Desde siglos la Iglesia nos habla del Reino
de los Cielos. Todas las personas y religiones del mundo tienen un concepto
propio de como seria su vida después de la muerte. Es un gran misterio saber cómo
es realmente estar en el cielo. Tanto desean estar en el cielo y a la misma vez
nadie se quiere morir. Es un poco contradictorio, pero es una realidad actual y
lo será siempre. No importa el tiempo que pase el ser humano le tendrá un miedo
a la muerte. Pero a la misma vez todos deseamos una mejor vida después de
morir. Por eso es un tema muy interesante de discutir y quizás podamos
aprender: ¿Qué es el cielo realmente? Es una pregunta que podría ser contestada
correctamente mediante esta lectura. Citaremos varios santos, la sagrada escritura
y lo que dice la Iglesia sobre este tema.
¿Qué nos dice
los Santos sobre el Cielo?
A.
Santa Faustina Kowalska escribió extensamente sobre sus viajes espirituales
tanto al paraíso como al lugar de perdición en sus diarios, que han sido
considerados por la Iglesia como revelaciones aprobadas.
Después de que Faustina quedara
traumatizada por sus visiones del infierno, se le dio la oración a la Divina Misericordia
para compartirla con el mundo como un arma en la guerra por la salvación de las
almas.
Pero
tristemente, se le recuerda más esto que sus alentadoras visiones del cielo,
sobre las que escribió:
“Hoy
fui al cielo, en el espíritu, y vi sus inconcebibles bellezas y la felicidad
que nos espera después de la muerte. Vi cómo las criaturas dan sin cesar
alabanza y gloria a Dios. Vi cuán grande es la felicidad en Dios, que se
difunde a todas sus criaturas, haciéndolas felices; y así toda la gloria y la
alabanza que brota de su felicidad vuelven a su fuente; y entran en las
profundidades de Dios, contemplando la vida interior de Dios, el Padre, el Hijo
y el Espíritu Santo, a quien nunca podrán comprender o abarcar. Esta fuente de
la felicidad es inmutable en su esencia, pero siempre es nueva, brotando
felicidad para todas las criaturas”.
B. San
Alfonso María de Ligorio contó una historia que le compartió un superior de
la orden jesuita quien se le apareció después de morir y le dio un informe
detallado sobre qué trato la gente puede esperar en el cielo.
Según
el difunto, las recompensas del cielo no son iguales para todos los que entran,
pero todos los que entran quedan igualmente satisfechos:
“Ahora
estoy en el cielo, Felipe II rey de España está en el cielo también. Los dos
disfrutamos de la recompensa eterna del paraíso, pero es diferente para cada
uno de nosotros. Mi felicidad es mucho mayor que la suya, pues no es como
cuando estábamos aún en la tierra, donde él era de la realeza y yo era una
persona corriente. Estábamos tan lejos como la tierra del cielo, pero ahora es
al revés: lo humilde que yo era comparado con el rey en la tierra, así le
sobrepaso en gloria en el cielo. Con todo, ambos somos felices, y nuestros
corazones están completamente satisfechos”.
B.
El papa san Gregorio Magno habló de la unidad sobrenatural entre la comunión total
de los santos en el cielo, y su aparentemente infinito conocimiento: “Además de
todo esto, una gracia más maravillosa se otorga a los santos en el cielo,
porque conocen no sólo a aquellos con los que estaban familiarizados en este
mundo, sino también a los que antes nunca vieron, y conversan con ellos de una
forma tan familiar como si en tiempos pasados se hubieran visto y conocido: y
por lo tanto, cuando ven a los antepasados en ese lugar de felicidad perpetua,
luego los conocerán de vista, aquellos de cuya vida oyeron hablar. Pues ver lo
que hacen en ese lugar con un brillo indescriptible, igual a todos,
contemplando a Dios, ¿qué es lo que no saben, si conocen al que lo sabe todo?”
C.
San Agustín: “Allí, la buena voluntad estará tan dispuesta en
nosotros que no tendremos otro deseo que el de quedarnos allí eternamente”.
D.
San Felipe Neri: “Si tan sólo llegáramos al cielo, qué cosa más dulce y
sencilla que estar allí para siempre diciendo con los ángeles y los santos,
Sanctus, sanctus, sanctus”.
E.
San Anselmo de Canterbury: “Nadie tendrá ningún otro deseo en el cielo que lo que
Dios quiere; y el deseo de uno será el deseo de todos; y el deseo de todos y de
cada uno de ellos será también el deseo de Dios”.
F.
San Juan María Vianney: “Oh mis queridos feligreses, ¡tratemos de llegar al
cielo! Allí veremos a Dios. ¡Qué felices nos sentiremos! Si la parroquia se
convierte vamos a ir allí en procesión con el párroco a la cabeza… ¡Tenemos que
llegar al cielo!
