Buscar este blog

viernes, 3 de diciembre de 2010

El verdadero sentido


Escrito por Vivian Maldonado Miranda
Martes, 23 de Noviembre de 2010 11:03

Prepararse como si Cristo viniese esa misma noche, es el verdadero significado del Adviento, que comienza hoy y continúa por las cuatro semanas antes de Navidad.

De acuerdo con el Padre Félix Struik, el Adviento tiene dos figuras. Una, es la penitencia, con Juan el Bautista, y la otra, la alegría, con Isaías.

“Históricamente hablando, el Adviento nació como una especie de protesta contra las orgías paganas en la sociedad romana, que al final del año

Foto-Pag-7

cuando el sol ilumina menos tiempo y los días son más cortos, se hacían fiestas ruidosas para espantar las potencias del mal, con toda clase de excesos inmorales, como el adulterio”, explicó.

El Padre Félix puntualizó que la sociedad ha vuelto al elemento pagano y comparó que el Adviento cristiano hoy se puede ver como una forma de protesta silenciosa. En esa línea, mencionó el llamado a la penitencia, ayuno y austeridad. Esta última, vista como una “necesidad humana” de imponerse disciplina y “no dejarse llevar por cualquier deseo”.

Añadió que además “debe haber en nuestra vida un anhelo”, similar al de los primeros cristianos, que clamaban “‘Maranatá’, que venga el Señor cuánto antes”.

“En el Adviento, más que en otra temporada del año, vivimos esta tensión escatológica que de por sí ha de caracterizar toda nuestra vida cristiana y que los primeros cristianos siempre tenían. Cada día, vivían esa expectativa anhelante, y cuando se acostaban, se preparaban por si Cristo venía a buscarlos durante la noche”, dijo.

Así, explicó que con la segunda figura del Adviento -el profeta Isaías- “acompañamos con expectativa alegre a la madre encinta, la Virgen María, que va caminando hacia Belén para dar a luz al Redentor”.

En palabras del doctor Fernando Casanova, se trata de tomar consciencia de que Adviento significa ‘venida’: la ‘venida’ de Jesucristo.

Advirtió que en esta época, el “bombardeo” publicitario comercial transmite “sentidos que contradicen este tiempo litúrgico”.

En contraste, la liturgia “nos brinda una oportunidad para prepararnos”, con examen, arrepentimiento, confesión, “oportunos sacrificios” y resoluciones.

Entonces, recomendó auscultar en el pasado “el nacimiento de nuestro Señor y la encarnación”, para luego ver “cómo respondemos de forma concreta a ese beneficio de la presencia del Señor entre nosotros” y, por último, “prepararnos para la próxima venida del Señor en gloria: la parusía”.

“Éste es un momento ideal para concienciarnos del pasado, tomar medidas en el presente y lanzarnos al futuro con ánimo redoblado”, concluyó.

No hay comentarios: