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lunes, 29 de junio de 2009

Dejó a su novia para convertirse en sacerdote católico


Vivian Maldonado Miranda
v.maldonado@elvisitante.net

El Padre Brian Harrison dejó a su novia para convertirse en sacerdote católico.

De joven, estudió en un colegio anglicano, o sea, de la iglesia episcopal. Su familia era abiertamente “anti-católica”. Cuando pequeño, lo bautizaron en la fe metodista, pero se crió asistiendo todos los domingos a la presbiteriana. Para esa fecha, entendía que tenía el llamado de Dios para ser ministro o pastor.

Pero, ¿bajo qué denominación debía ejercer?, ¿episcopal, metodista o presbiteriana?

“Si quieres ser ministro, tienes que escoger una cierta denominación. Eso me hizo pensar en cuál es la verdadera o la más auténtica de las denominaciones cristianas. Por eso, empecé a estudiar sobre la historia del cristianismo, orando para que Dios me guiara”, explicó en entrevista para El Visitante.


El Padre Brian Harrison (a la derecha), a más de 20 años de su ordenación sacerdotal, junto al Obispo de la Diócesis de Caguas, Monseñor Rubén González Medina, cmf, en la manifestación por la vida que se llevó a cabo frente al Capitolio en el 2007.
(Archivo EV / Ricardo Rivera)

Según el Padre Brian, hubo tres asuntos decisivos en su proceso de conversión. El primero, la creencia protestante de que sólo la Biblia es la única fuente confiable de doctrina y, por lo tanto, no se acepta nada más: ni la autoridad del Papa, ni la tradición.

“Poco a poco quedé cada vez más decepcionado con ese sistema. Yo como joven participaba de los grupos para estudios bíblicos. A menudo salía más confundido que nunca, porque tú tienes la Biblia, pero cada uno tenía su opinión (de lo que significa el pasaje bíblico). Ninguno de nosotros conocía los idiomas originales, ni tenía a la mano los manuscritos. Cada cual interpretaba la Biblia a su manera y para los protestantes no hay ningún árbitro que pueda decir ‘tú tienes la razón y tú no’”, añade.

“Sin el magisterio de la Iglesia y sin el Papa, cada cual tiene su propia interpretación de la Biblia y se siguen dividiendo en cada vez más denominaciones e iglesias”, prosiguió.

El segundo punto decisivo fue la creencia no-católica de que sólo la fe basta y que no necesitas buenas obras para salvarte. “Empecé a estudiar y encontré que la explicación católica de los pasajes bíblicos pertinentes tenía más coherencia que la protestante”, añade.

Sin embargo, el punto culminante fue la publicación de la encíclica Humanae Vitae del Papa Pablo VI. El documento papal declaró que es ilícito el aborto directamente querido y procurado, aunque sea por razones terapéuticas.

Además, reiteró que el amor de los esposos es fiel y exclusivo “hasta la muerte”. También, definió la unión y la procreación como aspectos esenciales del acto conyugal, “inseparables”. Así, declara “intrínsecamente ilícita” la esterilización y los medios anti-naturales de control natal.

“Cuando salió la encíclica, todo el mundo se fue en contra del Papa. Sin embargo, yo poco a poco llegué a la conclusión de que él tenía la razón’”, recordó.

En esa línea, subrayó que la iglesia episcopal y la presbiteriana no tenían posturas firmes en contra del aborto. Señaló que muchos miembros de la iglesia episcopal aceptan el aborto en los casos de violación, incesto, cuando el bebé en el vientre posee alguna malformación y “hasta por otras razones menos serias”.

“Prácticamente todas las iglesias protestantes aceptan los anticonceptivos y el divorcio. El divorcio va en contra de lo que dijo Jesús en la Biblia y ellos no tienen ninguna respuesta clara sobre eso, aunque está en su propia Biblia”, destaca el Padre Brian.

A su vez, recordó que los grupos que abogaban por la aceptación moral de las prácticas homosexuales, usaron los anticonceptivos como excusa para validar su relación. “Argumentaron que si ya la sociedad admitía que el acto sexual no tiene que acatar el orden natural, ni dejar abierta la posibilidad de la procreación, ya no tenía motivos lógicos para desaprobar la relación entre personas del mismo sexo”, dijo.

Destacó que incluso, la iglesia episcopal - anglicana aceptó entre sus obispos a personas que practican la homosexualidad.

“Yo pensé, ‘ya que la aprobación moral de los anticonceptivos conduce lógicamente a la aprobación de algo tan obviamente perverso como es la sodomía, pues esas prácticas anticonceptivas también tienen que ser inmorales, exactamente como dice el Papa”, razonó.

Brian, todavía presbiteriano, comenzó a servir como maestro de historia en un colegio de la misión luterana en Nueva Guinea. Contrario a la mayoría de las denominaciones protestantes, los luteranos sí creen en la presencia real de Cristo en la Eucaristía, aunque su doctrina sobre este sacramento “no es exactamente igual a la católica”.

