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viernes, 3 de diciembre de 2010

Jesús: antídoto para el estrés consumista


Escrito por Vivian Maldonado Miranda
Martes, 23 de Noviembre de 2010 11:04

“Ay padrecito, que viene la Navidad”, dijo Ángel, llorando, al Padre Javier Gutiérrez.

Él había deambulado por las calles, pero gracias a la coordinación del sacerdote con el Departamento de Vivienda, consiguió un apartamento donde dormir.

Sin embargo, la cercanía de la Navidad lo entristecía. Quería visitar a sus familiares, quienes, por lo general, no sienten gusto de verlo. Pensó que si les llevaba regalos a sus sobrinos, podría estar cerca de ellos. Así fue.

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Según la feligrés Sandra Hernández, año tras año el Padre Javier hace una colecta de regalos, para casos como el de Ángel. Al momento de la entrevista, ella estaba con el sacerdote, llevando comida a las personas que se aglomeraban en la esquina. La mayoría eran hermanos sin techo.

Otros, como Ramón, están desempleados “desde hace muchos años”.

“Estoy cogiendo el Seguro Social. No es mucho, pero siempre guardo algo para comprarles los regalos a mis hijos”, dijo a El Visitante.

Aseguró que “nunca me han pedido nada”. Entonces, meditó: “Este año, les compraré algo y se lo guardaré”.

Mientras hablaba, el Padre Javier se sentó en el piso con los demás.

“Ya saben los días que viene”, explicó Hernández.

En la ruta, visitan “un sector en Salinas que cuando llega la guagua, todos los nenes salen corriendo, porque es el único regalo de Navidad que tienen”.

“Ven el carro de nosotros y es como ver a Jesús. Son nenes bien humildes, descalzos”, delimitó la fémina.

En palabras del Vicario de Pastoral Social de la Arquidiócesis y Director de Cáritas de Puerto Rico, Padre Enrique Camacho Monserrate, la crisis económica actual debe verse como una oportunidad para retomar el verdadero sentido de la Navidad, “que Dios se hizo hombre, por amor”, por lo que llamó a compartir el misterio del Verbo hecho carne.

En concreto, “darle un significado vivo al amor en nosotros”, viviendo la caridad con los que no tienen y visitando al enfermo.

El Vicario lamentó que en la sociedad “consumista y materialista”, muchas personas sientan la presión social de comprar juguetes de $300. En contraste, comparó que “nuestros abuelitos compartían regalitos sencillos, una muestra de mucho cariño, y eso era algo muy especial”.

De frente al desempleo, reflexionó que puede ser una oportunidad para estar muy cercanos a lo que fue



la primera Navidad: “José y María estaban solos en un pueblo y no pudieron encontrar dónde dar a luz al niño y tuvieron que irse a un pesebre. Allí, dentro de la más extrema pobreza y las situaciones humildes y sencillas, nació el Verbo, nació Dios”.

Así, resumió que dentro de “ese proceso bien duro”, se puede “buscar un juguete más sencillo y que toda la familia vaya a la Misa de Gallo y disfrute la alegría de que Dios se hizo hombre para salvarnos”.

En palabras del siquiatra Carlos Arias, el estrés por comprar regalos caros, “me parece algo como el quinto misterio gozoso del rosario: María se fue a una actividad religiosa, pero cuando pierde de vista a Jesús, se angustió”.

“Cuando perdemos de vista a Jesús y nos enfocamos en lo que no es, nos angustiamos”, opinó.

En esa línea, aconsejó explicarles a los niños que la Navidad es Jesús y “que somos nosotros los que debemos regalarle a Él, porque es su cumpleaños”.

Además, recomendó hablarles con la verdad, “que tenemos que hacer cambios para ajustarnos a la realidad en la que vivimos, porque si no, seguiremos viviendo una mentira como pueblo”.

“Los niños lo que necesitan es amor y atención. Cualquier detallito, por más insignificante que sea, si se da con amor, adquiere un gran valor”, concluyó.

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