G.
Santa Bernadette Soubirous: “Mi corona en el cielo brillará con inocencia, y sus
flores serán radiantes como el sol. Los sacrificios son las flores Jesús y
María eligieron”.
H.
Santo Tomás Moro: “La tierra no tiene ninguna tristeza que el cielo no
pueda curar”.
Santa Teresa de Lisieux, la “Pequeña Flor”, quien
señaló que tan gloriosa como el cielo, Dios encuentra la presencia de sus hijos
infinitamente más deseable: “Nuestro Señor no desciende del cielo todos los
días para estar en un copón de oro. Se trata de encontrar otro cielo que es
infinitamente más querido para Él, el cielo de nuestras almas, creado a su
imagen, los templos vivos de la adorable Trinidad”.
Analicemos lo que dice los santos del
Cielo. Santa Faustina nos dice que estar en el cielo es una felicidad
constante, nueva en cada momento y que esta felicidad sale desde Dios mismo
para todas las criaturas. Esto me da entender que toda criatura creada por Dios
está presente constante con Dios. Es interesante saber que mi mascota cuando
muera estará gozando de la misma felicidad que Yo de estar presente
glorificando y alabando a Dios eternamente. Que esta misma felicidad lo sentirá
del mismo modo que Yo. Porque la santa enfatiza que todas las criaturas están presentes.
Desde los ángeles, hombres y animales, y todo ser viviente como plantas y otros
organismos vivos. Ella nos dice que experimento esta experiencia de felicidad
que nunca será lo que experimentamos en vida. La santa nos hace una descripción
de cómo se siente estar en el cielo. Pero no hay una descripción de como se ve
el cielo. Si hay las mansiones que se menciona en las sagradas escrituras.
Sabemos que la felicidad es eterna, que nueva y constante y que no lo vamos a
experimentar en vida sino después de la muerte. San Alfonso nos dice una cosa
un poco distinta desde su punto de vista de lo que es el cielo. San Alfonso
indica que la felicidad llega por niveles. Según como tú has vivido es tu nivel
de felicidad. Unos gozaran de una mayor felicidad que otros y así también seria
tu nivel de cercanía con Dios. Lo único que tienen en común tanto Santa
Faustina como San Alfonso es que la felicidad es dada por Dios. La diferencia es
que una dice que la felicidad es igual para toda criatura y el santo nos dice
que hay niveles según tu vida en la tierra. El Papa San Gregorio Magno
simplifica su definición del cielo como una felicidad perpetua. San Agustín expresa
que nuestra voluntad esta tan dispuesta que seriamos capaces de quedarnos
eternamente ante la presencia de Dios. Es decir que estar en el cielo llena
todas las expectativas de estar bien consigo mismo que no hace falta estar en
otro lugar que el cielo. San Felipe Neri es un Santo que expreso con su sonrisa
como era el paraíso. Siempre tuvo una canción que prefería estar en el paraíso.
Reafirma lo dulce y exquisito estar en el cielo y estar glorificando a Dios
eternamente. Santa Bernadette Soubirous la vidente de Lourdes expresa con
dulzura como sería el cielo para ella. Expresar que su corona brillara como la
luz del sol es decir que su vida en el cielo es vivo que es lleno de luz y que
esta luz es Dios. Su corona es el tiempo de sacrificio y dolor que ella tuvo
que padecer en vida. Fue una vida corta pero lleno de humillaciones, y de
momentos difíciles. Sabía que María le daría el consuelo en el cielo. Por eso
lo describe con la inocencia con la cual siempre se caracterizó. San Juan María
Vianney nos invita como comunidad parroquial a llegar al cielo. Una comunidad
feliz gozando de la presencia de Dios. Santo Tomas Moro nos dice que en el
cielo se sanaran todas nuestras heridas vividas en la tierra. Solo Dios es
capaz de sanar todas nuestras heridas. Santa Teresa de Lisieux nos da una
respuesta muy distinta del cielo. Para mí una respuesta muy sabia. Porque el
cielo se hace presente todos los días en la sagrada Eucaristía. El mayor
milagro lo tenemos siempre presente y aun no somos capaces de verlo y de
vivirlo. El Dios hecho hombre se hace carne y sangre cada día en todas las
misas del mundo. Es un momento tan íntimo con Dios que nos brinda en la sagrada
eucaristía. Estar gozando de su real presencia y a la misma vez estar vivos en
la tierra. Que si fuéramos capaces de verlo sentiríamos la paz y la alegría expresada
por los santos.
¿Qué nos dice las sagradas escrituras
sobre el cielo?
