella virgen antes del matrimonio, virgen en el matrimonio, virgen durante el embarazo, virgen cuando amamantaba. En efecto, de ningún modo quitó, al nacer, el Hijo todopoderoso la virginidad de su santa Madre, elegida por Él. Buena es la fecundidad en el matrimonio, pero es mejor la virginidad consagrada”15.
Hoy nuevamente algunos hermanos separados retoman el error por su desconocimiento del significado del término hermano, como se usa en la Biblia. Los Evangelios hablan de los hermanos de Jesús, es cierto, pero a esos hermanos no se les llama nunca "hijos de María", mientras que Jesús si aparece identificado como "el Hijo de María" (ὁ υἱὸς τῆς Μαρίας) en Marcos 6, 3, expresión que indica su carácter de Hijo único.
Leemos en Mateo 13, 55-56: “55 ¿No es éste el hijo del carpintero? (ὁ τοῦ τέκτονος υἱός) ¿No se llama su madre María, y sus hermanos (ἀδελφοὶ) Santiago, José, Simón y Judas?, 56 ¿No están todas sus hermanas (ἀδελφαὶ) con nosotros?...” y en Marcos 6, 3: “¿No es éste el carpintero, hijo de María, hermano (ἀδελφὸς) de Santiago, de José, de Judas y de Simón? ¿No están también aquí con nosotros sus hermanas (ἀδελφαὶ)?”
Las palabras griegas para designar hermanos, hermano y hermanas en estos versículos son “ἀδελφοὶ – adelfoi”, “ἀδελφὸς – adelfos” y “ἀδελφαὶ – adelfai” respectivamente, las cuales son traducciones de la palabra hebrea (ajim) אַחִים que significa "hermano, hermana, pariente, compañero, apelativo de cortesía", es un hecho que en el hebreo antiguo y en el arameo no existe un término explícito para primo, y que el mismo término significa indistintamente primo, hermano o pariente como ya mencionamos.
Si leemos con cuidado, veremos que hasta los doce años en los que Jesús fue hallado en el Templo de Jerusalén (Lc 2, 41-47), no se menciona en ninguna parte en la Biblia que Jesús haya tenido más hermanos (en el sentido que nosotros entendemos, es decir, hijos del padre y madre o de uno de los dos). Dice la Palabra, hablando específicamente de la peregrinación a Jerusalén: “41 Iban sus padres todos los años a Jerusalén en la fiesta de la Pascua; 42 y cuando tuvo doce años, subieron a Jerusalén conforme a la costumbre de la fiesta. 43 Al regresar ellos, acabada la fiesta, se quedó el niño Jesús en Jerusalén, sin que lo supiesen José y su madre. 44 Y pensando que estaba en la caravana, anduvieron camino de un día; y le buscaban entre los parientes y los conocidos; 45 pero como no le hallaron, volvieron a Jerusalén buscándole. 46 Y aconteció que tres días después le hallaron en el templo, sentado en medio de los doctores de la ley, oyéndoles y preguntándoles. 47 Y todos los que le oían, se maravillaban de su inteligencia y de sus respuestas.”
En este pasaje no solo no se mencionan otros hijos, sino que el hecho de que María participara en la peregrinación a Jerusalén todos los años es indicativo claro de que no tenía más hijos, ya que la mujer en estos casos quedaban exentas de la peregrinación y permanecían dedicadas al cuidado de los pequeños. ¿Es posible que María pudiera viajar todos los años hasta que Jesús no cumpliese los 12 años, si en verdad hubiera tenido los 4 hijos varones más las 3 hijas hembras que algunos le quieren asignar? Realmente no es posible ¿Cuándo conoció entonces José a María? ¿Luego de que Jesús cumplió los 12 años?. Si analizamos detenidamente, llegamos a la conclusión de que resultaría ilógico – si es que María hubiese tenido más hijos – que, durante 12 años, ella y José no tuvieran ningún hijo además de Jesús, y sin embargo, en 18 años (hasta que Jesús cumplió 30 años e inició su vida pública), según algunos hermanos lo piensan, José y María procrearon un mínimo de 7 hijos, al considerar los hijos mencionados en los versos ya nombrados de Mateo y Marcos.
