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domingo, 24 de abril de 2011

Reflexión de las 7 Palabras


Por: Guillermo Betancourt
Director y Editor
Católicos Unidos de Puerto Rico


1. Padre, Perdónalos, porque no saben lo que hacen. : Lucas 23, El perdón de Dios hecho hombre se manifiesta en estas palabras. Jesús comienza perdonando a la humanidad por el pecado cometido contra la propia humanidad que desde Adán de desobediencia hacia Dios Padre. La humanidad comenzó a vivir en el pecado. Cristo con su entrega reconcilia a la humanidad; precisamente pidiendo perdón. Dios hecho Hombre no tiene nada que pedir perdón, porque él es Dios libre de pecado, libre de toda falta. Por lo tanto no tenía la necesidad de pedir perdón. Ahora Jesús asumió el pecado de la humanidad, asumió toda la responsabilidad que con lleva cargar en sus hombros todo el peso del pecado. El dolor vivido desde la traición de Judas, la negación de Pedro, las humillaciones de los sumos sacerdotes, los azotes por parte del imperio romano, la corona de espinas hasta ser crucificado es el dolor vivido por cuenta de nuestros pecados. ¿Están dispuestos asumir una carga de Amor tan pesada hacia tu prójimo?
2. De cierto te digo que hoy estarás conmigo en el Paraíso. : Lucas 23, Dimas el buen ladrón reconoce su pecado, que merece la condena impuesta. Se reconoce pecador, acepta con humildad su delito, está en disposición del cumplimiento de ser todo un pecador para enmendar sus delitos ante Dios Hijo, y que este por amor le perdonara. Jesús ve la humildad, el arrepentimiento del delito cometido. Siente compasión por un hombre que padece el mismo dolor, un dolor compartido desde al pie de la cruz. Acepta la petición que le pide y le promete que ya desde hoy estarás en el Paraíso. La misericordia de Dios se ve en estas palabras que hasta en el último momento de vida de este hombre le perdona todas sus culpas para ser parte de los que desde ese día es parte del gozo del gran banquete celestial.
3. Mujer, he ahí a tu hijo… He ahí a tu madre. : Juan 19, La palabra Mujer es un titulo importante para la comunidad judía. Mujer es la Palabra utilizada por Dios para decirle a la serpiente antigua: “Habrá enemistad entre la serpiente y la mujer, esta aplastará tu cabeza.” Jesús en todo momento estuvo en contacto con su fortaleza maternal de su Madre. La vista de Madre e hijo fue una constante para que Jesús como ser humano pudiera realizar la voluntad del Padre era de vital importancia la presencia de su Madre. Jesús al ver que su discípulo amado que estaba al pie de la cruz realiza en Juan la entrega de su entrega de Amor filial al entregar a su joya más preciada que es su madre. Para que por medio de Juan también seamos hijos de María. Al ser hijos de María; somos hermanos de Jesús, por lo tanto somos coherederos del reino celestial.
4. ¿Eli, Eli, lama sabactani? Esto quiere decir: ¿Dios mío, Dios mío, porque me has abandonado?: Mateo 27, La humanidad de Jesús se refleja en estas palabras. Las tinieblas cubre el cielo, está abandonado, solo porque sus discípulos le abandonaron, fracaso total de su humanidad. Sentía el abandono de su Padre, y clama por su Padre para que se cumpliera lo que en el Salmo 22 se escribió en forma profética. Desde la cruz seguía cumpliendo la Voluntad del Padre. La obediencia en su máxima expresión.
5. Tengo Sed. Juan 19, Ya casi desangrado Jesús siente sed. Que le dan vinagre; amargo para deshidratarlo más de lo que ya estaba. La sed de Jesús se agravó más para entregar su sed por amor que tiene a su Padre para perdón de nuestros pecados. La sed de justicia, la sed de verdad, la sed del Amor al prójimo que lo crucifico. Que hoy día crucificamos cada vez que le ofendemos le damos el vinagre de nuestros pecados. La sed de Cristo es por nuestras deudas que deben ser purificadas en la reconciliación.
6. Todo está cumplido. Juan 19, Jesús proclama que todo está cumplido por los profetas, y salmos. La obediencia del Padre consumada en su totalidad. El Amor, la humildad, para con su Padre es tal que realiza todo cuanto le pidió su Padre. Nosotros somos igual de obedientes como lo fue Jesús. Reflexiona tu obediencia hacia tus padres.
7. En tus manos encomiendo mi espíritu. Juan 19, Ya cumplido todo entrega su espíritu en manos de su Amado Padre. Para sellar en su muerte el cumplimiento de las Escrituras. Jesús comienza con su muerte el gran triunfo de su resurrección. Tiene que morir para luego vencer la muerte. Para cumplir lo que el mismo dijo: “Yo soy la vida; quien cree en mi tiene vida eterna.”
Dios te Bendiga.
Feliz Pascua de Resurreción.