Isaías
25:8-12
8
El destruirá la muerte para siempre; el Señor DIOS enjugará las lágrimas de
todos los rostros, y quitará el oprobio de su pueblo de sobre toda la tierra,
porque el SEÑOR ha hablado. 9 Y en aquel día se dirá: He aquí, éste es nuestro
Dios a quien hemos esperado para que nos salvara; éste es el SEÑOR a quien
hemos esperado; regocijémonos y alegrémonos en su salvación. 10 Porque la mano
del SEÑOR reposará en este monte, y Moab será hollado en su sitio como es
hollada la paja en el agua del muladar. 11 Y en medio de él, Moab extenderá sus
manos como el nadador extiende sus manos para nadar, pero el Señor abatirá su
arrogancia y la destreza de sus manos. 12 Y derribará las fortalezas
inexpugnables de tus murallas, las humillará y las echará por tierra, hasta el
polvo.
Mateo
5:17-20
17
No penséis que he venido para abolir la ley o los profetas; no he venido para
abolir, sino para cumplir. 18 Porque en verdad os digo que hasta que pasen el
cielo y la tierra, no se perderá ni la letra más pequeña ni una tilde de la ley
hasta que toda se cumpla. 19 Cualquiera, pues, que anule uno solo de estos
mandamientos, aun de los más pequeños, y así lo enseñe a otros, será llamado
muy pequeño en el reino de los cielos; pero cualquiera que los guarde y los
enseñe, éste será llamado grande en el reino de los cielos. 20 Porque os digo
que si vuestra justicia no supera la de los escribas y fariseos, no entraréis
en el reino de los cielos.
Mateo
7:13-15
13
Entrad por la puerta estrecha, porque ancha es la puerta y amplia es la senda
que lleva a la perdición, y muchos son los que entran por ella. 14 Porque
estrecha es la puerta y angosta la senda que lleva a la vida, y pocos son los
que la hallan. 15 Cuidaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con
vestidos de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces.
Mateo
19:17-19
17
Y Él le dijo: ¿Por qué me preguntas acerca de lo bueno? Sólo Uno es bueno; pero
si deseas entrar en la vida, guarda los mandamientos. 18 El le dijo<***>:
¿Cuáles? Y Jesús respondió: NO MATARAS; NO COMETERAS ADULTERIO; NO HURTARAS; NO
DARAS FALSO TESTIMONIO; 19 HONRA A tu PADRE Y A tu MADRE; y AMARAS A TU PROJIMO
COMO A TI MISMO.
Lucas
13:29-33
29
Y vendrán del oriente y del occidente, del norte y del sur, y se sentarán a la
mesa en el reino de Dios. 30 Y he aquí, hay últimos que serán primeros, y hay
primeros que serán últimos. 31 En ese momento llegaron unos fariseos
diciéndole: Sal y vete de aquí, porque Herodes te quiere matar. 32 Y El les
dijo: Id y decidle a ese zorro: "Yo expulso demonios, y hago curaciones
hoy y mañana, y al tercer día cumplo mi propósito." 33 Sin embargo, debo
seguir mi camino, hoy, mañana y pasado mañana; porque no puede ser que un
profeta muera fuera de Jerusalén.
Juan
14:2-4
2
En la casa de mi Padre hay muchas moradas; si no fuera así, os lo hubiera
dicho; porque voy a preparar un lugar para vosotros. 3 Y si me voy y preparo un
lugar para vosotros, vendré otra vez y os tomaré conmigo; para que donde yo
estoy, allí estéis también vosotros. 4 Y conocéis el camino adónde voy.
Colosenses
3:1-7
1
Si habéis, pues, resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde está
Cristo sentado a la diestra de Dios. 2 Poned la mira en las cosas de arriba, no
en las de la tierra. 3 Porque habéis muerto, y vuestra vida está escondida con
Cristo en Dios. 4 Cuando Cristo, nuestra vida, sea manifestado, entonces
vosotros también seréis manifestados con El en gloria. 5 Por tanto, considerad
los miembros de vuestro cuerpo terrenal como muertos a la fornicación, la
impureza, las pasiones, los malos deseos y la avaricia, que es idolatría. 6
Pues la ira de Dios vendrá sobre los hijos de desobediencia por causa de estas
cosas, 7 en las cuales vosotros también anduvisteis en otro tiempo cuando
vivíais en ellas.
Apocalipsis
7:13-17
13
Y uno de los ancianos habló diciéndome: Estos que están vestidos con vestiduras
blancas, ¿quiénes son y de dónde han venido? 14 Y yo le respondí: Señor mío, tú
lo sabes. Y él me dijo: Estos son los que vienen de la gran tribulación, y han
lavado sus vestiduras y las han emblanquecido en la sangre del Cordero. 15 Por
eso están delante del trono de Dios, y le sirven día y noche en su templo; y el
que está sentado en el trono extenderá su tabernáculo sobre ellos. 16 Ya no
tendrán hambre ni sed, ni el sol los abatirá, ni calor alguno, 17 pues el
Cordero en medio del trono los pastoreará y los guiará a manantiales de aguas
de vida, y Dios enjugará toda lágrima de sus ojos.