Si asumimos, según dicen algunos hermanos, que en esos versículos de Mateo 13 y Marcos 6 que ya mencionamos, se están refiriendo a los hermanos de Jesús por parte de José y María, es lícito preguntarse, entonces: ¿es razonable pensar que María y José, tuvieron 7 hijos en 18 años, mientras que en los 12 años previos, no?. Por supuesto que suena irracional. Y aún más, vemos que cuando se hace referencia a los “hermanos de Jesús” se les llama con nombre propio, es decir se les trata como personas conocidas, personas ADULTAS. Conviene recordar que de acuerdo a la tradición, los judíos consideran la mayoría de edad entre los 12 y 13 años de edad, los chicos judíos la celebran en torno a sus 13 cumpleaños, lo cual llaman el “bar mitsvah” (מִצְוָה –בַּר) y las chicas cerca de sus 12 años, lo que llaman el “bat mitsvah” (מִצְוָה-בַּת), que se traducen como «hijo o hija de la Ley»; es después de esta edad cuando los niños asumen la responsabilidad de sus actos según las leyes, tradiciones y ética judía, y no ya sus padres16. Pues bien, si aquí acuden a las sinagogas y se les llama por sus nombres propios, deberíamos concluir que estos hermanos y hermanas de Jesús eran ya adultos y por tanto mayores de 12 años.
Si José y María, tuvieron entonces los 7 hijos después que Jesús cumplió los 12 años, cosa que aunque sin lógica podemos asumir, estos como hemos dicho, para ser mayores de edad y participar en la vida pública de Jesús debieron tener por los menos 12 años de edad, lo cual implicaría que María (que ya no sería la virgen) parió al menor de esos hijos a lo sumo cuando Jesús tenía 18 años, porque solo así el menor sería mayor de edad cuando Jesús tuviese los 30 años. Quiere decir que los otros mayorcitos tuvieron que nacer antes, y si eran 7 el total de hermanos y no hubo partos múltiples, tuvieron que nacer a un ritmo de 1 por cada 10 meses, o sea en un total de 5 años y 10 meses, casi 6 años, sin que la virgen prácticamente esperara que pasaran los días de cuarentena, ¿Es aceptable que esto le pasara a una mujer de ese tiempo por casi 6 años seguidos? Pues sinceramente no creemos que en su sano juicio alguien pudiera aceptar semejante barbaridad, que una mujer pariera 7 hijos en seguidilla sin esperar que pasara su cuarentena. Esto no es posible, todo por una sencilla razón: María y José no tuvieron más hijos que Jesús.
Por otro lado, la Biblia no menciona cuando murió José, la mayoría de los estudiosos de la Biblia piensan que José murió siendo Jesús muy joven ya que en las bodas de Caná ya no aparece (y otra vez aparece Jesús sin hermanos en este pasaje donde la Madre es la invitada), por lo tanto si José estuvo vivo, sería prácticamente imposible que después de 12 años de infertilidad María hubiera tenido tantos hijos e hijas en un periodo tan corto como hemos mencionado de solo 6 años, pues si contamos a todos los hermanos de Jesús como lo hacen algunos hermanos, serian alrededor de 7, Santiago, José, Simón, Judas y las hermanas de Jesús, y estas ya tenían una vida publica en las sinagogas (Mt 13, 53-57). Quienes acudían a las Sinagogas decían: “¿no están sus hermanos y hermanas entre nosotros?”, claramente de acuerdo a lo explicado, vemos que estos hermanos y hermanas eran mayores de edad pues entraban a las sinagogas y por tanto imposible que fueran hijos e hijas de la Virgen María.
Lc 1.34: María entonces dijo al ángel: “¿Cómo puede ser eso, si yo soy virgen?”.
Veamos este punto que es muy claro, cuando María responde al ángel, tras el anuncio de éste de que iba a ser madre del Salvador, ella dice: “¿Cómo puede ser eso, si yo soy virgen?”. Nos preguntamos: ¿María se sorprende o se hacía la ingenua?. Creo que esto último es descartable por razones obvias, entonces, lo lógico es pensar que María se sorprende. ¿Por qué?, sencillamente porque en los planes de María estaba el permanecer virgen perpetuamente desde antes de la visita del ángel, es decir, ser célibe. Si no fuera así, no hubiera hecho la pregunta mencionada, puesto que si hubiera pensado tener relaciones con José, como cualquier otra mujer casada, al anuncio del ángel de que iba a ser madre, no habría causado en ella ninguna sorpresa, ya que habría asumido que el hijo al que el ángel se refería era al que tendría con José, su esposo. Pero, como María pensaba conservar la virginidad, tuvo que sorprenderse y preguntar de esa forma al ángel, pues no estaba en sus planes el tener relaciones carnales con José.