“Trabajando con la misión luterana, descubrí para mi sorpresa que ellos, que son los (protestantes) originales, tenían muchas ideas de los sacramentos que conservaban del catolicismo. Estas ideas estaban respaldadas con pasajes bíblicos. Eso me fue acercando hacia la Iglesia Católica”, relató.

Además, admite que en sus años de universitario, había leído algunos libros que defendían el catolicismo. Entre ellos, los del converso John Henry Newman. “Descubrí que la Iglesia Católica tenía un punto de vista serio”, opinó.

Entonces, “Meditando y orando llegué a la conclusión de que la Iglesia Católica es la que Jesús fundó”.

Se dirigió a la parroquia de la ciudad.

“Entré solo, no conocía a nadie. Era la parroquia más cercana a mi casa”, explica. Cuando terminó la Misa, se acercó al sacerdote. Comenzó la catequesis y en la Vigilia de Pascua del año 1972, hizo su primera comunión como católico.

“Mi mamá y mis hermanos quedaron consternados de que Brian se hiciera miembro de esa ‘horrible’ Iglesia Católica. Me escribieron cartas muy fuertes, tratando de disuadirme. Hubo mucho estrés, pero gracias a Dios, poco a poco lo aceptaron”.

Pasaron cuatro años.

Brian aún sentía que Dios lo llamaba. Esta vez, no para ministro o pastor protestante, sino para sacerdote.

“Siendo protestante, no importaba la cuestión del celibato, pero siendo católico, tenía que sentarme a pensar. Yo tenía novia en aquélla época. Estaba saliendo con esa muchacha y nos queríamos mucho”, recuerda.

“Tuve que pensar a qué verdaderamente Dios me estaba llamando y me llevó un par de años decidir que Dios me estaba llamando a la renuncia de eso (el noviazgo que llevaba con la joven). Nos despedimos con lágrimas en los ojos, pero entendiendo que eso era lo que Dios quería para mi vida”, continuó.

Así, el hoy Padre Brian comenzó sus estudios definitivos como seminarista en Sidney, Australia. Los últimos tres años estuvo en Roma, completando sus estudios de Teología.

El 2 de junio de 1985, recibió el orden sacerdotal por imposición de manos del mismo Papa Juan Pablo II, en la ceremonia que se llevó a cabo en la Basílica de San Pedro en el Vaticano.

“Yo estaba en un grupo de como 70 diáconos que el Papa elevó al sacerdocio. Fue un gran honor haber sido ordenado por el Santo Padre”, expresó. Luego de cuatro años más de estudios posgraduados en teología, llegó a Puerto Rico, donde ejerció como profesor de la Pontificia Universidad Católica en Ponce, durante 18 años. En el 2007, se trasladó a Saint Louis, Missouri, donde reside en la actualidad.

Como miembro de la sociedad sacerdotal de los Oblatos de la Sabiduría, el padre Brian “se esfuerza por buscar y promover la sabiduría divina en estos momentos en que hay tantos falsos profetas con mensajes en contra del evangelio”. Se dedica a la investigación teológica y escribe artículos “combatiendo la confusión”.

Además, celebra Misas en inglés y latín en la Parroquia Santa María de las Victorias (St. Marie of Victories), y en español para la comunidad hispana de la Parroquia Santo Rosario (Holy Rosary).

Del celibato, opinó:

“Los que renuncian a su familia por causa del Reino de los Cielos, Dios les da recompensa. Aunque no tengo familia propia (esposa e hijos), la tengo con mis queridos feligreses. Los sacerdotes tienen otra clase de amor con sus feligreses y esa es mi gran alegría”.

Sobre la iglesia anglicana o episcopal

“Lo primero que hay que aclarar es que los anglicanos/episcopales en muchos de sus aspectos son una mezcla doctrinal, donde quisieron incluir aspectos católicos y protestantes al mismo tiempo. Para una persona que asiste a su culto, inmediatamente pensará que se trata de una ‘Misa’ igual que en la Iglesia católica. Esta idea es totalmente falsa, pues externamente todo puede mirarse muy similar pero lo más importante no lo es”.

1. La gran mayoría no cree en la presencia real de Cristo en las especies del pan y el vino.

2. No reconocen la autoridad del Papa.

3. Aceptan el divorcio y el uso de anticonceptivos.

4. Aceptan el aborto en diferentes casos.

5. No observan el celibato sacerdotal. Ordenan mujeres al sacerdocio y al episcopado.

6. Poseen entre sus sacerdotes y obispos a personas que se han declarado homosexuales públicamente. Entre el 2007 y el 2008, se produjeron varias divisiones a nivel mundial en Ucrania, Nigeria y Canadá, por las posturas a favor y en contra del “matrimonio” entre personas del mismo sexo.

(Fuente: Martin Zavala, www.defiendetufe.org).