Apocalipsis
21:4-8
4
El enjugará toda lágrima de sus ojos, y ya no habrá muerte, ni habrá más duelo,
ni clamor, ni dolor, porque las primeras cosas han pasado. 5 Y el que está
sentado en el trono dijo: He aquí, yo hago nuevas todas las cosas. Y
añadió<***>: Escribe, porque estas palabras son fieles y verdaderas. 6
También me dijo: Hecho está. Yo soy el Alfa y la Omega, el principio y el fin.
Al que tiene sed, yo le daré gratuitamente de la fuente del agua de la vida. 7
El vencedor heredará estas cosas, y yo seré su Dios y él será mi hijo. 8 Pero
los cobardes, incrédulos, abominables, asesinos, inmorales, hechiceros,
idólatras y todos los mentirosos tendrán su herencia en el lago que arde con
fuego y azufre, que es la muerte segunda.
Apocalipsis
22:3-7
3
Y ya no habrá más maldición; y el trono de Dios y del Cordero estará allí, y
sus siervos le servirán. 4 Ellos verán su rostro, y su nombre estará en sus
frentes. 5 Y ya no habrá más noche, y no tendrán necesidad de luz de lámpara ni
de luz del sol, porque el Señor Dios los iluminará, y reinarán por los siglos
de los siglos. 6 Y me dijo: Estas palabras son fieles y verdaderas; y el Señor,
el Dios de los espíritus de los profetas, envió a su ángel para mostrar a sus
siervos las cosas que pronto han de suceder. 7 He aquí, yo vengo pronto.
Bienaventurado el que guarda las palabras de la profecía de este libro.
Apocalipsis
22:5-9
5
Y ya no habrá más noche, y no tendrán necesidad de luz de lámpara ni de luz del
sol, porque el Señor Dios los iluminará, y reinarán por los siglos de los
siglos. 6 Y me dijo: Estas palabras son fieles y verdaderas; y el Señor, el
Dios de los espíritus de los profetas, envió a su ángel para mostrar a sus
siervos las cosas que pronto han de suceder. 7 He aquí, yo vengo pronto.
Bienaventurado el que guarda las palabras de la profecía de este libro. 8 Yo,
Juan, soy el que oyó y vio estas cosas. Y cuando oí y vi, me postré para adorar
a los pies del ángel que me mostró estas cosas. 9 Y me dijo<***>: No
hagas eso; yo soy consiervo tuyo y de tus hermanos los profetas y de los que
guardan las palabras de este libro. Adora a Dios.
Ezequiel
28:24-26
24
'Y no habrá más zarza punzante ni espina dolorosa para la casa de Israel de
ninguno de los que la rodean y la desprecian; y sabrán que yo soy el Señor
DIOS.' 25 "Así dice el Señor DIOS: 'Cuando yo recoja a la casa de Israel
de los pueblos donde está dispersa, y manifieste en ellos mi santidad a los
ojos de las naciones, entonces habitarán en su tierra que di a mi siervo Jacob.
26 'Y habitarán en ella seguros; edificarán casas, plantarán viñas, y habitarán
seguros, cuando yo haga juicios sobre todos los que a su alrededor la
desprecian. Y sabrán que yo soy el SEÑOR su Dios.'"
Mateo
22:29-33
29
Pero Jesús respondió y les dijo: Estáis equivocados por no comprender las
Escrituras ni el poder de Dios. 30 Porque en la resurrección, ni se casan ni
son dados en matrimonio, sino que son como los ángeles de Dios en el cielo. 31
Y en cuanto a la resurrección de los muertos, ¿no habéis leído lo que os fue
dicho por Dios, cuando dijo: 32 "YO SOY EL DIOS DE ABRAHAM, Y EL DIOS DE
ISAAC, Y EL DIOS DE JACOB"? Él no es Dios de muertos, sino de vivos. 33 Al
oír esto, las multitudes se admiraban de su enseñanza.
Desde el antiguo testamento has los evangelios
y epístolas nos hace referencia directa o indirecta del cielo. Las sagradas
escrituras nos hablan del reino, pero también nos indica que debemos hacer para
llegar al cielo. No todo el que diga señor, señor, es digno de entrar al reino
de los cielos. Es importante cumplir con la voluntad de Dios. Principalmente
cumpliendo con la ley de Dios que están en los 10 mandamientos. Y Amando al prójimo
como a ti mismo. Cristo nos da la promesa de que está haciendo unas estancias
para nosotros. Tenemos el medio esta en nosotros llegar al cielo siguiendo el
mismo ejemplo de Cristo en nuestras vidas.