Jn 19, 27: Dijo al discípulo: ‘Ahí tienes a tu madre’. Y desde aquel momento el discípulo se la llevó a su casa.
Jesús, antes de morir en la Cruz, entregó a su madre al apóstol más amado, a aquel que según la tradición, durante la noche en el huerto de Getsemaní, fue quien dejó sus ropas en franca carrera cuando vio que prendían a Jesús. Cristo sabía que si no dejaba oficialmente a alguien a cargo de su madre, esta correría el riesgo de quedarse sola, ya que era viuda y no contaba con otros hijos, más que el mismo Jesús, lo cual demuestra una vez más que Él fue su único hijo. Si María hubiese tenido otros hijos no habría sido necesario que Jesús la encomendase con su apóstol Juan. Y aún más, esto nos confirma que Jesús amaba a María, su madre, y se preocupaba por ella; tanto así que no la encomienda con cualquier persona, sino a su discípulo más amado, llevado por María hasta los pies de la Cruz (que como dijimos antes se había ido huyendo en la noche del Getsemaní). Si decimos ser cristianos, seguidores, imitadores de Cristo; entonces, debemos al igual que lo hizo Jesús, amar a María, su madre.
¿Quiénes eran entonces estos hermanos de Jesús?
Lc 6, 15-16: Santiago, hijo de Alfeo, … Judas, hermano de Santiago.
Hch 1, 13: Santiago, hijo de Alfeo, … y Judas, hijo de Santiago.
Stgo 1, 1: Santiago, servidor de Dios y de Cristo Jesús el Señor.
Jd 1: Judas, servidor de Jesucristo y hermano (ἀδελφὸς – adelfos) de Santiago.
Veamos quiénes eran realmente estos hermanos de Jesús, utilizando lo que la misma Palabra de Dios nos dice al respecto, y veremos que todos ellos, no eran más que familiares o parientes, y no hijos de José y María, como equivocadamente piensan algunos hermanos.
Santiago y Judas, son parientes o hermanos como los llama la Escritura; incluso de Judas se dice en el libro de los Hechos que era hijo de Santiago, pero, en el sentido bíblico, sigue siendo su “hermano”. Ninguno de los dos, al comenzar sus Cartas se llama a sí mismo: hermano de Jesús, sino mas bien, servidores de Cristo Jesús, además, Judas mismo se reconoce como “hermano” de Santiago al iniciar su Carta. Ninguno de los dos refiere ser hermano de Jesús, en el sentido de ser hijos de José y María, por una sencilla razón: Jesús fue hijo único de María, estos eran hijos de Zebedeo. No debemos confundir a este Santiago, hijo de Alfeo, con Santiago, hermano de Juan y debemos saber que este Judas (o Tadeo) es diferente al Iscariote, que traicionó a Jesús.
Tanto Santiago y Judas, hermanos de Jesús, son del grupo de los doce apóstoles. Alguno podrá objetar que no existe prueba de que así sea, pero si revisamos lo que dice Pablo en su carta a los Gálatas, concluiremos que efectivamente fueron del grupo de los doce, al menos Santiago:
Gal 1,19: “Pero no vi a ningún otro apóstol fuera de Santiago, hermano (ἀδελφὸν – adelfon) del Señor”.
Por último, vemos que tanto Santiago como José otro hermano del Señor, son hijos de la misma madre María. En la cita que sigue se le llama Santiago el Menor, para diferenciarlo del otro Santiago, el Mayor, hermano de Juan.
Mc 15, 40; Mt 27, 56 María, madre de Santiago el Menor y de José.
Y ¿Quién era esta María? ¿Sería la Madre de Jesús? En la siguiente cita vemos que Juan el evangelista, la distingue de la Madre de Jesús, mencionándola a continuación y haciendo referencia que era pariente suya, debido probablemente a lo cual sus hijos eran parientes o “hermanos” de Jesús.
Jn 19, 25: “Cerca de la cruz de Jesús estaba su Madre, con María, la hermana de su Madre, esposa de Cleofás”.
Veamos también como la madre de Santiago y José llamada María, no es la Virgen María, ya que María no va al sepulcro y esta María si va al sepulcro:
“Pasado el sábado, María Magdalena, María la de Santiago y Salomé compraron aromas para ir a embalsamarle” Marcos 16,1.
Notemos luego que esta María, que es madre de Santiago es llamada madre también de José llamado hermano de Jesús también en Mateo 13, 55.
En cualquier caso y si a pesar de todas las evidencias Alfeo no fuera la misma persona que Cleofás, solo significaría que hay tres Santiagos, El hijo de Alfeo, el hijo de Zebedeo y el hijo de Cleofás, pero en cualquier caso, nótese que NINGUNO ES HIJO de María la madre de Jesús.
Ante esta evidencia algunos hermanos suelen argumentar que debido a lo común de los nombres Santiago y José en esa época, es posible que los Santiago y José mencionados como hermanos de Jesús en Mateo 13, 55 y Marcos 6, 3 no son los mismos Santiago y José hijos de María la mujer de Cleofás (Alfeo). Esto no solo sería muy casual, sino que sería ilógico desde el punto de vista en la forma en que los evangelistas narran los hechos. Ellos nos presentan a Santiago y a José como hermanos de Jesús en Mateo 13, 55 y Marcos 6, 3, luego nos presentan a María, mujer de Cleofás como madre de Santiago y José. Utiliza a estos que ya ha identificado previamente para posteriormente identificar a María (mujer de Cleofás) como su madre. Sería ilógico que luego de identificar a estos hombres, identifiquen a María como madre de otros Santiago y José también hermanos y que de paso no han mencionado antes.
Por si fuera poco, nos encontramos con que Judas, también llamado hermano de Jesús, en Mateo 13, 55 se declara hermano de Santiago en Judas 1,1.
“Judas, siervo de Jesucristo, hermano de Santiago, a los que han sido llamados, amados de Dios Padre y guardados para Jesucristo” Judas 1, 1.
Hasta ahora hemos visto que la palabra hermanos tiene varias significaciones en la Biblia, y se utiliza frecuentemente para referirse a familiares. También hemos visto que varios de los hombres que la Biblia llama hermanos de Jesús tienen otros padres carnales diferentes a José el carpintero, y otra madre diferente a María la madre de Jesús. Ahora veremos otras evidencias que nos da la Biblia que dejan claro que María no tuvo más hijos que Jesús.
Jesús es llamado en el Nuevo Testamento como "EL HIJO DE MARÍA".
“¿No es éste el carpintero, el HIJO DE MARIA (ὁ υἱὸς τῆς Μαρίας) y hermano (ἀδελφὸς) de Santiago, José, Judas y Simón? ¿Y no están sus hermanas (ἀδελφαὶ) aquí entre nosotros? Y se escandalizaban a causa de él” Marcos 6, 3.
El hecho de que Jesús es llamado el HIJO DE MARIA, y no "uno de los hijos de María", es claro indicativo de que Jesús es el único hijo de María. Es importante también notar en el pasaje anterior donde la Biblia dice que Jesús es HIJO DE MARÍA y aparte dice: hermano de Santiago, Simón, Judas y José. Nunca dice que María es madre de Santiago, José, Judas y Simón.
Los llamados por la Biblia hermanos de Jesús parecen ser mayores que Él.
Otro aspecto que llama la atención del evangelio es que los hermanos de Jesús aparecen siempre como mayores que Jesús en edad, pues se permiten darle consejo y regañarle.
“Y le dijeron sus hermanos (ἀδελφοὶ): Sal de aquí y vete a Judea, para que también tus discípulos vean las obras que haces” Juan 7, 3.
“Se enteraron sus parientes17 (παρ'- par) y fueron a hacerse cargo de Él, pues decían: Está fuera de sí” Marcos 3, 21.
Pero si Jesús era el primogénito esto hubiera ido en contra de la costumbre judía y del pueblo de Oriente. Sólo les era permitido tutelar sobre el resto de la familia a los hermanos mayores, pero no viceversa. El mayor aconsejaba y mandaba al menor.
Más sobre el significado del término hermano en la Biblia
Para completar el sentido del tema anterior sobre los hermanos de Jesús, veamos que la Biblia utiliza la palabra “hermano - ἀδελφός” o “hermanos ἀδελφοὶ” no solamente para referirse a los hijos de uno o ambos progenitores, sino también a los parientes, a los miembros de una misma tribu, a los integrantes de un mismo clan, una misma raza, de la misma religión, a las personas que tienen un mismo oficio, a pueblos vecinos; entre otros sentidos. Por lo tanto, no se puede argumentar que como en la Biblia se habla de los hermanos de Jesús se refiere a que Él tuvo más hermanos hijos de José y María, sino mas bien se hace referencia a sus parientes.
Comencemos por mostrar algunas citas bíblicas de la Septuaginta18 llamada también de los Setenta (LXX), la más antigua e importante entre las traducciones de la Tanach (תַּנַ"ךְ)19 judía al griego, utilizada por Jesús y los primeros cristianos, la cual usa el término hermano para referirse a parientes y no a hijos del mismo padre y madre o de alguno de los dos, con sus respectivos textos explicativos:
Gn 13, 8: Abram le dijo a Lot su sobrino: “Mira, es mejor que no haya peleas entre nosotros, ni entre mis pastores y los tuyos, ya que somos hermanos (ἀδελφοὶ)”.
Gn 14, 14: “En cuanto oyó Abram que los cuatro jefes habían llevado prisionero a su hermano – (ἀδελφὸς) Lot, escogió trescientos dieciocho de sus hombres”.
Gn 11, 27-28: “Terá fue padre de Abram, de Najor y de Harán. Harán fue padre de Lot”.
Gn 11, 31: “Terá tomó consigo a su hijo Abram, a su nieto Lot, hijo de Harán, y a su nuera Saray, esposa de Abram”.
Gn 12, 5: “Abram tomó a su esposa Saray y a Lot, hijo de su hermano – (ἀδελφὸς), con toda la fortuna que había acumulado”.
Gn 14, 12: “Se llevaron también con ellos a Lot, hijo del hermano – (ἀδελφοῦ) de Abram”.
Encontramos en los textos anteriores que Abraham es tío de Lot, pues éste es hijo de su hermano Harán; sin embargo, en lugar de referirse a él como su sobrino, que es lo que en realidad era, lo llama su hermano en Gen 13,8; 14,14.
En los siguientes versículos del Génesis vemos como Rebeca llama a su hija hermana:
Gn 24, 55-60: “55 El hermano y la madre de Rebeca dijeron:
Gn 29, 15: Labán le dijo (a su sobrino Jacob): “¿Acaso porque eres hermano – (ἀδελφός) mío vas a trabajar para mí de balde?”.
Gn 29, 10: “Apenas Jacob vio a Raquel, hija de Labán, hermano – (ἀδελφοῦ) de su madre...”.
Gn 29, 13: “Apenas supo Labán que Jacob era el hijo de su hermana – (ἀδελφῆς), corrió a su encuentro...”.
Aquí, en los textos previos, hemos podido ver otro buen ejemplo del uso del término hermano (ἀδελφός, ἀδελφοῦ). Labán es hermano de Rebeca, cuyo hijo es Jacob. Por lo tanto, Labán es tío de Jacob. Pese a todo, igual lo llama hermano sin que por eso exista un error en la Biblia. Lo que ocurre, como hemos dicho, es que la palabra hermano en la Biblia puede ser usada para referirse al parentesco en general.
2 Sm 13, 1: “Absalón, hijo de David, tenía una hermana – (ἀδελφὴ) muy bella llamada Tamar”.
2 Sm 14, 27: “(Absalón) tuvo tres hijos y una hija que se llamaba Tamar y era muy bella”.
En este tercer caso, vemos que la Biblia refiere que Absalón tenía una hermana llamada Tamar, sin embargo, si revisamos bien veremos que en realidad Tamar era su hija.
Para reforzar lo dicho anteriormente, veamos otros textos bíblicos que muestran los diversos sentidos de la palabra hermano en la Biblia. Primero, para referirse a un parentesco diferente a los hijos de los mismos padres; ya sean primos, tíos, esposos, novios, o incluso, para referirse a amigos:
Gn 24, 60: “Y bendijeron a Rebeca, diciendo: Hermana – (ἀδελφὴν) nuestra, ojalá des vida a multitudes”.
Gn 27, 37: “Respondió Isaac: Lo he hecho tu señor y señor de todos tus hermanos – (ἀδελφοὺς).
Gn 31, 54: “Jacob ofreció un sacrificio en el monte y convidó a comer a todos sus hermanos – (ἀδελφοὺς).
Lev 25, 48-49: “48 Después de haberse vendido le quedará el derecho de rescate; uno de sus hermanos – (ἀδελφῶν) podrá rescatarlo. 49 Lo rescatará su tío paterno, o el hijo de su tío, o algún otro pariente – (ἀδελφοῦ) cercano suyo dentro de su familia”.
Jos 17, 3-4: “3 Pero Zelofehad..., no tuvo hijos sino hijas… 4 Ellas se presentaron … diciendo: Yahvé ordenó por medio de Moisés que se nos diese posesión en medio de nuestros hermanos – (ἀδελφῶν). Se les dio entonces una herencia en medio de los hermanos – (ἀδελφοῖς) de su padre”.
2 Sm 1, 26: “Por ti estoy apenado, Jonatán, hermano – (ἄδελφέ) mío … Tu amistad era par mí más maravillosa que el amor de las mujeres”.
1 Cr 23, 22: “Hijos de Majlí: Eleazar y Quis. Eleazar murió sin tener hijos; sólo tuvo hijas, a las que los hijos de Quis, sus hermanos - (ἀδελφοὶ)
Tob 8, 4: “Tobías se levantó de la cama y dijo a Sara: Levántate, hermana - (ἀδελφή)
Tob 8, 7: “Ahora, Señor, tomo a mi hermana – (ἀδελφήν)
Cant 4, 9: “Me robaste el corazón, hermana – (ἀδελφή) mía, novia mía, me robaste el corazón con una sola mirada tuya”.
Cant 4, 10,12: “10 ¡Qué amorosas son tus caricias, hermana – (ἀδελφή) mía, novia mía!. 12 Un jardín cercado es mi hermana – (ἀδελφή), mi novia, huerto cerrado”.
Cant 5, 1: “He entrado en mi huerto, hermana – (ἀδελφή) mía, novia mía”.
Cant 5, 2: “Oí la voz de mi amado que me llamaba: Ábreme, hermana – (ἀδελφή) mía, compañera mía, paloma mía, preciosa mía”.
¿Qué concluimos entonces sobre el uso de la palabra hermanos?
Por lo expuesto anteriormente, vemos que la traducción empleada para hermano no implica hijos de los mismos padres, y por eso se tiene que especificar "hijo de su madre" o "hijo de su padre”.
Esta diversidad de uso de la palabra hermano se debe a que en arameo (el cual era el idioma de Jesús y sus discípulos) no existía un equivalente para primo, primo segundo y demás parientes, por lo que solía utilizarse en vez de estas palabras, la palabra "ajim" que es igual a “hermano”, ya que era más fácil decir "hermano", que "el hijo de la hermana de mi padre".
Ahora, ciertamente en griego (el idioma en que se encuentran los escritos del nuevo testamento) si existe un equivalente para primo: "ANEPSIOS" (ανεψιοις), aún así la palabra "ADELFOS" (ἀδελφός) como ya vimos, es frecuentemente utilizada con un significado más extenso que el de hermano carnal, debido a la fuerte influencia del lenguaje arameo y del hebreo en la escritura.
Incluso muchos estudiosos piensan que algunos evangelios fueron escritos primeramente en arameo y posteriormente traducidos al griego, por la fuerte influencia del lenguaje arameo que se ve en ellos, y por el testimonio que hace de ello San Jerónimo en el prefacio a sus comentarios al evangelio de Mateo, donde dice:
"El primero de todos es Mateo, publicano, de sobrenombre Leví, que publicó su evangelio en lengua hebrea, sobre todo por causa de aquellos de entre los judíos que habían creído en Jesús y que ya no conservaban sombra ninguna de la ley por haberla sucedido el Evangelio."
Luego, es probable que con la excepción de Lucas, todos los autores del Nuevo Testamento hablaron el arameo como primer idioma y mucho del diálogo narrado en los Evangelios y las Actas sucedió originalmente en arameo. Por otro lado, e independientemente de esto, en modo alguno se puede pasar por alto la importantísima traducción griega de la Biblia, llamada la Septuaginta. Esta, apenas utiliza la palabra ανεψιοις (primo o pariente en griego) sólo dos veces: Números 36, 11 y Tobías 7, 2, en favor de ἀδελφός (hermano).
Notemos como los traductores de la traducción De los Setenta no dudaron en traducir “ajím” אַחִים (Hebreo) como “ἀδελφός” (Griego) aún en los casos en donde el parentesco no era de hermanos hijos de un mismo padre o de una misma madre. Por esto, los primeros cristianos en Palestina hubieran llamado hermanos a los primos que Jesús hubiese tenido y al traducir sus escritos o predicaciones al griego, es muy probable que la palabra aramea “ajím” אַחִים hubiera sido representada literalmente con la palabra griega “ἀδελφοὶ”, hermanos.
Conversación entre Abraham y su sobrino Lot: Génesis 13, 8 (Griego)
8 εἶπεν δὲ αβραμ τῷ λωτ μὴ ἔστω μάχη ἀνὰ μέσον ἐμοῦ καὶ σοῦ
καὶ ἀνὰ μέσον τῶν ποιμένων μου καὶ ἀνὰ μέσον τῶν ποιμένων
σου ὅτι ἄνθρωποι ἀδελφοὶ ἡμεῖς ἐσμεν
Conversación entre Jacob y su tío Labán: Génesis 29, 15 (Griego)
15 εἶπεν δὲ λαβαν τῷ ιακωβ ὅτι γὰρ ἀδελφός μου εἶ
οὐ δουλεύσεις μοι δωρεάν ἀπάγγειλόν μοι τίς ὁ μισθός σού
ἐστιν
David congrega a sus parientes en Jerusalén: 1 Crónicas 15, 4-5 (Griego)
4 καὶ συνήγαγεν δαυιδ τοὺς υἱοὺς ααρων καὶ τοὺς λευίτας
5 τῶν υἱῶν κααθ ουριηλ ὁ ἄρχων καὶ οἱ ἀδελφοὶ αὐτοῦ
ἑκατὸν εἴκοσι
El griego del Nuevo Testamento se esfuerza por no alejarse ni en una tilde de la versión griega de los Setenta, por ser ésta ampliamente leída e incluso considerada milagrosa e inspirada. Algo que pesó grandemente en Lucas, quien era pulcro helenista.
Es claro entonces que los parientes de Jesús eran llamados, en el Nuevo Testamento, hermanos de Jesús, de la misma manera como José era llamado su padre por la misma María en Lucas 2, 48 y por Felipe en Juan 1, 45. Le preguntaríamos entonces a nuestros hermanos separados, basados en estas dos referencias Bíblicas ¿Podemos decir luego que Jesús era hijo de José y no del Espíritu Santo?, la respuesta que me darían seguramente es que NO, que José era solo su padre por atribución ya que Jesús fue engendrado por el Espíritu Santo. Entonces ¿Por qué no usar este mismo razonamiento aplicado a los llamados hermanos de Jesús?.
Para terminar, nosotros proclamamos como bienaventurada a María, le cantamos, la veneramos por ser la Madre de nuestro Señor, la proclama feliz. Los que no lo hacen, simplemente desconocen lo que la Palabra de Dios señala en Lucas 1, 47-49:
“47 Y mi espíritu se regocija en Dios mi Salvador 48 Porque ha mirado la bajeza de su sierva; pues he aquí, desde ahora me dirán Bienaventurada todas las generaciones. 49 Porque me ha hecho grandes cosas el Poderoso; Santo es su nombre”.
1 Bäumer, 190
2 Luther's Works, 22:23; Martin Luther on Mary's Perpetual Virginity
3 Luther's Works, 22:214-215
4 Grisar, 210
5 Francis Pieper, Christian Dogmatics, 4 vols., (St. Louis: CPH, 1950-53), 2:308-09.
6 "La Escritura no pone objeciones o habla acerca de la virginidad de María después del nacimiento de Cristo, una materia en la que los hipócritas están preocupados grandemente, como si esto fuese algo de gran importancia en lo que dependiese nuestra entera salvación. Realmente, deberíamos estar satisfechos simplemente con mantener simplemente que ella permaneció virgen después del nacimiento de Cristo porque la Escritura no establece o indica que ella perdió más tarde la virginidad... Pero la Escritura se detiene en que ella fue virgen antes y al nacimiento de Cristo; por encima de este punto Dios tuvo la necesidad de la virginidad de manera de darnos la promesa de la bendita semilla sin pecado” (Ese Jesucristo que nació Judío (1523), en las obras de Lutero, American Edition I. Walther Brandt, ed., Filadelfia , Augsburgo Fortaleza, St. Louis, Concordia Publishing House, 1962, ISBN 0-8006-0345-1 pp. 205-206; cf. James Swam (La Teología de María de Martin Lutero